Dylan
Cuando el timbre anuncio el final de la jornada escolar, suspiré en agradecimiento de no haber cedido a la locura. ¿Es qué quien no lo haria en mi lugar? Hoy había caído por las escaleras, aplastado al chico malo de la escuela, rechazado a dicho chico e ignorando durante horas su mirada en mi.
No me perdí la sensación de nerviosismo e inseguridad que me consumieron durante cada clase. No lograba concentrarme en nada, si no en la conversación que había tenido con Nika. ¿Por qué me había pedido la oportunidad de conocernos? Llevaba viviendo en esta manada casi catorce años, de los cuales doce, habíamos compartido escuelas.¿Qué pudo cambiar para querer ahora ser mi amigo? ¿Por qué no dejaba de insistir en que lo escuchara? ¿Por qué incluso seguía torturándome con preguntas relacionadas con Nika Bouchard? ¿Qué demonios estaba mal conmigo?.
No podía negar que su voz me hacia perderme y querer decirle que si a lo que me pidiera, o que sus ojos marrones eran un imán, uno que no sabia ¿Cómo rayos hice para esquivar?. Ahora que los había visto de cerca, admirado cada bonito rasgo en su rostro entendía, aunque no compartía, tal vez aún, la obsesión que Adarah tenia hacia él.¡Definitivamente estaba completamente loca! Seguro la caída me provoco algún tipo de daño interno y por eso ahora deliraba a la idea de sentirme atraída hacia Nika.
Mi plan, el cual forme al ya no resistir su insistente mirada, era tratar de huir sin ser vista, ni por Nika, ni por Adarah o por alguno de los idiotas que pasaban tiempo con ellos, ya que no dudarían en correr e informarles.
Ahora, mientras intentaba seguir mi improvisada fuga, me di cuenta de que no funcionaria, había olvidado a mis propios amigos y ahora veía a Milles caminar hacia mi, con su típica sonrisa.-¿Por qué te vas tan apurada? Siempre salimos todos juntos. - sin dudas era pésima organizando planes, los que hacia eran fácilmente pisoteados.
-Tengo que trabajar.- respondí, lo cual no era mentira.- Hoy tengo que ir a casa de los Doll y cuidar a los gemelos y a Jade. Pero Abby llamó y me pidió ir un poco antes, al parecer tiene cosas por hacer.
-Deberías tomarte un día libre, trabajas sin parar Dylan.
-Debo hacerlo si quiero comprarme un auto, Milles. Estoy por comenzar la universidad y aunque mis padres quieren ayudarme, no puedo darles todo el peso de mis necesidades.
-Estoy seguro de que tu padre no dudaría en ayudarte si lo dejaras. - sonreí al recordar la cantidad de veces que mi padre había tratado de convencerme de que le permitiera comprarme un auto.
No es que no me gustara que se preocupara de esa manera, pero era un gasto muy alto y aunque teníamos dinero, no lo sentía correcto. La última vez que discutimos el tema, termine amenazándolo con no usarlo si lo compraba. Quería hacerlo por mi cuenta, aunque fuera bastante duro.
-Estaría encantado, él adora darnos cosas a mamá, a Faith y a mi. Pero como te digo, quiero aprender a independizarme, no pueden mantenerme por siempre.
-Esta bien, veo que no ganaré esta discusión.
-No es una discusión, es una conversación, pero no Milles, no me harás cambiar de opinión.-mi padre siempre decía que había heredado la terquedad de mamá.
-Lo que sea. Oye, por cierto ¿sucedió algo entre Bouchard y tú?- demonios, sabia que no se iba a tardar en preguntarlo.
-No.
-¿Segura? No dejo de mirarte durante las clases, incluso durante los recesos, lo hacia.- lo sabia, lo sentía, solo que no pensaba hablar de ello.
-¿Lo hacia? - pregunté alzando mi ceja.- Eso seria algo nuevo, pero no creo lo hiciera, me hubiera dado cuenta.
-Lo hacia Dylan, lo vi mientras clavaba sus ojos en ti, el idiota no trataba ni siquiera de disimularlo.
-Lo que sea Milles, no lo vi, así que no me importa.- respondí tratando de restarle importancia.
-Pero a mi si me importa. No me gusta que te mire Dylan, eso significa que se fijo en ti y no me emociona esa idea.
-No me gusta esta conversación Milles. A ti no te importa si alguien me mira o no, si alguien se fija en mi o no. No eres mi padre, no eres mi hermano, no eres mi novio, eres mi amigo. Uno de mis mejores amigos, pero como sigas tratando de controlar mi vida, me molestaré en verdad contigo.
-Pero yo no te veo de esa manera Dylan, ya deberías conocer mi interés hacia ti.- no lo conocía, pero lo imaginaba.
Milles siempre había sido alguien importante, un buen amigo, pero nunca lo podría ver como algo más. Cuando pensaba en algún tipo de relación con él, solo podía pensar en una relación de hermanos.
-Lo siento Milles, no quiero lastimarte, pero no puedo responderte lo mismo. Tu me importas y mucho, pero como un amigo, nunca podre verte de manera diferente. Se que suena duro, pero me conoces, prefiero decir la verdad, por más dolorosa que esta sea.
-Pero Dylan, uno no manda en el corazón.
-Lo sé y por eso te lo digo, no puedo quererte de la manera que necesitas, porque mi corazón te ve solo como amigo.-comencé a caminar, dejándolo absorber las palabras. Él estaría bien, ahora no seguiría esperando algo que no podre darle.
Mientras caminaba a casa de los Doll, pensaba en Nika ¿Habrá sido sincero? ¿Enserio le preocupaba lo que pensaba de él? .
Apure el paso, alejando los pensamientos del chico y centrándome en los dos adorables hombrecitos que cuidaría hoy, bueno a ellos dos y a la pequeña Jade. Pero estaba segura de que se la pasaría durmiendo.Cuando llegue, abrió la puerta mi pequeña adoración. Aryeh Doll, el hermano que siempre quise tener, él era mi pequeño bebé.
-¡Que bueno que llegas Dylan! Mamá esta a punto de enloquecer.
-¿Y ahora que paso?
-¿No te enteraste aún? Cedric, Gael, Laurie y Faith, quisieron hacerle una travesura a la directora y llevaron varios petardos, los cuales encendieron en su oficina con ella dentro.
-¡No me jodas!- no podía creer que hayan hecho algo así. Ellos estarían en serios problemas.
-Mamá esta muy enojada, esta vez ni papá salvara a Gael de un castigo. La directora termino en urgencias con una crisis nerviosa.- a pesar de la preocupación, vi la diversión en los ojos de Aryeh.
-Mejor vayamos con tu mamá, estoy segura que quiere ir cuanto antes a la escuela.
Cuando entramos en la sala, Abby mecía a una pequeña Jade ya dormida.
-¡Gracias a Dios estas aquí Dylan! Debo ir a castigar a mi hijo ¿Te enteraste que sucedió?- asentí, tomando a Jade en mis brazos.- Gael es igual a su padre, me volverá loca.
-¿Michael lo sabe?
-¡Claro! ¿Quién crees que les dio la idea? Pero él también me escuchara, solo espera que llegue a casa.
No quería estar en los zapatos del tío Michael, él estaba en tantos problemas.
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Por motivos religiosos
WerewolfLogan North no esperaba encontrar a su compañera perdida en el bosque. Pero una cosa era segura, no perdería la oportunidad de ayudarla. Solo tenia cuatro días para demostrarle que él podía ser el hombre de su vida. Pero antes debía convencerla de c...