Summer
Quizás llegar de la manera tan a la defensiva con la cual me encontraba, no era la mejor idea. Pero no podía evitarlo, el encuentro con Alex en el apartamento, solo había echado gasolina al fuego que empezó cuando supe que atrasaríamos el robo.
Y no era porque algo nos había fallado, no, era porque el comisario parecía tener una enorme bocota y no había sabido elegir bien a sus jodidos confidentes. ¿Qué clase de aliados tiene? Ciertamente unos que no dudarían en apuñalarlo por su maldita gran espalda.-No he confiado en nadie Summer, solo he hablado superficialmente con algunos en la estación y se lo comente a algunos amigos que nos ayudaran. -Alce una ceja, cuestionando sus elecciones.
-Lamento decirte esto, pero alguno de ellos, ya sean los jodidos oficiales a los que superficialmente se los comentaste, o los amigos que según tu nos ayudaran, hablaron de más. Y lo peor es que esa maldita información llego a oídos equivocados.- espete mientras caminábamos hacia su auto, no quería irme con él, pero quería continuar gritándole.
-¿Qué cambio Summer?
-¡Todo! Ahora se atrasara el robo, porque Alex se entero, según él, por muy buenas fuentes, que tienes una pista. Y ambos sabemos que esta pista, te la he dado yo.
-Tranquilízate Summer, debe haber un error…
-No hay errores, créeme que merezco un maldito premio por la actuación que monte esta tarde al enterarme. De hecho lo único que no debí fingir, fue la sorpresa, ya que no esperaba que me traicionaras tan pronto.-lo interrumpí, soltando a la Summer combativa, que siempre intente mantener encerrada.
Llegamos al auto y subimos, no era el camino a su casa, recordaba ciertos lugares ¿A dónde demonios estaba dirigiéndose? Estaba lista para preguntárselo, cuando hablo, manteniendo, a diferencia de mi, una pose demasiado tranquila.
-No te traicione Summer, no entiendo que sucede, pero puedo asegurarte que nunca haría nada que te hiriera. Por lo que entiendo, el tal Alex supo que tenia algo sobre él, entonces cambio la fecha. ¿Pero dijo algo más? Piensa porque eso puede ayudarnos.
Repase en mi mente, una y otra vez, la conversación que hoy tuvimos con Alex y los otros dos. En ella se había hablado mucha mierda, alguna que incluso olvide, pero algo recordé de golpe.
-Dijo que era alguien con poder, no se, creo que es alguien de la estación. Si quieres un consejo, no confíes ni en tu sombra, sino mírame a mi, confié en ti y ahora tengo que esperar más tiempo para alejarme con mi hija.
-Deja de decir que te traicione Summer, porque no lo he hecho, solo estas muy molesta y me estas usando como saco de boxeo. No es agradable, pero te lo permitiré porque no estoy de humor para pelear.
Me era muy difícil insultarlo, cuando él no estaba comportándose como un idiota. Al contrario, intentaba hacerme sentir bien, aunque seguía fallando en el intento.
-¿A dónde demonios me estas llevando? Este no es el camino a tu casa.- me queje, sin apartar la mirada de la ventanilla.
-¿Así que quieres ir a mi casa?- el tono sugerente en su voz, me hizo girar la mirada y juro que si tuviera algún súper poder, desearía que fuera la vista de rayo laser. Ahora mismo la cabeza del comisario tendría un agujero enorme, tan enorme como su maldito ego.
-¿A dónde más iríamos? Se que no me detendrás, ya que la estación de policías queda para el otro lado y no creo que te atrevas a secuestrarme- reí entre dientes, ante ese pensamiento- Si lo intentaras te acabaría en dos jodidos minutos, llevándome tus bolas como trofeo.
Lejos de sentirse molesto, nervioso o intimidado, lo veía divertido. Al menos uno de los dos se divertía, ya que yo era una bomba con cuenta regresiva, a punto de explotar.
-¿Así que quieres mis bolas para ti?- bromeo, sin provocarme ni un poco de risa.
-Lo único que quiero, desde que llegue, son respuestas. ¿Con quién has hablado del caso? ¿Qué le has dicho? ¿Y a donde demonios me llevas? Pero lo único que hace comisario es jugar conmigo y créeme, odiaras las consecuencias.
-Ya te lo he dicho, en la estación hable superficialmente con algunos oficiales y con el nuevo comisionado. Luego hable con unos viejos amigos, unos a los cuales iremos a ver ahora mismo, a ver si así te convences de que no te expondrían.
-¿Y si lo hicieran? ¿Y si entre ellos esta el traidor? Claro comisario, lánceme a los lobos- entonces dentro de mi se encendió la maldita lamparita del entendimiento.- ¡No me jodas! ¿Me llevaras a kappa kappa werewolf? Esto debe ser una broma, literalmente me lanzaras a los malditos lobos.
-Ellos no son tan malos, seguro te agradaran.
-Eso me dijeron el día que me presentaron a Alex y ahora maldigo su nombre en veinte idiomas diferentes.
-Vamos Summer, es la única forma de que comprendas que no te he traicionado. No solo eso, puedes confiar en ellos, son buenas personas.- claro él los defendería, pero yo no estaba tan segura de ello.
Hice un puño mis manos, me sentía tan molesta. Pero la mayor parte de esto era a causa de Alex y no del comisario. Aunque no lo demostrara, mi molestia hacia Benjamín, no era tanto ahora que lo tenia cerca y aunque tampoco lo admitiera, estaba un poquito decepcionada de que no estuviéramos yendo a su casa.
Pasamos los últimos minutos en silencio, mientras consideraba ¿Si podría confiar en los amigos de Benjamín? No es que no quisiera hacerlo, pero me es muy difícil confiar en otras personas.Cuando llegamos, mire al edificio frente a mi con una ceja alzada.
-¿El departamento de bomberos? Esto sigue sorprendiéndome ¿Por qué lo hace?- debí investigar a fondo a los amigos del comisario y no superficialmente.
Él se reía, mientras ponía su mano en mi espalda, instándome a caminar al lugar. Lugar que estaba vacío, a excepción de dos hombres.
Cuando mi acompañante se aclaro la garganta, ambos voltearon a vernos. Como era habitual en mi gruñí, poniéndome a la defensiva.-Hola Benny ¿Quién es la gruñona?- pregunto, demasiado divertido el rubio.
-Mich- advirtió Benjamín, pero al mismo tiempo que yo preguntaba.
-¿Quién se cree este idiota?
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Por motivos religiosos
WerewolfLogan North no esperaba encontrar a su compañera perdida en el bosque. Pero una cosa era segura, no perdería la oportunidad de ayudarla. Solo tenia cuatro días para demostrarle que él podía ser el hombre de su vida. Pero antes debía convencerla de c...