Gina
Aquel lunes por la mañana la sensación de vacío me invadió. Debía volver al trabajo y tenía que enfocarme en las cosas verdaderamente importantes. Con mi reputación como modelo sabía que cualquier agencia estaría feliz de contratarme. Debía mantenerme positiva, hacer algunas llamadas y en un par de días todo volvería a ser como antes.
Verifiqué el teléfono y vi que tenía treinta llamadas perdidas. Camilo se lució, pero le dejé claro que no regresaría con él y que por ahora no estaría con nadie más. Necesitaba enfocarme y volver a estar unida con mi familia. No me daría por vencida, nunca lo había hecho. Soy y siempre seré una luchadora.
Volví a dejarle un mensaje a Deyna. Necesitaba que me enviara los papeles que certificaban la cancelación de mi contrato con la firma Lombardi. No contestó. Era la tercera vez que le escribía. No podía creer que alguna vez pensé que aquella mujer era mi amiga; era fría, calculadora, egoísta y manipuladora. Demasiadas cosas malas para una sola persona.
Caminé hacia la cocina aún algo soñolienta, pero me puse alerta al recordar lo que pasó la última vez. No había nadie y la casa estaba vacía. Sin embargo, arrastré algo con mis pies. Al parecer, lo habían deslizado por debajo de la puerta. Tenía el membrete de la marca Lombardi y sentí una extraña sensación en la boca del estómago. Lo levanté del piso y me acomodé en el pequeño sillón.
—Esa estúpida debió llamarme —dije en voz alta refiriéndome a Deyna.
Abrí el sobre.
Mis ojos no podían creer lo que leyeron en la primera línea. Era una maldita demanda por incumplimiento de contrato. Aquello no era en lo que habíamos quedado aquella mujer y yo. Cumplí con mi parte, quizá no con todo el deseo del mundo, o eso era lo que me decía a mí misma, pero así lo hice. Allí me di cuenta de que las palabras se las lleva el viento. Eso era lo único que obtuve de ella: falsas y vacías palabras.
Marqué a Genave. Ella estaba empapada de cosas legales más que yo. Me encontraba aterrada, no sabía cómo esto podía llegar afectar mi carrera.
—¿Sí? —dijo en cuanto descolgó el móvil.
—Pasó lo que dijiste: llegó una maldita demanda. No entiendo nada y no sé qué hacer —informé, atropellada.
—Cálmate. Tranquila, voy para allá. —Colgó.
Traté de leer el documento que tenía en mis manos, pero estaba tan desconcertada que no me pude concentrar.
Marqué el número de Deyna.
—Deyna Fiorella —contestó con aquella diplomacia suya que detestaba.
—¿Qué mierda significa esto? —Traté de mantener la compostura.
—El señor Lombardi no puede tener pérdidas y tú lo has sido en todo el sentido, querida.
Aparté el teléfono y respiré profundo.
—Hice la mierda que me pediste. ¿De qué pérdida estás hablando?
—Debiste ser con él más pasional y menos racional deberías saber que él no acepta un no como respuesta.
—Deyna... —Estaba perdiendo la paciencia. Escuché el pitido de llamada terminada—. ¡No! —grité y lancé el teléfono al sofá. Esto tenía que ser una pesadilla.
Sentía que vomitaría en cualquier momento y otra vez las ganas de llorar me invadían, pero ahora era por impotencia. No podía creer que caí en su juego y que dejé que aquel hombre jugara con mi mente. Lo más difícil de todo y lo que realmente me atormentaba era que me había gustado.
El timbre sonó. Unos segundos después, tenía a mi hermana sentada en el sofá con los documentos en la mano. Yo caminaba de un lado a otro, impaciente.
—Pues sí. Dice que no podías renunciar antes del año y de ocurrir aquello, la compañía se cuidaría. La parte demandada tiene que pagar un millón.
La miré con asombro. Casi todos mis ahorros los invertí en la boda.
—¿Dólares? —Busqué un poco de consuelo.
Quizá con algunos trabajos podría reunirlos más algo que me quedaba de mis ahorros.
—Euros —aclaró. Me dejé caer sobre el sillón, ahora sí con lágrimas en los ojos—. Estudiaré a fondo el contrato y me pondré en contacto con un amigo abogado. Sabes que es mi último año y no puedo ayudar más, ya que no estoy certificada.
Asentí, agradecida, aunque ahora debía comenzar a tocar puertas.
—Sé que tienes clases, así que solo ve. Haré algunas llamadas.
Genave se acercó y me abrazó. Agradecía tener aquel apoyo, saber que era real y que podía contar con mi hermana de manera incondicional.
Mi mundo se desplomó desde aquella noche. En este instante debía volver a levantar cada uno de los cimientos. Me dejé seducir por el demonio y ahora pagaba las consecuencias de mi atrevimiento. Si no hacía algo pronto, perdería todo por lo que tanto trabajé. Tendría que despedirme de mi carrera.
ESTÁS LEYENDO
La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en Amazon
RomanceGina Stevens es una modelo curvy estadounidense que ha escalado por su cuenta. Tomó la decisión de irse a vivir a Italia, donde se ha convertido en una de las modelos más solicitadas. Sin embargo, no todo es tan hermoso y maravilloso. El día de su f...