Por motivos religiosos

23

Logan

-Esta bien, puedes pasar, pero déjate de tonterías Michael- en cuanto lo dije, lo vi asentir y saltar como un cachorro. Esto no iba a ser buena idea.

-A Sophie le agradan mis tonterías ¿Verdad pequeño bambi?- mi compañera solo asentía, estos dos iban a llevarse mejor de lo que podía esperar.

-Eres muy divertido, estas loco pero me caes bien. Quizás si te hubiera conocido antes, te habría acompañado a un psicólogo, pero Logan y Patrick me explicaron que eres un poco impulsivo y no esta mal porque yo también lo soy ¿Verdad Logan?

-Lo eres. Michael ¿Puedes creer que el primer día que Sophie me conoció me pregunto si era un asesino? Incluso se mostro desilusionada cuando le dije que no lo era.

-Es que estaba asustada y en mi mente creí que un asesino o un degenerado se detendría a ayudarme y estaba decidida a mostrar mis técnicas de jiujitsu contra él.- la manera tan confiando en que lo dijo me sorprendió, esto era algo nuevo, no sabia que mi compañera sabia de eso.

-Pequeño bambi ¿Sabes de peleas? – Michael, forzó una pose de karate, cosa que jamás había practicado. Estaba listo para ver a Sophie patearle el trasero.

-Bueno, en realidad no, pero el asesino degenerado no lo sabría. Podría asustarlo y luego correr de allí – sacudí mi cabeza negando, me había emparejado a una suicida.

-No puedes ir por la vida siendo tan confiada, pajarito, hay muchos peligros fuera.- ella era tan inocente, podrían engañarla fácilmente.

-Es algo bueno que ahora tu estés para protegerme- Sophie lanzo sus brazos a mi alrededor, haciéndome olvidar cualquier enojo que tuviera.

Era la única que podía alegrarme a este punto y estaba seguro que me volvería loco de igual manera.
Suspire, dándome cuenta que ella ganaría todo lo que se proponga. Solo pude abrazarla, inundándome de su olor, mi propia droga, una que me enloquecía y podría llegar a matarme.

-¿Qué harán ahora? ¿Se quedaran aquí o volverán conmigo al departamento? En el apuro me olvide a fosforito, estará tan molesta de haberse perdido el chisme. Tranquila pequeño bambi, la contentare, soy el amor de su vida.

-Vaya amor de su vida, la olvida por correr tras el cotilleo.- bromee, consiguiendo que Sophie esconda su rostro en mi pecho.

-Lo dice quien llevo a la suya al convento. Yo por lo menos le deje en claro a fosforito que seria un eterno acosador y mira, se enamoro. Mi fosforito esta esperando un bebé, mi cachorrito ¿Tu quieres hijos Sophie?- ella acaba de aceptarme y este idiota ¿Le pregunta eso?

-Me encantan los niños, fui una niñera durante ocho años. Como no tenia pareja con  quien salir, me centraba en los pequeños revoltosos. Aún recuerdo a Thiago, fue el más terrible, termine con tres puntos en mi cabeza. No fui tan rápida al esquivar el avión que arrojo sobre mi cabeza desde el segundo piso. Pero si me gustaría, aunque deberíamos hablar de eso con Logan, puedo soportar uno o dos, pero al ser lobos me aterra que sean muchos más.- no, si estos dos en verdad iban a entenderse se maravillas.

-Vamos a volver al departamento, quiero presentar a Sophie como se debe.  Es mi compañera y quiero que los demás lo sepan.- no iba a permitir que Michael exagere todo, como es común en él.

-Ya me conocen, yo no conozco a todos, pero ellos a mi si. Hablando de eso, cuando llegue escuche como Tracy y Abby planeaban presentarte a alguien, bueno Tracy estaba un poco reacia a hacerlo. Yo la comprendo, muchas veces mis amigas me presentaban chicos y cuando salía con ellos, huía de allí como el mismo viento. Es mejor que las personas se conozcan solas.- agradecía el hecho de que Sophie haya vuelto antes de que esas dos intentaran armarme una especie de cita a ciegas.

-Hablare con fosforito sobre esto, no esta bien, debió avisarme. Esa mujer esta poniéndose muy rebelde, las hormonas se le revolucionan.- no se que decía, desde que la conocí Abby es una persona rebelde.

                                   (***)

Cuando llegamos al departamento estaban casi todos, a excepción de algunas de las chicas. Pero cuando Abby y Tracy nos vieron llegar, vinieron hacia nosotros.

-¿Es tu compañera verdad? Todos creemos que si, pero necesitamos que nos lo confirmes.- asi que Tracy había tomado la voz cantante esta vez.

-Lo es, así que ustedes dos pueden dejar las locuras de presentarme a alguien.- mis palabras fueron acompañadas por un pequeño pellizco de Sophie.

¿Donde había quedado la indefensa mujer que conocí en el bosque?

-Solo era una broma, nunca nos atreveríamos a presentarte a alguien.- no le creia nada, las dos eran muy capaces.

-Estas en demasiados problemas Logan ¿Cómo puedes decirle a alguien de los lobos?- Jack ingreso, mirándome con bastante enojo.

-Era a mi compañera a quien se lo decía, tarde o temprano iba a saberlo.- eso pareció calmarlo un poco, pero no lo suficiente.

-Pudo haberte rechazado.

-Eso no es cierto, ya desde antes de que me mostrara a su lobo, el cual es hermoso, yo ya estaba interesada en él. Solo que con dudas de que hacer, pero no rechazaría a Logan. No estoy loca.- sonreí ante mi compañera, ella si estaba loca, pero le dejaría creer que no.

-Ya la escuchaste Jack, ella no me iba a rechazar, a pesar de que en verdad me hizo creer que si.- bese la cabeza de Sophie, quizás debimos quedarnos en casa.

-Me alegro de que vuelvas a ser tu y no ese fantasma. Sophie, estaba muy mal, nos tenia preocupados, pero te agradezco que le dieras una oportunidad. Es un imbécil, pero le importas más que nada.- de verdad debimos quedarnos en casa.

-No digas groserías, por los clavos de Cristo, son como niños.- Sophie bufo, antes de negar y cruzarse de brazos. – Los tendré vigilados.

-Créele Jack, pequeño bambi sabe jiujitsu, pateara jodidamente tu trasero- exclamo Michael, dándonos un guiño. Imbécil.

-¡Galletita! ¿Qué te dije de las groserías?

-Pequeño bambi, ni mi madre pudo hacer que deje de decirlas ¿Por qué crees que tu si? Soy un hombre ingobernable.

-¿Estas seguro de ello?- pregunto Abby, alzando una ceja divertida.

-Solo por mi fosforito, déjame terminar mujer.

Sophie se acerco a mi, pensé que para besarme, pero solo fue para preguntarme algo.

-¿Podemos conseguir algo para comer? Muero de hambre.

Y esa era mi Sophie, la mujer de la que me enamore.