16.

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Summer

A pesar de lo que acababa de decir, no confiaba en ninguno aquí, a excepción, claro esta, del comisario. Pero era lo único que podía decir, para que comprendieran que si yo estaba dispuesta a ceder, esperaba algo a cambio. Y ese algo era ayuda.
Podía jugar a ser autosuficiente, de hecho, muchas veces era capaz de valerme por mi misma, pero no cuando la seguridad de Dylan estaba en juego. Si actuaba sola y algo salía mal, corría el riesgo de que Alex me descubriera y se la llevara lejos de mi. Por lo que a pesar de mi desconfianza, debía aceptar trabajar con estas personas, lobos o lo que sean.

Las tres mujeres que estaban con ellos se acercaban a nosotros y dos de ellas traían bebes. Ben me miro y se retiro, dejándome sola con ellas, sin dudas el comisario, era un grandioso apoyo.

-¡Hola! No pudimos presentarnos antes, pero ahora si. Ellas son Haley y Abril, yo soy Megan, nosotras somos compañeras de esos hombres algo tontos.

-Hola, diría que es un placer, pero aún no me siento muy cómoda aquí- menos después de tratar con el aspirante a comediante del año.

-Lo se, me sentí igual la primera vez que trate con Michael. Creo que sentí las mismas ganas que tu de golpearlo.

-Si, parece ser una reacción que no puede evitarse.

-Me gustaría estar de acuerdo con ustedes, pero a mi me cayo bien desde el primer día- explico Megan.

-Me paso lo mismo, siempre me lleve genial con él- la secundo Haley.

-Pues que suerte la de ustedes, a mi me toco uno de sus peores días al parecer. Pero para mi satisfacción, también es uno de mis peores días, así que recibirá tanto como de.

Y no bromeaba, todo lo que había sucedido, solo me había puesto de muy mal humor y ni siquiera yo me soportaba.
La razón de mi continuo mal humor tenia nombre y apellido, Alex Sherman. Incluso Michael, con su seria inestabilidad mental no se le comparaba.

Donde Michael lo hacia de manera creo que inocente, o eso esperaba, Alex lo hacia por pura malicia. Disfrutaba verme molesta y cuando supo que saldría con alguien su intención fue justamente ponerme de malas y lo había permitido.

-Yo creo que es bueno para él, que alguien no se ría de sus chistes, quizás lo haga crecer.- comento Haley.

-No pasara, si Abby no lo ha logrado aún, nada lo hará.

-¿Quién es Abby?- había escuchado como Benjamín la nombraba antes y ahora lo hacían ellas.

-Es la esposa de Michael, ahora esta en casa, el embarazo la tiene cansada.- explico Megan.

-Pobre alma, lo que debe ser convivir con él,  es una mujer muy valiente o igual de loca. No creo que pudiera soportar esa tortura por más de unas horas.- tres horas con él y no estaba segura de como reaccionaria.

-Una vez que convives con él, te acostumbras. Yo incluso lo extraño cuando no lo veo y pensé que eso no pasaría nunca. Por cierto no se lo digan, ya es bastante creído de si mismo.- asentí de manera aburrida, no hacia falta que se lo digamos, no cuando el diablo parecía haber escuchado que lo nombraban.

-Yo sabia que me adoras pomponcito, también lo hago y más a mi ahijada. Pero ahora vine a disculparme con gruñoncita, porque Jack me regaño, me dijo que fui muy grosero con la invitada. La verdad no lo creo, pero por las dudas, me disculpo contigo.- me miraba como si fuera un cachorro abandonado en medio de una noche lluviosa. ¿Enserio creía que seria tan fácil?

-¿No lo crees, pero te disculpas por las dudas?

-Si, porque puede que para mi sea normal, pero tu humor ser distinto al mío y sentirte herida. No me gusta que la gente se sienta mal, así que si ¿Me perdonas?

-No lo se.

-¿Por qué no?

-Porque apenas llegue me bautizaste como gruñona, ni siquiera sabias quien era y ya decidiste llamarme así.

-Es con cariño y no lo niegues, no has dejado de gruñir.

-Eso no tiene importancia ahora.

-Si la tiene.

-No la tiene ¿Por qué la tendría?- pregunte confundida.

-¿Acaso usas drogas, gruñona?- ¿A esto llamaba él disculparse?

-¿Por qué lo preguntas? ¿Intentas ofrecerme de lo que tu consumes?- la sorpresa que cruzo por su rostro, fue tan divertida, que casi me rio, pero eso lo hubiera incentivado más.

-Yo no consumo, hace daño y mi cuerpo es un templo. Deberías seguir mi ejemplo y nunca acercarte a esas cosas. Repite conmigo “Di no a las drogas”- pronunciaba cada palabra, con un pequeño toque a mi nariz. Eso era todo, era hombre muerto.

Aparte su mano de un manotazo, antes de acercarme y en un rápido movimiento inmovilice uno de sus brazos contra su espalda, antes de darle una patada tras la rodilla.
El ambiente se había quedado en completo silencio, a excepción de los quejidos de Michael.

-Te lo advertí, pero no sabes cuando detenerte.

-Esta me la cobrare pequeña gruñona, duele jodidamente. ¡Benny, controla a tu mujer!- aulló de dolor, mientras apretaba más mi agarre.

Solo entonces comenzaron a escucharse risas, dos nuevas chicas aparecieron y al ver la escena no dejaban de reír.

-¡Te harán besar el piso ken!- grito una de ellas.

-Se que es pecado, pero apuesto treinta por la chica del vestido rojo.- aplaudió la otra.

Lo solté, mirando como se desparramaba en el suelo. No iba a lastimarlo, mucho, solo quería que sienta un poco de dolor.
La chica que ofreció treinta, corrió hacia Logan, quien la atrapo antes de besarla. Muy bien, llegaban las demás mujeres.

-Acostúmbrate, son así. Me he reunido dos veces con ellos y Sophie y Logan, siempre están besándose.

-¿Qué pasa comisario? ¿Es que tanto amor, se esta introduciendo en el frio hielo que recubre su corazón?- pregunte de manera sarcástica.

-No, solo pensaba si debería sacarte de aquí, antes de que vuelvas a golpear a Michael. No me habías dicho que sabias defenderte.

-No pregunto comisario, pero si estoy de acuerdo con salir de aquí, no se si no lo volveré a golpear si se levanta. – explique, mirando a Michael aún sentado en el suelo, sobando la parte trasera de su rodilla.

-Esta me la cobrare gruñona.- prometió al encontrarse con mi mirada.

-Espero lo hagas, ya vámonos. – dije mirando a Benjamín, quien solo asintió.


Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora