Capítulo 36

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Estaba en la habitación del hotel cambiándome de ropa. Quedamos de encontrarnos en el casino en 15 minutos. Entre más pronto comenzáramos a jugar, más rápido conseguiríamos el dinero. Lo que no entendía era para qué y por qué quería el dinero, si él tenía cuentas en el extranjero, con millones en ellas.

Vi a Eitan sentado en una mesa de póker. En otra mesa estaban Annie y Michel y en las maquinas Adam.

Pasé por un lado de él

—Así no ganaras nada— le dije cuando pasé

Rió

—Lo digo de verdad, Adam. ¿Cómo piensas ganar dinero?

Se encogió de hombros.

— ¿Qué me recomiendas?

—Juega cartas, al craps, la ruleta o yo que sé, pero recuerda hacerlo a nuestro estilo.

—Te digo algo y no le dices a nadie

—No sabes cómo hacerlo—afirmé

Él sonrió y asintió. Se veía indefenso. Entonces comencé a dudar que él fuera realmente quien decía ser.

— ¿Cómo lo sabes?

—Fue sencillo adivinarlo. Mira en el crap es fácil, ven

— ¿A dónde vamos?

—A que veas cómo se juega.

Fuimos a una mesa a observar a los que jugaban crap. Él y yo estábamos bastante cerca, demasiado para mi gusto y comencé a explicarle el juego.

—Para ganar en el crap, sólo tienes que hacer un once con los dos dados y es todo o un siete, con cualquiera de los dos ganas.

La persona que estaba sentada en la mesa hizo un ocho.

—Ya perdió— dije en voz alta. Adam solamente me miró de manera extraña.

—Lo siento, señor. Ha perdido— expresó el empleado al hombre que estaba jugando — ¿algún nuevo jugador?

—Yo—salí de entre la multitud.

—Espera—me tomó Adam del codo— ¿Cómo le harás para ganar? —susurró

Sonreí

—Hay maneras para manipular un dado y que este caiga en el resultado que tu quieres— le respondí de la misma manera y guiñé un ojo.

— ¿Cuánto va a apostar, señorita?

—Hoy me siento con suerte—expresé emocionada —$50, 000 al doble

— ¿Segura?

—Sí, ponlo en línea de pase.

Vi como ponía las fichas en línea de pase. Lancé el primer dado. Cayó 5, aventé el segundo dado y cayó 6.

— ¡Sí!— grité.

Adam estaba entre los espectadores viéndome jugar, apenas podía creer que había ganado.

—Ha ganado, señorita— me dio las fichas que había ganado.

*****

Estábamos en el cuarto del hotel, contando el dinero que habíamos ganamos esa noche, entre todos llevábamos más medio millón de dólares.

Todos se fueron a dormir, yo tomé mi celular, lo encendí y comencé a ver todos los mensajes que tenia de Adam, al igual que los emails. Como estaba más tranquila, le puse suma atención, lo que debí hacer cuando los leí la primera vez.

Até cabos sueltos.

"Nina, donde estas, cuando regresé a casa no estaba el coche, contéstame por favor, estoy preocupado".

Dato #1: el Cadillac se quedó en la cochera de nuestra casa.

"Nina, fui a buscarte a casa de Eitan y no había nadie, los coches no estaban, incluyendo el cadillac, ¿Dónde diablos estas?, estoy muy preocupado.

Dato #2: los coches sí estaban en la casa, a excepción del cadillac.

Al checar las fechas de los mensajes recordé que para ese día, él todavía estaba en Nueva York, supuestamente había ido a una junta con su padre, pero estaba dudando que hubiera ido para allá.

Después de revisar todos los mensajes, supe que mi esposo, me mintió. No estaba en casa. Realmente lo sentía cerca de mí y podría jurar que estaba en Boston o tal vez, no.

Soñé él, su imagen estaba en mi cabeza. Hubo una especie de neblina y apareció en una habitación blanca, frente a un espejo, cuando me acerqué hacia él, se trasformó en Adam Steven.

¿Por qué aparecía en mi sueño?

Entonces desperté, sentí mi corazón agitado, estaba asustada y a mi cabeza vino la posibilidad de que Adam Steven fuera Adam Jones. Por alguna razón me lo recordaba, muchas cosas sobre él no encajaban.

¿Cómo podía comprobarlo?

Era algo que tenía que averiguar antes de regresar a Boston. 

Mentiras EstafadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora