Capítulo 26

36 2 0
                                    



—Estoy buscando a Dissarno, dile que Adam está aquí— me ordenó arrogante.

Arqueé una ceja.

—Para empezar, a mí no me hablas con ese tono. Además yo no soy mensajera de nadie, si quieres decirle al jefe que has llegado, búscalo y dile tu, porque yo no lo haré.

Caminé hacia donde estaban los novatos entrenando con armas.

Miré como entrenaban, la persona que estaba con ellos me dijo que me acercara. Me dio un arma y comenzó a dar su explicación con mi ayuda. Les explicó como se agarraba un arma, las diferentes maneras de esconderlas, hasta la velocidad con la que debes de sacarla del escondite, sin ser sorprendido por tu adversario.

Terminó de dar su clase. Fui con rumbo a la bodega, ahí estaba Dissarno junto con Adam, saludé a Dissarno con un ligero movimiento de cabeza y pasé de largo, quería ir a la sala de duplicado con Michel, pero me detuvo el jefe.

—Nina— habló en voz alta. Me detuve y me giré hacia donde estaba él.

Sonreí

—Quiero presentarte a Adam Steven. Él es el nuevo elemento

—Ya tuve el gusto de conocerlo— expresé cortante.

—Bien—comentó el entusiasmado —dile al equipo que nos vemos aquí en 10 minutos.

—Está bien, Dissarno.

Les informé a todos lo que él dijo, a los 10 minutos, ya estábamos todos en la entrada de la bodega.

—Convoqué a esta reunión para presentarles a Adam Steven, él es el último elemento.

Todos comenzaron a murmurar

—Silencio— gritó Dissarno —Se preguntaran por qué lo mande traer, él es un gran estafador; nuestro reclutador tiene un amplio expediente y experiencia en esta área, él trabajaba solo, pero lo invité a unirse a nuestra obra maestra, si me atrevo a llamarla de esta forma.

¿Obra maestra?

Tenía que investigar a que se refería con eso.

—Tiene un largo camino trazado, pero nunca ha trabajado en equipo, así que ustedes me ayudaran a que aprenda a trabajar en equipo, en especial ustedes— señaló al viejo equipo, a Lain, Annie, Michel, Eitan y a mí—Cada uno le enseñará lo mejor que saben, en especial, tú Nina

Exhalé exasperada y asentí

—Ella es la que tiene el mejor entrenamiento, así que te enseñará todo lo que sabe. En especial a como desarmar a una persona—le comentó Dissarno a Adam.

El nuevo elemento sonrió y me miró de reojo.

—Pueden retirarse—informó Dissarno—Nina— me habló y me acerqué—Sé que no quieres entrenar a Adam.

Arqueé una ceja

— Tengo bastante trabajo con los novatos, como para dar clases particulares a tu nueva adquisición

—Lo harás y es mi última palabra. El entrenamiento con los novatos será en la mañana y con Adam por las tardes.

Asentí

—Está bien ¿algo más de lo que quieras hablar?

—No eso es todo.

Me fui al área de los dormitorios. Intenté dormir, porque sería un día largo, pero solo daba vueltas en la cama.

No supe a qué horas me quedé dormida. Desperté a la mañana siguiente, temprano, ni siquiera había amanecido. Me levanté, cambié y salí a correr para despejar mi mente. Tomé mi reproductor de música, le di play y salí a toda velocidad.

Sentí el aire fresco en el rostro, la brisa de una fresca mañana de mayo. Corrí por todo el bosque, lo único que quería era desaparecer mis problemas. Regresé a las habitaciones, me metí a bañar y salí con un conjunto deportivo. Fui al jardín con los novatos que ya me estaban esperando.

—La clase de hoy son técnicas de distracción. La desatención de su enemigo puede ser su mejor arma, esos segundos los pueden utilizar como ventaja.

Sentí todas las miradas en mí.

—Esto es muy sencillo.

Tomé a dos voluntarios. Al primero le entregué el arma. Al segundo le di una instrucción en privado.

—Quiero que cuando asienta hagas mucho ruido, junto con tus compañeros y dispares el arma al aire—le entregué una segunda arma.

Él se fue con sus compañeros.

Regresé mi atención con el primer voluntario.

—Atácame—le dije

Lo hizo

Comenzó a correr hacia mí, trató de golpearme, pero supe esquivar sus golpes, me apuntó con el arma. Asentí.

El segundo chico, junto con otros, comenzaron a gritar y disparó el arma al aire. El primer chico, giró hacia donde escuchó el disparo, sólo por un par de segundos, ese lapso, lo ocupé para quitarle el arma y tirarlo al suelo. Lo apunté con ella.

Sonreí victoriosa.

—Recuerden chicos, cualquier distracción por mas mínima que sea, la pueden usar a su favor y recuerden estar siempre alertas, para que no sean ustedes, quienes estén en esa situación.

Ayudé al chico a levantarse.

—Puedes volver a tu lugar. Harán parejas y practicaran lo que acaban de ver.

Al caer la tarde, fue mi entrenamiento con Adam. Quien vestía ropa deportiva y estaba esperándome en el jardín.

— ¿Estás listo para tu entrenamiento?— pregunté en tono seco al acercarme donde estaba él.

Asintió

— ¿Qué es lo que haremos?

—Te enseñare técnicas básicas de defensa

Asintió

—Esto es muy sencillo, antes de atacar tienes que analizar profunda y rápidamente a tu oponente, buscar su punto débil y no solamente estoy hablando de golpearlo en la entre pierna, sino, buscar algo que te pueda servir para lastimarlo; también es de gran ayuda si lo conoces o lo has investigado— me paré frente a él —posición de ataque— se puso frente a mí, se movía de izquierda a derecha. Mirándome fijamente— ¿listo? —arqueé una ceja

—No

—Ya tengo tu punto débil

—Esto es de velocidad, recuérdalo siempre— me lancé sobre él.

¿Su punto débil?

Su postura, mostraba debilidad e inseguridad, para ser un estafador, parecía un novato. Lo derrumbé, dejándolo inmóvil.

— ¿Cómo hiciste eso?

—Nunca subestimes a una chica.

—De eso me di cuenta

—Fue por tu postura, mostrabas debilidad, ese fue tu punto débil. Jamás debes de mostrar eso a tu oponente, si lo haces, será tu perdición

—Veo que sigues siendo buena— escuché una voz que salía desde el fondo.

Era Lain.

— ¿Qué haces aquí?

—Observando solamente

—Lárgate— hablé con tono de enojo

—Me iré cuando yo quiera, mientras puedo observarte— me retó

—Tu clase ha terminado, Adam. Trabaja eso que te dije— Me fui de ahí, sólo sentí las miradas de Lain y Adam en mi espalda.

—Que buen trasero tienes. El imbécil de tu marido debe de disfrutarlo mucho—gritó el estúpido de Lain.

—Púdrete— le dije sin voltear a verlo y seguir con mi camino. 

Mentiras EstafadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora