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Dylan

Me desperté por un movimiento brusco, mi cabeza dolía mucho y no podía mover mis manos. Cuando abrí los ojos recordé a Alex, él me había secuestrado y Aryeh, oh Dios, él lo había golpeado.
Ese recuerdo hizo que volteara a ver al hombre que a pesar de tener la misma sangre que yo, nunca lo consideraría padre, él era un monstruo.

-Veo que despertaste. Disculpa que tuve que atarte, pero no podía correr riesgos, en ese maldito pueblo se acercaron a mi auto a comprobarlo.- imaginaba que lo harían, pero esperaba se dieran cuenta que me secuestro.

-¿Cómo lograste que no te detuvieran? Por si no te diste cuenta, me estas secuestrando y eso es un delito.

-Eso fue fácil, te oculte en la cajuela hasta que salimos de ese maldito lugar. Por un demonio, son unos jodidos idiotas, solo basto que les dijera que estaba perdido. ¿Puedes creer que no me preguntaron nada más? - podía hacerlo, en la manada no eran muy comunes este tipo de delitos y si lo eran, todos se conocían.

-¿Ese es tu excelente plan? Pudiste matarme, me pude quedar sin aire ahí encerrada, eres un maldito inconsciente. -trataba de soltar mis manos, pero no lo lograba, el nudo era bastante resistente.

-Claro que no, mi plan es vivir tranquilo con mi hija. Por si no lo sabes, la sucia perra traidora de tu madre, ayudo al imbécil del policía a atraparme y entre los dos me quitaron mi maldito dinero, pero lo recuperare y tu me ayudaras.

-No vuelvas a hablar así de mi madre y mucho menos de Benjamín, él es mi padre

-Yo soy tu padre, no él.- tenia tantas ganas de llorar, ni en mis peores pesadillas me vi atada a un auto, que conducía Alex Sherman.

-Él lo es. No eras tu quien estaba conmigo cada vez que enferme, fue Benjamín. Tampoco fuiste tu quien me acompaño mi primer día de clases y me ayudo cuando los nervios fueron más fuertes, nunca me diste ni un poco de cariño. Cada recuerdo bonito lo tengo con él, Benjamín es mucho mejor padre de lo que tu nunca hubieras podido ser.

-Eso no lo sabes Dylan, lo único que sabes son las mentiras que te dijo tu madre. Yo quería formar una familia, pero ella se metió con ese maldito, que no solo me robo a mi esposa, sino que trata de hacer lo mismo con el amor de mi hija. Pero esta vez se equivoca, nadie lo ayudara a alejarte de mi, desde ahora, seremos solo tu y yo contra el mundo. Me vas a querer Dylan, solo necesitas tiempo para acostumbrarte a mi, tiempo que tendremos ya que no volveremos a separarnos.

-Déjame ir por favor, puedes detenerte aquí y yo regresare por mi cuenta.- no me importaba caminar, caminaría lo que sea necesario, pero necesitaba volver.

-¿Por qué haria semejante estupidez? ¿Crees que te buscaría, solo para dejarte ir? No seas tonta, quiero pasar tiempo contigo y eso haremos desde ahora.

-Si me quieres al menos un poco de lo que dices, déjame ir. No quiero irme contigo, aquí esta mi familia, están mis amigos y alguien muy especial para mi. Por favor Alex, no quiero preocuparlos.- Nika enloquecería si algo me pasara, conociéndolo, no dejaría de culparse por no haberme acompañado.

-¿Es eso? ¿Un noviecito? Esas cosas no duran cariño, al lugar al cual iremos, estará lleno de chicos y podrás elegir. Empezaremos de nuevo y tendremos muchas posibilidades.

-No quiero otras oportunidades, soy feliz con mi vida y no es un noviecito, Nika es mucho más de lo que imaginas para mi. Te lo suplico Alex, déjame volver.

-No, no lo hare, con el tiempo me agradecerás el alejarte de ese lugar.

Nunca haria tal cosa, nunca podría agradecerle el alejarme de las personas que amo. Mis padres enloquecerán de preocupación y es algo que no le perdonare. Nika no sabia como podría salir adelante, él me dijo que yo era su ancla, que era gracias a nuestra relación que tenia esperanzas de un mejor futuro y de ser una mejor persona. No podía quitarnos eso a ambos.
También debía volver y saber como estaba Aryeh, si algo le sucedía, nunca me lo podría perdonar.

-¿Qué paso con el niño que trato de defenderme? ¿Qué hiciste con él?

-No soy un monstruo Dylan, lo acerque hasta una zona más concurrida y lo deje allí para que alguien lo encuentre. Además solo le di tres golpes, estará adolorido unos días, pero no morirá.- y él decía que no era un maldito monstruo, pero yo estaba muy segura de que si lo era.

-Si lo eres, de lo contrario no me alejarías de mi madre.

-Ella te alejo de mi primero, creo que es justo un poco de su propia medicina. ¿No lo crees?- negué, a su pregunta, a pesar de que no estaba mirándome.-Ahora Summer sentirá lo mismo que yo sentí, primero te aleja cuatro años y luego, me traiciona y te aleja por otros catorce. ¿No crees que es una perra?

-No, mucho menos cuando al principio solo nos buscaste para que mi mamá te ayude a robar algunos bancos, mientras me dejaste con una completa desconocida. La señora Roxy, no era alguien con quien dejar a tu hija, no si de verdad te importara.

-Roxy era una gran persona, una madre cariñosa y por eso pensé en ella para cuidarte. Además, eras muy pequeña para recordarlo, estoy seguro de que estas son solo cosas que tu madre ha metido en tu cabeza. ¡Maldita zorra! Imagino todo lo que te habrá dicho de mi.

-Ella nunca me dijo nada, tenia miedo de que recordara esos sucesos, pero nunca olvide. Esa señora llego a golpearme, solo porque tu necesitabas dinero. ¿Tienes idea del miedo que sentía? Por cualquier cosa se molestaba, siempre decía que hacia algo mal. Lo único que me daba esperanza, era saber que mi mamá haria lo posible por recuperarme, algo que se que volverá a hacer.

-¿Y quien dijo que nos encontrara? Veras Dylan, mi familia siempre estuvo muy bien posicionada y ahora con la muerte de mi padre, recibiré mi parte de la herencia. Bueno en realidad mi madre me la entregara, ya que supuestamente estoy en casa, en detención domiciliaria. Y usare eso, para que nos alejemos de todos.

-Mi madre nunca se rendirá. - ellos me encontrarían.

-Si llega a hacerlo, no dudare en matarla, por su culpa he pasado todos estos años encerrados. No juego con esto, Summer me la debe y nada me impedirá matarla.

-Estas loco, es por eso que mi madre me alejo. No eres mi padre, no eres nada Alex, y en cuanto me libere, te arrepentirás.

Pero mientras seguía luchando con las ataduras, Alex comenzó a reír, como el maldito maniaco que era. Tenia que encontrar la forma de salir de este auto.


Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora