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Dylan


La primera en llegar al hospital fue Savannah, ella era quien tenia la casa más cercana y estaba segura de que Johan le había informado la situación.
Aún me encontraba abrazada a Nika, cuando ella se dirigió a besar a su esposo, que estaba a pocos pasos de nosotros, para luego mirar en mi dirección.  Por la expresión en su rostro, imagine que me veía fatal, pero no podía importarme menos. Estaba preocupada por Alex, asustada, cansada, la verdad es que estaba muy cansada y no tardaría en quedarme dormida.

No sabia que fue lo que Johan le dijo, pero Savannah asintió, para luego caminar hacia mi. La miraba caminar, pero no hice ningún movimiento para salir de los brazos de mi compañero, sentía que si me soltaba, terminaría cayendo al frio suelo.
Sabia que todos creían que hice mal en ayudar a Alex, pero no podía darle la espalda cuando más lo necesitaba. Él estaba equivocado, pero Sophie me enseño a dar siempre una segunda oportunidad.

-Dylan ¿Estas bien? Johan ya me conto lo ocurrido.- me quede mirando unos segundos a Savannah sin emitir ningún sonido, hasta que suspire y asentí.

-Si, bueno  no. Es complicado, siento que ahora estoy segura, pero aún conservo el miedo que sentí antes.- estaba segura de que estaba volviéndome loca, no había otra opción.

-Es normal que te sientas así, es el shock, pasaste algo muy feo.- su mirada paso de mi hacia Nika.- Hola, soy Savannah Harrison, compañera de Johan y una especie de tía de Dylan, espero estés preparado, por que aparecerán muchas más, pero ahora ¿Puedes dejarme hablar a solas con ella?

Nika, me miro, preguntándome silenciosamente ¿Si quería que nos dejara a solas? La verdad es que quería que siguiera conmigo, pero también quería escuchar que tenia que decirme Savannah, por lo que termine asintiendo.

-Esta bien, iré a buscar un poco de café ¿Usted quiere señora Savannah? .

-Voy contigo, así ellas hablan tranquilas.- mientras Johan caminaba junto a Nika, me permití volver a llorar, había sido tan horrible todo lo que pase.

-Sabia que no estabas bien, cuando pase por algo parecido, tarde días en reponerme. Tu no sabes esto, pero cuando era más joven odiaba la idea de emparejarme y más con Johan, él era como mi primo, crecí a su lado. Pero cuando nos secuestraron a Tracy y a mi, solo quería estar a su lado, él era el único que lograba que me sintiera segura. Eso no significa que lo aceptara, ni siquiera eso me hacia ceder, pero él nunca se rindió, por más que lo echaba, siempre estaba junto a mi.

-Eso me sucede con Nika, lo necesito conmigo. Aunque yo si lo acepto, él es muy lindo conmigo.

-¿Es el hijo de los Bouchard? Esa familia es un desastre, sus padres son alcohólicos y debo admitir que creí que Nika saldría igual a ellos, me alegra ver que estaba equivocada.

-Conocí a su padre y no fue una muy buena impresión.- murmuré levantando el yeso para demostrar mi punto.- pero Nika es muy diferente, me ha demostrado en muchas ocasiones la gran persona que es.

-Es bueno que pienses en eso. Habrán muchas personas que te dirán que no deben estar juntos, que mereces algo mejor, pero si te hace feliz no los escuches. Hace unos años, yo hubiera sido una de ellas, aunque probablemente se lo hubiera dicho a él.

-¿Por qué lo dices?

-Cuando Robert conoció a Tracy, la odie. No bromeo, en cada oportunidad que tuve se lo hice notar, pero no es todo, trate de separarlos muchas veces. En mi mente, la creía inferior solo por ser una humana.- se detuvo un momento, sopesando, seguramente, sus próximas palabras.- Casi arruino todo para ellos, estaba cegada por mis prejuicios y casi hago miserable a mi hermano.¡ Ay no puedo mentirte! La detestaba en verdad, incluso luego de que se mudaran a la manada seguía sin aceptarla. Trate con todas mis fuerzas que se alejaran, pero como veras no lo logre.

No entendía porque Tracy le caía tan mal, conmigo siempre había sido muy buena. Incluso traía chocolates, cuando sabia que mis padres me lo prohibían. Aún ahora, cuando voy a cuidar a Uriel, ella me da varios dulces.

-Pero ahora parecen llevarse bien.- o al menos eso creía, ahora lo dudaba

-Ahora es otra cosa, la vida me dio tantas lecciones que no podía seguir siendo de esa manera. Cuando nos secuestro su ex jefe, yo la abandone. Hui y no mire atrás, no pensé en nadie más que en mi, fui muy egoísta ¿Verdad? – comenzó a reír entre dientes, preocupándome, quizás la locura era contagiosa.- Lo fui, y no solo con ella, no aceptaba a ninguna de sus compañeras.

-¿Cómo fue que terminaste aceptándolas? – Savannah era un poco seria, pero nunca vi que tratara mal a ninguna.

-Cuando Tracy quedo embarazada, hacían cuatro meses que habían decidido todos venirse a vivir a la manada. Estaba muy molesta, por la mudanza, por el embarazo  y por todo. Mi relación con Johan, no era como ahora, vivíamos enojados y peleábamos por cualquier cosa. Entonces el embarazo de Tracy se complico y Robert me pidió que la ayudara, yo no quería hacerlo, pero seria mi sobrino y termine aceptando. Con los meses me acostumbre a estar cerca de ellos y cuando Uriel nació, me cambio mi vida. Quería esa felicidad que veía en mi hermano, una que provocaba Tracy ¿Y como podía odiarla, cuando lo hacia tan feliz? Termine disculpándome por mi comportamiento y buscando a Johan. Cada día que pasaba con él, paso a ser diferente, ya no peleábamos, porque ya no le reclamaba nada. Dos meses más tarde, no podía negar que estaba completamente enamorada de él, aún estoy muy enamorada.

-Nunca hubiera imaginado que odiaras a los humanos. Me tratas con tanto cariño y me confías el cuidado de Beatriz.

-Ya no tengo ese pensamiento, como le dije a Nika, eres como mi sobrina y nunca haria nada que te lastimara. No imaginas la preocupación que sentí al saber que te habían sacado de aquí, pero gracias a la diosa, estas de regreso y estas bien. Ahora debes ir y abrazar a tu madre, la estoy viendo enserio preocupada.- voltee y efectivamente, mi madre llegaba junto a mi padre y ambos lucían preocupados

-Mamá- no tarde en levantarme y correr hacia ella. – Lo siento tanto. Se que debí decírselos, pero no quería que se preocuparan, todo fue más fácil cuando no sabían que recordaba a Alex.

-Ahora solo importa que estas bien.

Sabia que necesitaban respuestas, pero también comprobarme. Teníamos tiempo para hablar, ahora debíamos disfrutarnos.




Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora