Capítulo 38

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Regresamos a Boston. Estábamos reunidos, Lain, Michel, Annie, Eitan, Jerry, Adam y yo, Dissarno planeaba decirnos sobre su estafa maestra.

—Los felicito por su excelente trabajo en las vegas. Ahora todos se estarán preguntando cuál es el siguiente paso.

Todos lo miramos fijamente, esperando a que nos diera la respuesta a la pregunta que estaba en el aire. A excepción de Lain, porque él la sabía.

—Para eso estás aquí, Nina—me señaló —tú eres mi pieza clave en todo esto.

Arqueé una ceja

— ¿Yo?

—Tú y tu esposo

Bufé

Esperaba que no fuera lo que estaba pensando

—Sí, mi mayor estafa es quedarme con Tecnho—Construction Company.

¡Maldita sea!

— ¿Por qué quieres quedarte con la empresa?— preguntó Eitan

—Es una historia muy sencilla. Hace mucho tiempo quise hacerlo, pero algo salió mal y el dueño legítimo murió, después me deshice de sus herederos. Para mi desgracia tu querido esposo y su maldita familia adquirieron la empresa, pero para variar hace poco me enteré que los verdaderos herederos esta vivos en alguna parte de Estados Unidos.

— ¿Cómo sabes que están vivos? Se supone que los mataste

—Sí, pero los muy imbéciles se las ingeniaron para pasar desapercibidos durante todos estos años y ahora que sé que están vivos, necesito deshacerme de ellos antes de que vengan a reclamar lo que les pertenece, pero yo tengo más derecho que ellos.

— ¿Los tienes identificados?

—No, pero mis investigadores están en eso. Pero para antes de encontrarlos la empresa será mía y así podré eliminarlos con mayor facilidad.

Tragué saliva al igual que todos en la habitación

— ¿Y qué es lo que quieres que haga Nina?— le preguntó Annie

—Lain se presentará como un nuevo socio—me miró—y tú tienes que convencer a tu esposo de que lo acepte, poco a poco nos iremos adueñando de la empresa haciéndolo firmar un papel que me convierte en el dueño de la misma. Pero para eso, todos ustedes— señaló a Annie, Eitan, Michel, y Jerry –me ayudaran metiéndose a trabajar a la empresa para saber datos y estadísticas. Como tú ya estás dentro— le dijo a Eitan —me ayudarás a desviar dinero, haciendo que la empresa poco a poco vaya cayendo haciendo que Adam no tenga otra opción más que asociarse con Lain.

— ¿Cuál es el plazo que me das?

—Máximo dos meses

—Bien— respondió Eitan en tono serio. Conociéndolo debía estar ideando un plan para arruinar el de Dissarno.

— ¿Cuento contigo, Nina?

— ¿Tengo otra opción?— expresé a Dissarno en tono sarcástico

—Esa es mi estafadora estrella.

— ¿Cuándo iniciamos?

—Regresas a San Francisco en dos días.

Asentí

—Pueden retirarse.

Comenzamos a salir.

—Espera Nina

Me detuve

— ¿Qué? —arqueé una ceja

—No pienses en engañarme, los mantendré vigilados en su regreso, así que ándate con mucho cuidado— me tomó del brazo con fuerza

Lo miré fijamente

— ¿Te he fallado alguna vez?

Me sostuvo la mirada

—Confiare en ti, pero vete con mucho cuidado. Sería una lástima que a alguien de tu nueva familia le pasara algo.

—No serías capaz.

—He matado a mucha gente. Maté a mi propio hermano, no me tentaré el corazón en matar a alguien más y menos a alguno de ellos— me soltó con brusquedad.

Me fui a mi recámara. Sus palabras no dejaban de retumbar en mi cabeza.

¿Quién habrá sido su hermano y por qué lo mató?

Tenía nuevas preguntas que tendría que responder y a como dé lugar buscaría las respuestas, pero primero tenía que hacer algo más importante; confesarle a Adam que sabía la verdad. 

Mentiras EstafadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora