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Dylan

Los días pasaban y aún no tenia ni una idea de quien  había tomado mi teléfono. En mi mente retorcida, se originaban miles de teorías, donde en todas salía perjudicada.
Nika tampoco estaba muy tranquilo, aunque trataba de disimularlo, nunca me dejaba sola, me acompañaba a todas partes. Cada día me llevaba hasta mi casa, luego de la escuela, sin importarle que eso lo haria llegar tarde a su trabajo.

No había mencionado nada de lo sucedido a mis padres, ellos ya estaban bastante preocupados y no quería sumarles algo más. Además si les decía esto, debería confesar que recuerdo lo vivido de pequeña y que todos estos años no deje de investigar a Alex Sherman, y no quería hacer tal cosa.

-Vamos Dylan, me sentiría más cómodo llevándote, sabes que prefiero, por el momento, acompañarte.- claro que lo sabia, era lo mismo cada día.

-No hay nada de lo que preocuparse, además la casa de los Doll, queda muy alejada de tu trabajo y no vas a llegar a horario. Ya tu jefe te advirtió que si volvías a llegar tarde te despediría, no quiero que pierdas tu trabajo por mi culpa.

-No será tu culpa, además a él solo le gusta hablar.

-No me gusta ni siquiera la idea, así que cada uno va a su trabajo. Te llamare más tarde.- me incline a besarlo, impidiendo que siguiera insistiendo.

-Estaré esperando tu llamada Dylan. Enserio me sentiría más tranquilo acompañándote.

-Yo no, así que a trabajar.

Empecé a caminar en dirección contraria, pensando en si estaba bien , el no permitirle venir conmigo. Hasta ahora nunca me sucedió nada, siempre camino sola por todas partes.
No puedo dejar que un sentimiento de miedo o incertidumbre se apodere de mi de esa forma. Debo seguir confiando en que aquí, de todos los lugares, es donde estoy más segura.

-¿Dylan?- voltee hacia la voz, encontrándome cara a cara con el pasado del cual escapaba.

-¿Tu? ¿Pero cómo? ¿Qué haces aquí?- estaba asustada, nerviosa. No quería hablar con él, pero necesitaba saber ¿Cómo dio conmigo?

-Has cambiado mucho desde la última vez que te vi, luces tan hermosa como tu madre. Aunque lo cierto es que de no haber recibido tu fotografía, no te hubiera reconocido.

-¿Cómo me encontraste?

-No fue sencillo, había contratado un par de investigadores, ya sabes hackers como tu madre, pero realmente fueron inútiles. Entonces comienzo a recibir mensajes de Dylan Dalt pidiéndome que venga a buscarla. Me ahorraste mucho tiempo hija.- el que él me llamara hija, me dio una horrible sensación, mi padre era Benjamín, no Alex.

-Yo nunca te envié mensajes y mucho menos mi fotografía.

-Dylan los he venido recibiendo desde hace dos semanas sin falta. Me pediste venir por ti y aquí estoy, eres mi hija y esta vez la perra de tu madre no podrá mantenerte lejos de mi.

-Yo no te busque, entiende que nunca te pediría venir por mi. Aquí están mis padres, no me iría contigo.

-Claro que lo harás, pasamos muchos años alejados. Vamos Dylan, sube al auto, hay algo en este lugar que no me agrada, todos me miraban como si supieran algo de mi.-Claro que lo miraban, él era un intruso aquí.

-No iré.

-Si vendrás Dylan, deja los juegos, ¿Acaso no entiendes que este lugar no me da buena sensación?

Alex se acerco a mi, tratando de arrastrarme hasta el auto, pero no podía permitirlo, por lo que empezamos a forcejear. Aún mi brazo estaba enyesado, pero eso no me impidió que le atestara dos golpes.

-Veo que tu madre te enseño un par de golpes, al menos, pero ni eso impedirá que vengas conmigo.

-¿Para que? Tu nunca me quisiste, solo quieres usarme para vengarte de mi mamá.

-Eso no es verdad, soy tu padre y siempre te he querido, pero tu madre fue muy egoísta y te alejo de mi.- dijo tomándome del brazo lastimado, provocando que este me de una punzada de dolor.

-¡Suéltame!- no me importaba si mi brazo terminaba peor de lo que estaba, pero no me impediría alejarme de su maldito agarre.

-Ya deja de comportarte como una niña, bastante crecida estas. Primero me pides que venga a buscarte y ahora no quieres venir conmigo ¿Qué demonios esta mal contigo?

-Que yo no te mande nada, no tengo idea alguna de quien lo hizo, pero no pienso subirme a ese maldito auto contigo.

-¿Quieres ver como si lo harás? – estaba resistiendo, pero no sabia cuanto tiempo más podría seguir haciéndolo.

-¡Dylan!- gire hacia la voz, rogando equivocarme y que no estuviera allí. Una cosa era exponerme yo, pero no a uno de los niños.

Pero me encontré con Aryeh, quien venia corriendo hacia nosotros. Él aún no era un lobo, era un niño de solo trece años.
En cuanto llego a nosotros empujo a Alex, alejándolo solo un poco de mi.

-¿Qué esta pasando? Dylan ¿Estas bien?

-Tienes que irte Aryeh, déjame encargarme de esto a mi. Por favor, vete de aquí.- quería que corra y quería correr también, pero no sabia si Alex estaba armado y no podía exponerlo así.

-Hazle caso mocoso y vete de aquí, esto es entre Dylan y yo.- mire a Alex, advirtiéndole que debía cerrar la boca.

-No me iré, ¿Quién demonios es este idiota y porque estaba forcejeando contigo?

Si tan solo me escuchara y corriera, al menos podría conseguir más ayuda, pero no estaba entendiéndome.

-¿A ti que mierda te importa? Ve a mirar la televisión como un buen niño.

-No soy un niño.- este no era momento para que tratara de demostrar que había crecido, no cuando podía salir herido.

-¡Aryeh, vete!- esta vez no dude en gritárselo, pero fue un error, porque en cuanto el pequeño volteo a mirarme, Alex pateo su cara, haciéndolo caer hacia atrás.

Cuando este cayo, Alex volvió a patearlo. Intente detenerlo, pero recibí un empujón que me lanzo hacia atrás.
Estaba asustada y muy preocupada, este hombre estaba loco y podría matar al niño.

-¡Ya detente, lo mataras!- Alex se detuvo, mirando como Aryeh inconsciente, sangraba en el suelo.

Me arrastre hacia él, tratando de comprobar si aún respiraba. Pero en cuanto estuve junto a él, Alex me tomo del cabello.

-Te dije que vendrías conmigo.-fue todo lo que dijo antes de golpearme y hacerme perder la consciencia.



Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora