Capítulo 35. Perder la razón

54.4K 4K 532
                                    

Gina

Lo vi marcharse y me sentí extraña. Sabía que sus ojos se habían posado en mí, ya que la distancia que nos separaba no era tan grande. Mi corazón comenzó a latir veloz. Aquello significaba muchas cosas, las cuales no quería ponerles nombre, así que solo dejé que mi ex-cuñada me presentara a todos los accionistas de su marca y traté de enfocarme en lo que era importante: recuperar mi carrera.

—Eres realmente hermosa —comentó uno de los empresarios. Era joven, su rostro lo delataba, pero al parecer ya había construido un imperio—. Me alegro de que Adrián te haya elegido como el rostro de la marca —agregó.

—Estoy muy contenta y agradecida —dije con una sonrisa.

Posé mis ojos en la distancia sin poder evitarlo y me maldije por sentirme tan interesada por él. Debería estar agradecida, quizás al fin Alessio Lombardi se alejaría de mí.

Sentí unos brazos rodearme por la cintura y me tensé. Miré a mi costado y me encontré de frente con la intensa mirada de Camilo. Era hermoso. Tenía la peculiaridad de dejar sin aliento solo con una simple sonrisa, pero allí, tan cerca de él, a tan pocos centímetros de sus labios, siendo embriagada por su aroma, supe que no lo deseaba. Deseaba otras manos tocando mi piel y que otros labios me besaran. Deseaba lo prohibido. Perdía la cordura.

—Te has robado todas las miradas —me susurró al oído.

En otro momento aquel gesto me hubiese puesta la piel de gallina. Ahora no provocaba nada.

—Lo sé. —Quité con delicadeza su brazo de mi cintura y agarré una copa del camarero que pasó frente a nosotros—. Y sé lo que intentas, así que solo detente. —Le regalé una mirada severa y seguí a su hermana, quien me presentaría a otras personas. No obstante, Camilo tuvo algo que decir.

—Lo veo en tu mirada —expresó antes de alejarme—. Ya no me miras como antes. No hay amor en tus ojos.

Me quedé de espaldas y no pronuncié palabra. A decir verdad, no tenía nada que decirle, aunque sí me asustó saber lo que delataban mis ojos.

Me alejé para no seguir siendo cuestionada.

Adrián me llevó a casa.

Me quité aquellas zapatillas que me mataban mientras caminaba por la entrada de cemento. Me sentía algo mareada. El champagne y los tragos de whisky me habían hecho efecto y agradecía que aquello pasara justo cuando estaba en casa. Me sentí solitaria en cuanto pisé el recibidor. Llevé mis pasos escalaras arriba hacia la habitación. Ni siquiera encendí las luces y me dejé caer de inmediato sobre la cama.

Mi cuerpo ardía. No sabía si se debía al alcohol, aunque era más que probable. No podía sacar su nombre de mi cabeza. Acostada, me saqué el vestido y quedé en ropa interior. Asimismo, me solté el cabello. A mi cabeza llegaron todos aquellos instantes que viví con Alessio. Comencé a tocarme. Liberé uno de mis senos de aquel sujetador y luego el otro. Mis pezones se pusieron duros. Sentí cómo una descarga eléctrica bajaba a mi coño. Deslicé la mano por mi vientre y la metí por debajo de mi braga. Arqueé la espalda y rememoré mi encuentro con él este día. Fue desconcertante, pero a la vez excitante. 

Me encantaba esa manera suya. Aunque lo negaba, me encantaba muchas veces sentirme dominada. Yo era más de las cosas suaves y delicadas. Me preguntaba si podría enseñarle; ¿podría hacer que me tocara con delicadeza? Hice círculos con mi dedo sobre mi clítoris con aquel pensamiento en mi cabeza. Lamí mi dedo y lo introduje en mi vagina. Me halé el pezón y comencé a hacer movimientos aún más rápidos. Sin embargo, no quería venirme. En realidad, quería seguir con esta tortura un rato más. Sin pensar en lo que hacía, me desnudé por completo, agarré el móvil entres mis manos y empecé a grabar.

Grabé en un ángulo que se vieran mis pechos y mi rostro. Comencé a tocarlos y después recorrí con el lente de la cámara mi cuerpo. Mi coño estaba caliente y mojado. En cualquier momento iba a explotar, pero quería que él lo supiera, que viera cómo me ponía el solo pensar en él. Solo tenía eso claro en mi cabeza. Quería venirme para él. Solté un quejido y levanté el teléfono para que me captara completa en esta ocasión.

—Esto es solo para ti. —Solté un grito de placer y llegué al orgasmo.

Envié aquel vídeo sin detenerme a pensar.

Quería que perdiera la razón.

La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora