Alessio
Miraba de lejos cómo Gina recogía aquella nota. Sacó el dedo corazón a nadie en particular y luego dio media vuelta para encerrarse en su casa.Estaba perdiendo la cabeza. La conversación que sostuve esta mañana con Deyna, después de que Gina se fue, me dejó aún más intrigado. Era pura. Aquella fiera que me desafió conservaba su virginidad intacta y ya había pensado en las mil formas en las que podía hacerla gritar mi nombre.
—Te vas a buscar un problema. —Miré Alexander con cara de pocos amigos—. Puedes tener la maldita mujer que quieras, y te obsesionas con esa en especial.
Me tragué el vómito de palabras que tenía para él, porque ¿quién demonios pidió su opinión? Si quería obsesionarme con ella, lo haría. Si quería cogerla de mil formas y donde yo quisiera, lo haría. Si quería hacerla mi esposa... Me había vuelto loco. Nunca antes pensé en quedarme con una mujer para siempre. El compromiso me enfermaba.
—¿Investigaste lo que te pedí? —cambié de tema.
—¿Cuándo no lo he hecho? —contestó irritado y soltó un resoplido—. Como todos —me observó con una ceja enarcada—, tiene una cola larga que le pisen. Lo estuvo haciendo mientras ha estado con ella.
Una sonrisa maliciosa adornó mi rostro y eché un último vistazo hacia aquella casa al tiempo que el chófer se ponía en marcha.
***
Los juegos sucios siempre fueron mi más grande motivador y siempre ponía a prueba a las mujeres que entraban en mi circulo. Deyna era una de mis favoritas; sumisa y confiable. Sabía que su coño solo era para mí. Lo era. Ninguna se negó a mis encantos, ni se resistió al monstruo que colgaba entre mis piernas, que era como las mujeres lo llamaban. No me quejaba de aquella fama, pues estaba más que complacido.
Deyna tenía las manos atadas a su espalda y las piernas abiertas y encadenadas a cada lado de la cama. Cada azote iba acompañado de una dura penetración. Me encantaba aquella sumisión. Sus quejidos eran silenciosos. Deyna no era de las que gritaba, y aquello me encantaba. Su labio inferior siempre terminaba hinchado y lastimado. Lo lamía al final del acto. La tomé por el cabello y pegué mi boca en su oído. Necesitaba oír otra vez de su boca lo pura que era Gina.
—No me has mentido. —La halé con fuerza del pelo y la embestí con más rudeza—. Ella sigue intacta. —La escuché quejarse y movió sus caderas.
—Sí, su majestad —manifestó con voz seductora—. Ella es virgen, pero tiene algunos trucos. No pude evitar mirar qué cosas hacía para tener a Camilo a sus pies.
—¿Qué cosas? —curioseé y la penetré aún más fuerte.
—Sus manos y su boca son un maldito afrodisíaco.
Aquella declaración me llevó al orgasmo. Saber que tenía aquellas habilidades y que aquel coño estaría caliente y apretado, me hizo desearla aún más. Me volvía loco. Ni siquiera la había tocado.
Sabía que, cuando ese día llegara, estaría perdido.
Gina Stevens se convertiría en mi delirio y en mi perdición.
Eso me hacía perder la razón y me arrastraba al mismísimo infierno.
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La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en Amazon
RomansaGina Stevens es una modelo curvy estadounidense que ha escalado por su cuenta. Tomó la decisión de irse a vivir a Italia, donde se ha convertido en una de las modelos más solicitadas. Sin embargo, no todo es tan hermoso y maravilloso. El día de su f...