Gina
Mis padres tenían más que claro que las cosas entre Camilo y yo habían terminado mal, pero esto no se trataba de nuestra relación, sino de mi carrera, esa por la que luché y que ahora se desmoronaba. Pasé los últimos tres meses tocando puertas y absolutamente todas me habían rechazado. Todas las agencias tenían algo que ver con la marca Lombardi y sabía que aquel hombre había hecho todo para joderme.
—Cuando dijiste que serías modelo curvy nunca pensé que llegarías tan lejos. —Mi madre apretó mi mano y por un momento me sentí reconfortada.
—Deja que tu madre y yo te ayudemos con parte de los gastos de la demanda.
Miré a mi padre, apenada. No podía permitirlo.
—No —dije con firmeza—. Lo único que necesito ahora de ustedes es apoyo. Regresar a Italia supondrá muchas cosas. —Me quedé en silencio y no pude evitar mirar a mi hermana.
Regresar no solo significaba estar cerca de Camilo y su familia, también significaba que tendría que enfrentar a Lombardi en algún instante.
—Es una buena propuesta —comentó Genave—, y los Berlusconi no tienen nada que ver con los Lombardi, así que creo que debes ir. Es tu carrera, por lo que tanto has luchado.
Contar con mi familia era la fortaleza que necesitaba.
—Sabes que no soy el mejor hermano del mundo y que siempre me mantengo al margen, pero cuenta conmigo. —Observé a Jimmy, agradecida.
Él había viajado desde Los Ángeles para estar aquí.
—Entonces —me puse de pie—, creo que debo de ir a preparar algunas maletas. —No tenía ni una pizca de emoción.
Sentía tanto miedo de regresar, pero no podía quedarme de brazos cruzados, esa no era yo.
***
Un pedazo de hoja ponía mi nombre en cuanto pise el aeropuerto. Reconocía a la persona. Era Frank, el chófer de los Berlusconi. Me hacía sentir incómoda que se tomaran tantas molestias. Camilo conocía mi posición, sabía que solo estaba aquí por trabajo, aunque aún podría decirse que sentía cosas por él.
—Bienvenida nuevamente a Italia, señorita Stevens. El señor Berlusconi me dijo que la llevase a su antigua casa. —Asentí.
Frank me ayudó con las maletas.
Me subí al coche.
No supe por qué, pero llevé la mirada al gentío que se reunía allí aquella hora. Entre la multitud, mirándome con intensidad, creí haberlo visto. Aparté la vista con rapidez y me llevé la mano al pecho. Mi corazón comenzó a latir con desenfreno. Al posar mis ojos de nuevo en aquel sitio, me di cuenta de que no había nadie. Quizás era mi imaginación jugándome una mala pasada. Entonces, si era así, ¿por qué había reaccionado de aquella forma?
Frank se puso en marcha y traté de volver a mis sentidos. No podía dejar que su solo recuerdo me dominara.
***
La parte frontal de la casa estaba descuidada. El servicio se suspendió desde que me marché y no recordaba el habérselo comentado a Camilo, pero ya tendría tiempo para poner todo en su lugar. Le dije a Frank que se marchara en cuanto dejó las maletas en el interior de la vivienda. Miré la pequeña sala; allí donde Alessio me esperó. Su sola presencia me descompuso. Desde ese momento aquel hombre comenzó a jugar con mi mente.
Un golpe seco en la puerta me sacó de mis pensamientos. Era extraño, ya que los únicos que sabían que llegaría eran Camilo y su hermana Adrián. Nadie más tenía conocimiento de que estaría de regreso. Me quedé quieta. Tal vez se habían equivocado de puerta. Sin embargo, volvieron a tocar. Me debatí entre abrir o no, pero decidí hacerlo. Estaba cansada de sentirme como una niña asustada y me arrepentir al instante de haber tomado aquella decisión.
—Alessio —susurré al observar sus ojos.
No tuve tiempo de reaccionar. Sus brazos me envolvieron por la cintura y sus labios se encontraron con los míos.
El demonio me había encontrado y sabía que no me dejaría en paz.
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La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en Amazon
RomanceGina Stevens es una modelo curvy estadounidense que ha escalado por su cuenta. Tomó la decisión de irse a vivir a Italia, donde se ha convertido en una de las modelos más solicitadas. Sin embargo, no todo es tan hermoso y maravilloso. El día de su f...