Summer
A pesar de lo que acababa de decir, no confiaba en ninguno aquí, a excepción, claro esta, del comisario. Pero era lo único que podía decir, para que comprendieran que si yo estaba dispuesta a ceder, esperaba algo a cambio. Y ese algo era ayuda.
Podía jugar a ser autosuficiente, de hecho, muchas veces era capaz de valerme por mi misma, pero no cuando la seguridad de Dylan estaba en juego. Si actuaba sola y algo salía mal, corría el riesgo de que Alex me descubriera y se la llevara lejos de mi. Por lo que a pesar de mi desconfianza, debía aceptar trabajar con estas personas, lobos o lo que sean.Las tres mujeres que estaban con ellos se acercaban a nosotros y dos de ellas traían bebes. Ben me miro y se retiro, dejándome sola con ellas, sin dudas el comisario, era un grandioso apoyo.
-¡Hola! No pudimos presentarnos antes, pero ahora si. Ellas son Haley y Abril, yo soy Megan, nosotras somos compañeras de esos hombres algo tontos.
-Hola, diría que es un placer, pero aún no me siento muy cómoda aquí- menos después de tratar con el aspirante a comediante del año.
-Lo se, me sentí igual la primera vez que trate con Michael. Creo que sentí las mismas ganas que tu de golpearlo.
-Si, parece ser una reacción que no puede evitarse.
-Me gustaría estar de acuerdo con ustedes, pero a mi me cayo bien desde el primer día- explico Megan.
-Me paso lo mismo, siempre me lleve genial con él- la secundo Haley.
-Pues que suerte la de ustedes, a mi me toco uno de sus peores días al parecer. Pero para mi satisfacción, también es uno de mis peores días, así que recibirá tanto como de.
Y no bromeaba, todo lo que había sucedido, solo me había puesto de muy mal humor y ni siquiera yo me soportaba.
La razón de mi continuo mal humor tenia nombre y apellido, Alex Sherman. Incluso Michael, con su seria inestabilidad mental no se le comparaba.Donde Michael lo hacia de manera creo que inocente, o eso esperaba, Alex lo hacia por pura malicia. Disfrutaba verme molesta y cuando supo que saldría con alguien su intención fue justamente ponerme de malas y lo había permitido.
-Yo creo que es bueno para él, que alguien no se ría de sus chistes, quizás lo haga crecer.- comento Haley.
-No pasara, si Abby no lo ha logrado aún, nada lo hará.
-¿Quién es Abby?- había escuchado como Benjamín la nombraba antes y ahora lo hacían ellas.
-Es la esposa de Michael, ahora esta en casa, el embarazo la tiene cansada.- explico Megan.
-Pobre alma, lo que debe ser convivir con él, es una mujer muy valiente o igual de loca. No creo que pudiera soportar esa tortura por más de unas horas.- tres horas con él y no estaba segura de como reaccionaria.
-Una vez que convives con él, te acostumbras. Yo incluso lo extraño cuando no lo veo y pensé que eso no pasaría nunca. Por cierto no se lo digan, ya es bastante creído de si mismo.- asentí de manera aburrida, no hacia falta que se lo digamos, no cuando el diablo parecía haber escuchado que lo nombraban.
-Yo sabia que me adoras pomponcito, también lo hago y más a mi ahijada. Pero ahora vine a disculparme con gruñoncita, porque Jack me regaño, me dijo que fui muy grosero con la invitada. La verdad no lo creo, pero por las dudas, me disculpo contigo.- me miraba como si fuera un cachorro abandonado en medio de una noche lluviosa. ¿Enserio creía que seria tan fácil?
-¿No lo crees, pero te disculpas por las dudas?
-Si, porque puede que para mi sea normal, pero tu humor ser distinto al mío y sentirte herida. No me gusta que la gente se sienta mal, así que si ¿Me perdonas?
-No lo se.
-¿Por qué no?
-Porque apenas llegue me bautizaste como gruñona, ni siquiera sabias quien era y ya decidiste llamarme así.
-Es con cariño y no lo niegues, no has dejado de gruñir.
-Eso no tiene importancia ahora.
-Si la tiene.
-No la tiene ¿Por qué la tendría?- pregunte confundida.
-¿Acaso usas drogas, gruñona?- ¿A esto llamaba él disculparse?
-¿Por qué lo preguntas? ¿Intentas ofrecerme de lo que tu consumes?- la sorpresa que cruzo por su rostro, fue tan divertida, que casi me rio, pero eso lo hubiera incentivado más.
-Yo no consumo, hace daño y mi cuerpo es un templo. Deberías seguir mi ejemplo y nunca acercarte a esas cosas. Repite conmigo “Di no a las drogas”- pronunciaba cada palabra, con un pequeño toque a mi nariz. Eso era todo, era hombre muerto.
Aparte su mano de un manotazo, antes de acercarme y en un rápido movimiento inmovilice uno de sus brazos contra su espalda, antes de darle una patada tras la rodilla.
El ambiente se había quedado en completo silencio, a excepción de los quejidos de Michael.-Te lo advertí, pero no sabes cuando detenerte.
-Esta me la cobrare pequeña gruñona, duele jodidamente. ¡Benny, controla a tu mujer!- aulló de dolor, mientras apretaba más mi agarre.
Solo entonces comenzaron a escucharse risas, dos nuevas chicas aparecieron y al ver la escena no dejaban de reír.
-¡Te harán besar el piso ken!- grito una de ellas.
-Se que es pecado, pero apuesto treinta por la chica del vestido rojo.- aplaudió la otra.
Lo solté, mirando como se desparramaba en el suelo. No iba a lastimarlo, mucho, solo quería que sienta un poco de dolor.
La chica que ofreció treinta, corrió hacia Logan, quien la atrapo antes de besarla. Muy bien, llegaban las demás mujeres.-Acostúmbrate, son así. Me he reunido dos veces con ellos y Sophie y Logan, siempre están besándose.
-¿Qué pasa comisario? ¿Es que tanto amor, se esta introduciendo en el frio hielo que recubre su corazón?- pregunte de manera sarcástica.
-No, solo pensaba si debería sacarte de aquí, antes de que vuelvas a golpear a Michael. No me habías dicho que sabias defenderte.
-No pregunto comisario, pero si estoy de acuerdo con salir de aquí, no se si no lo volveré a golpear si se levanta. – explique, mirando a Michael aún sentado en el suelo, sobando la parte trasera de su rodilla.
-Esta me la cobrare gruñona.- prometió al encontrarse con mi mirada.
-Espero lo hagas, ya vámonos. – dije mirando a Benjamín, quien solo asintió.
ESTÁS LEYENDO
Por motivos religiosos
WerewolfLogan North no esperaba encontrar a su compañera perdida en el bosque. Pero una cosa era segura, no perdería la oportunidad de ayudarla. Solo tenia cuatro días para demostrarle que él podía ser el hombre de su vida. Pero antes debía convencerla de c...