Capítulo 55

32 2 0
                                    


Observaba a dos niños y una niña, corrían por un enorme jardín. La pequeña se escondió detrás de un árbol, él la buscaba, pero ella no se dejaba ver. Estaba soñando, era consciente de eso.

—Corre Nina— gritó un niño. Ese niño era igualito a Eitan, me acerqué un poco noté que esos niños éramos Eitan, Adam y yo jugando.

—Sí, Eitan.

Recordaba ese día, con exactitud. Ese fue el día en que papá y Paul se asociaron.

¿Por qué soñaba con eso?

Seguí caminando por el jardín. La niña estaba sentada debajo del árbol, un pequeño, Adam, se acercó a ella.

—Nina, eres muy bonita.

Mi yo de niña se rió.

—Algún día, tú serás grande y yo también y si nos seguimos viendo tú podrías ser mi esposa.

—Adam, somos niños, para ser grandes falta mucho.

—Sí, pero te prometo que cuando seamos grandes yo me casaré contigo.

—Adam, yo no me quiero casar

—Por eso te dije que hay que casarnos cuando seamos grandes

—Primero quiero ser grande y si me quiero casar me caso y si no, pues no me caso y ya.

—Yo te quiero mucho y siempre te voy a querer— el pequeño Adam, le dio un beso a la pequeña Nina. Ella se rió y salió corriendo hacia dentro de la casa. Todo comenzó a tornarse borroso y las imágenes pasaron a ser solamente recuerdos otra vez.

Desperté en una cama de hospital, estaba conectada a tantos aparatos que me hacían sentir como si estuviera a punto de morir. Volteé hacia todos lados, a mi lado tenía a Adam, con una barba crecida de días sin rasurar.

—Nina, despertaste al fin

— ¿Qué pasó, Adam?

—Tuviste un accidente, el coche en el que ibas se volcó.

— ¿Cuántos días llevo aquí?

—Tienes dos días.

—Recuerdo un accidente y mucha sangre. ¿Cómo esta mi bebé?, ¿le pasó algo? —lo miré fijamente —dime que el renacuajo está con vida—supliqué por una respuesta afirmativa.

Él me miro sorprendido

—Nina, por favor cálmate. Esto te puede hacer daño, relájate.

Respiré profundo para calmarme.

—El bebé está bien. Sorprendentemente no le pasó nada, los dos están bien. Muchos dicen que es un milagro.

— ¿Y Dissarno? ¿Qué pasó con él?

—Murió

—Después de que se volcaron, tuvieron poco tiempo para salvarlos antes de que el coche explotara, por desgracia a él no lo pudieron sacar y murió en la explosión.

— ¡Qué!

—Lo siento mucho, sé que era tu tío, era de tu familia.

—La verdad, no lamento su muerte, él así lo decidió, hasta el final fue completamente él—exhalé exasperada — ¿Qué pasó con Lain?

—Está bajo la custodia de la policía. Pronto darán su sentencia—Noté preocupación en su voz.

— ¿Qué pasa, Adam? —ahora la preocupada era yo.

Mentiras EstafadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora