Capítulo 21

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Eitan me llevó a casa, salimos de la oficina sin decirle nada a Adam, le dije a Marie que le dijera que tuve que salir de emergencia a comprar unas cosas, relacionadas con mi periodo.

— ¿En qué piensas?— me preguntó Eitan sacándome de mis pensamientos turbios

—En nada

—A mi no me engañas, piensas en él y en las consecuencias de esto.

— ¿Para qué me preguntas si conoces la respuesta?

—Quería asegurarme— respondió sonriente

Mi semblante era serio, sin expresión.

—Vamos, no te pongas así— trató de levantarme el ánimo —Se que te duele dejarlo y sé que te duele más porque te vas sin decirle, pero te recuerdo que esta fue tu decisión

—Vaya, si que sabes dar ánimos— expresé en tono sarcástico

—Mejor no digo nada, tranquila todo saldrá bien.

—Gracias, Eitan

—Llegamos— me dijo al estacionarse afuera de la casa.

—Te voy a abrir el portón para que metas el coche

—Está bien

Me bajé del coche, busqué las llaves en mi bolsa, abrí la puerta y después le abrí el portón de la cochera a Eitan, el metió el Mustang y lo cerré, bajó del coche.

— ¿Quieres que te ayude en algo?

—No, regresó rápido. Sólo voy por una cosa.

Subí a mi habitación, abrí el armario, me quedé parada unos instantes. Tomé una bolsa bastante grande para meter mi ropa. No podía empacar la ropa que tenía en esa casa, ya que, Adam se daría cuenta. Solo tomé la bolsa del armario y bajé. En la casa de Eitan tenía mi antigua ropa y esa era la que me llevaría.

Busqué a Eitan por la sala y la cocina, pero no lo encontré. Salí a la terraza y ahí estaba, disfrutando de la vista.

—Es hermoso, ¿no lo crees?

—Sí, despertar aquí, sería maravilloso

Solamente Reí, lo mismo opinaba yo cuando recién llegué.

—Sí

Él se giró para verme y vio que traía una bolsa vacía.

— ¿Hemos venido hasta bahía tiburón, por una bolsa, que ni siquiera trae ropa?

—Sí, para empacar la ropa que tengo en tu casa. No puedo empacar la ropa que tengo aquí, él se daría cuenta de que faltan cosas.

—Entonces, vámonos. Porque tenemos que llegar a la empresa antes de que tu esposo se dé cuenta de que salimos y nos comience a interrogar.

Salimos de la casa y nos fuimos con rumbo a la de él. Ahí estaban Annie y Michel.

— ¡Nina!— me gritó Annie al verme

La abracé

— ¿Ya te dijo Eitan?

— ¿Por qué crees que está aquí? —respondió Eitan.

Lo miré con cara de pocos amigos.

—Sí, me dijo hoy en la mañana.

— ¿Le dijiste a Adam?

—No

— ¿No crees que se dará cuenta?

—Sí, pero cuando se dé cuenta será demasiado tarde.

Mentiras EstafadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora