12

10.7K 1.2K 72
                                    

Dylan

No podía creer que estos dos idiotas casi se fueran a golpes, ¿Desde cuando mi vida era tan irreal? No solo tenia a mi mejor amigo confesándome sus sentimientos y transformándose en mi perro guardián, sino que también tenia al chico malo insistiendo en formar una amistad, tratando de que lo vea de manera diferente a como lo imagine todo este tiempo.
Ahora mientras la motocicleta no hacia sino acelerar, en mi mente no dejaba de cuestionarme si había sido un movimiento acertado, es decir, estábamos alejándonos bastante de la escuela.

Cuando por fin se detuvo, observe la plaza en la que nos encontrábamos, reconociendo la exacta dirección, estaba solo a pocas manzanas de casa de Tracy y Robert. Estar aquí solo me recordaba que mañana tendría que venir y cuidar a Uriel. Pero no solo pensaba en ello, sino que si algo salía mal con Nika, podría correr y pedir ayuda.

-Muy bien, ahora estamos bastante alejados de todos ¿Qué querías hablar conmigo? Espero que no sea una tontería, porque he discutido con mi mejor amigo por ti.- decidí romper el hielo, tratando de lucir segura, cuando en realidad estaba muy nerviosa.

-Ese chico no quiere ser tu amigo Dylan, lo sabes, no eres ingenua para no notarlo.

-Si, de hecho me lo confeso, pero no cambies el tema, me trajiste por una razón.- No iba a hablar de Milles ahora.

-¿Te lo confeso? Ese maldito imbécil esta jugando sucio. ¿Sabes que él tiene una compañera y que tarde o temprano llegara?

-Si Nika, lo se. Por si no lo recuerdas, he estado viviendo rodeada de hombres lobos, locos y demandantes, por los últimos trece años. Se que Milles tiene una compañera y se que tu también la tienes, así que, ¿Por qué insistes en que te conozca? Si es porque no caí rendida a tus pies, como tu tonto grupito de fans, déjame decirte que no lograras cambiar mi opinión.- debía aclarar esto desde ahora, porque si seguía insistiendo, quizás y lo lograba.

-Nunca dije que quería que lo hicieras, así que es eso, te asusta que suceda.- el maldito tuvo el descaro de reírse en mi rostro.- Se que es cuestión de tiempo para que veas que no soy una mancha a borrar de vida. Si quiero que me conozcas mejor y que te des cuenta de que no soy tan malo como todos creen, es porque me agradas. -De todas formas notaba que me ocultaba algo y eso solo me impulsaba a no moverme y tratar de descubrirlo.

-Creo que la caída hizo que te golpee muy fuerte, desde entonces andas raro conmigo..

-No te niego que hay más detrás de esto, pero temo que el decírtelo te asuste y quieras escaparte de mi.-fue mi turno para reir, ¿Enserio creía que algo que me dijera, me haria correr?

-Nika, ya nada me asusta. Vivo en un lugar donde hombres y mujeres se convierten en grandes y fuertes lobos, si eso no me hizo correr, nada lo hará. No te digo esto al azar, créeme, en mi vida he pasado por cosas que cualquiera estaría en tratamiento con un psiquiatra, pero aquí me ves, en perfecto estado mental.

-No es lo mismo, Dylan, hay una razón por la cual insisto e insistiré contigo. Pero antes de decírtela, quiero estar seguro de que no huiras.- muy bien, si estaba un poco asustada, no por lo que el creía, sino al no saber. Podemos controlar el miedo cuando sabemos a lo que nos enfrentemos, pero cuando estamos en blanco, no sabemos a que demonios crear barreras.

-De acuerdo, pero no te dejare escapar de esto.

-Espero que no lo hagas, en verdad, espero que no me dejes escapar.- me sorprendió un poco, o tal vez demasiado, la vulnerabilidad que escuche en su voz. ¿Por qué se sentiría de esa manera?

-Quieres que te conozca mejor, cuéntame algo que nadie sepa.

-Hace dos días fue mi transformación...

-No hagas trampa Nika, eso ya me lo habías dicho y obvio lo saben tus amigos o tu familia, por Dios fue el día de tu cumpleaños y no cualquiera, cumpliste dieciocho.- fue mi culpa, espere que me confiara algo y me había equivocado.

-Eso no quiere decir que lo recuerden. Nadie recordó mi cumpleaños, por lo que nadie sabe que ya me he transformado.

-Eso es horrible ¿Qué clase de amigos tienes?- no podía creer que nadie, ni siquiera su familia lo recordara. Al pensarlo me sentía muy triste, no debió ser agradable pasar por su transformación y no tener a alguien con él, en caso de que algo saliera mal.

-Ya los conoces Dylan, ¿Por qué te sorprendes?- él tenia razón, sus amigos eran unos idiotas, incapaces de ver que había un mundo más allá de su ombligo. - Pero no es todo, no solo me transforme, también encontré a mi compañera.

Eso sin dudas me tomo por sorpresa, había encontrado a su compañera, alguien que de seguro se sentiría muy afortunada. Pues de hecho, eso era. No entendía porque el pensar en esto, hacia que quisiera golpear a alguien, él estaba en su derecho de encontrarla.

-¿La conozco?

-Eres curiosa Dylan.

-Demasiado.

-La conoces. Quizás suene extraño, pero mi compañera cayo directamente a mis brazos.

-Que romántico- solté y mis palabras parecían salir con sarcasmo ¿Por qué rayos me sentía así?

-Lo fue, ¿No tienes ni idea de quien es, verdad?

-No, ninguna.

-Dylan tu eres mi compañera y es por esa razón que no puedo dejar de intentar que me conozcas, que me aceptes se que probablemente no me creas, pero es la verdad.

Claro que no le creía, en mi cabeza, pensaba que esto era un plan entre él y Adarah, con la intención de hacerme sentir mal.
Seria bastante extraño que tenga un compañero. Siempre soñé con tener a alguien que me quisiera como ellos, por eso no podía tragarme este engaño.

-¿Quieres que crea que soy tu compañera? ¿Cómo se que esto no es una broma que organizaste con la psicópata de Adarah?

-Eres muy rebuscada, ¿Por qué haria tal cosa? Hasta ayer no habíamos cruzado palabra, ni siquiera volteabas a mirarme Dylan. Era como si tuviera una enfermedad contagiosa y no pudieras alejarte lo suficiente, directamente ignorabas mi existencia.

-Eso no es verdad.

-¿No lo es? ¿Estas segura?

-Sabia que existías, eras el novio de mi némesis. ¿De verdad soy tu compañera?

-Si, lo eres.

-Entiendes que deberás demostrármelo, no soy tan ingenua, no creeré en palabras bonitas y pajaritos de colores.- en cuanto lo dije, note, como de repente Nika se había acercado mucho a mi.

-¿Quieres que te demuestre que no juego?- gire el rostro en el momento justo, un segundo más y sus labios iban a terminar besando los míos, en lugar de mi mejilla.

-Aún no te creo Nika, no es con besos con lo que me demostraras tu interés en mi, es con acciones. Iremos a pequeños pasos, nadie nos corre.

-Iremos como tu quieras, marca el ritmo que desees, pero una cosa es segura, lo haremos juntos.

Nuestras miradas no se despegaban, mientras yo por mi parte trataba de descubrir si mentía o era sincero, Nika, trataba de decirme algo, para lo que aún no estaba preparada.

-Ya veremos.






Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora