6.

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Ben

Desperté, tanteando el lugar que antes había ocupado Summer, pero ahora se encontraba frio. ¿Donde se había metido mi escurridiza compañera?
Su olor aún estaba en la casa, así que no se había escapado. Quizás estuviera en la cocina o en el baño.

Me levante esperando encontrarla y poder hablar con ella, debería sacar la mayor información posible, después de todo era mi próxima y quizás última oportunidad de ser feliz.
Nunca creí que la vida me presentaría una oportunidad como esta, pero haría lo posible por no desaprovecharla.

Revise el baño, pero estaba vacío, por lo que me dirigí a la cocina. Ella estaba sentada sobre la mesada con una taza de café en la mano y su mirada coqueta, estaba clavada en mi.
Por fin podía ver el color de sus ojos, eran verde, pero un verde tan claro, que parecían de fantasía.

-Buenos días comisario ¿Cómo se encuentra esta mañana?- me regalo una sonrisa de costado, que movilizo todo en mi.

-Buenos días Summer, hubiera sido mejor si cierta chica, amaneciera a mi lado ¿Acostumbras escapar en las mañanas?-no quería demostrar mi necesidad de cercanía, pero todo en mi quería tenerla entre mis brazos, lo más cerca posible.

-No escape, solo vine a preparar café. Créame comisario, si quisiera escapar lo haría. ¿Esperaba que lo hiciera?- lo que esperaba es que estuviera aún acostada en mi cama.

-Debes saber algo desde ahora, me encanta la persecución, Summer. Le da un toque de adrenalina ¿No lo crees?

-Es decir que si intento escapar ¿Me buscaría?- ella no tenia ni una maldita idea de lo que el lobo en mi haría para encontrarla.

Estaba a nada de borrar esa picara sonrisa y besarla hasta comprender que no podría huir, había llegado al lugar que pertenecía y al cual también yo lo hacia.
No me sentía desde esta manera desde que Mary vivía y no iba a dejar que esta felicidad se me escapara.

-Lo haría. - comencé a acercarme a ella, solo para detenerme cuando su mano se levanto.

-Alto ahí comisario, antes debemos hablar.- fruncí el ceño ¿Qué demonios debíamos hablar?

-¿Qué debemos hablar?

-De las búsquedas comisario, recuerdo que ayer mismo prometió atraparme y fui yo quien lo atrapo. No lo intento lo suficiente.- la mire mientras volvió a llevar la taza a sus labios.

¿Cuando exactamente había prometido atraparla? Haciendo memoria, recuerdo que a la única persona que prometí atrapar era al maldito hacker del banco.
No podía ser, esta era la peor de las bromas.

-Esto no puede ser, debe ser una casualidad.- ironice, sonriendo, mientras despeino un poco mi cabeza.

No puede ser ella, de todas las personas en este lugar, ella no puede ser la persona que quiero arrestar.

-El gato termino siendo atrapado por el ratón. ¿Esta listo para hablar, comisario Ordoñez?- la observe aún sin entender esta maldita situación en la que nos encontrábamos.

-¿Sabes a lo que te estas exponiendo a revelarte ante mi como una de las responsables de los tres robos recientes? ¿Entiendes que como el responsable del caso debo encerrarte?

-He aquí la cuestión comisario, no lo hará. A diferencia de lo que cree, me ayudara y me dará protección.- ella estaba equivocada si pensaba que oba a permitir que realizaran el próximo robo.

-¿Y porque haría eso?

-Porque de lo contrario el mundo entero se enterara de su peludo secreto y no queremos eso ¿Verdad comisario? – así que ella estaba enterada de mi naturaleza lobuna ¿Qué tanto sabría?- Una pequeña pregunta ¿Cómo se pondrían sus compañeros de kappa kappa werewolf cuando sepan que lo descubrieron? ¿No tienen ningún código de confidencialidad?

-¿Crees que alguien te creería eso? No tienes una jodida idea de quien soy.

-Benjamín Toprac Ordoñez, nacido el treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y uno. Hijo de Elías Oscar Ordoñez y Rose Saylor. Primogenito con hermanos menores. Casado hace seis años, viudo desde hace cinco, sin hijos. ¿Prosigo comisario? Puedo asegurarle que conozco hasta el número de calzado que usa.- ella podría ser un buen activo en la estación, pero para mi desgracia pertenecía al lado contrario.

-¿Quieres que te ayude a realizar el maldito robo? ¿Tienes idea de lo tonto que eso suena?- no podía enserio esperar que la ayudara en algo semejante, podría ser mi compañera, pero no solo hablábamos de mi carrera, sino también de mi moral.

-No recuerdo haberte pedido que me ayudaras con ello, solo necesito protección, no quiero ir a la cárcel y un poco de ayuda ¿Crees que yo disfruto de robar bancos? Lo hago porque me están chantajeando.

-¿Por eso decides chantajearme a mi?

-Lo siento comisario, cada uno juega con la mano que le toca.- no se en que momento de nuestra conversación se levanto y apoyo su mano en mi pecho. Ella no tenia ni una maldita idea de lo cerca que estaba de subirla a mi hombro y llevarla a la habitación.- El sueño de mi vida no es robar bancos o estafar, nunca lo fue. Cuando comencé con esto, lo hacia por diversión, por la adrenalina de saber que puedo penetrar cada sistema. Pero hace años me retire y si uso computadoras, solo es para un trabajo normal.

-¿Por qué decidiste volver a delinquir? – ella me aseguraba que su vida había cambiado y ahora volvía a portarse de esa manera.

-No lo decidí, lo decidieron por mi ¿Acaso no escuchaste cuando te dije que me chantajeaban?

-Te oí, Summer, pero, si no quieres que te ayude  con el robo ¿Para que me necesitas?

-Para frustrarlo. Veras, Alex, un antiguo ex, esta decido a arrebatarme algo importante para mi. Y no estoy entregándolo, no mientras yo este con vida.

-¿Qué es eso? ¿Qué no quieres entregar?

-A mi hija.

No podía esperar que mi compañera no tuviera alguna relación anterior, pero nunca imagine que tendría una hija.  ¿Qué se sentiría ser padre?
Viéndolo desde su posición, también haría hasta lo imposible por recuperarla y robar, no seria algo que mi importara.


Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora