Capítulo 79. Siempre tuya

42.2K 2.9K 242
                                    

Gina

Siempre me gustó sentir aquella ventisca que anunciaba el invierno y dejar que los rayos del sol me bañaran con su calor, proporcionándome aquel equilibrio que tanto necesitaba. Así me sentía ahora. De pie frente a Alessio miraba cómo el verde de sus ojos se hacía cada vez más profundo cuando los rayos de sol los iluminaban. Contemplaba la belleza de su rostro y cómo se transformaba cada vez que una sonrisa se asomaba. ¿Acaso esto era un sueño? Nos despertamos aquella mañana como todas las demás y ahora los dos al fin nos jurábamos amor eterno frente al altar.

¿Cuánto amor estás dispuesto a dar? —indagué mientras veía cómo temblaba aquel trozo de papel en mis manos—. No sabía lo que era amar con tanta intensidad hasta que te vi llegar. Llegaste a sacudir mi vida con tanta fuerza, algo que nunca llegué a imaginar. Intenso, testarudo, entregado, imponente y hasta algo prepotente, pero me fui enamorando de tus defectos y tus virtudes. Me fui enamorando del hombre que se encontraba dentro de ti. Me fui enamorando de tantas cosas que ahora mismo no puedo decir. —Miré a los presentes con algo de vergüenza. Ellos reían a carcajadas—. Seré por ti y para ti, amor de mi corazón, hasta el último día de mi vida, te amo y te amare hasta el mi último aliento. —Aparté una lágrima que rodaba por su mejilla y lo estreché entre en mis brazos.

Lo escuché susurrar «te amo» y mi corazón palpitó como la primera vez que lo oí decirlo.

—Uff, será difícil superar eso —bromeó. Le costaba poner en palabras sus sentimientos, pues era más de demostrar que de hablar, aunque Alessio era una caja de sorpresas, con él nunca se sabía—. No hay palabras suficientes cuando se trata de ti. No hay forma de poner en palabras todo mi amor por ti, pero lo intentaré. Llegaste como un torbellino a mi vida, plantándome frente y con mirada desafiante. Me acerqué a ti por las razones equivocadas, pero poco a poco te fuiste adueñando de mi mente, mi corazón y todo mi ser. Hiciste que todo a mi alrededor perdiera sentido y te convertiste en el sentido de todo. Cuando te miro a los ojos, amor, veo el cielo abierto. Encuentro en ellos mi hogar, ese lugar al que siempre voy a poder regresar, ese lugar donde me puedo resguardar cuando aumente la furia de la tormenta, ese lugar donde por siempre encontraré la calma. Amor son dos personas que no se dan por vencidas. Eso somos tú y yo, Gina. Somos amor.

El silencio que acompañó sus palabras lo decía todo. Me quedé corta, ni siquiera pude controlar el llanto. Genave tuvo que pasarme un pañuelo. Nadie pudo evitar llorar. No tenía que mirarlos, lo sabía. Sus palabras fueron demasiado.

Acunó mi rostro entre sus manos y limpió con suavidad las lágrimas que aún mojaban mis mejillas. Dejó un tierno beso en mi frente y me regaló aquella sonrisa suya, esa que se robó todos mis suspiros.

—Por el poder que me otorga la ley —dijo el juez. Nuestra atención recayó sobre él—, los declaro señor y señora Lombardi. Puede besar a la novia.

Me tomó por la cintura con rapidez y me besó con pasión. Selló allí el pacto que nos unía por el resto de nuestros días.

Genave hizo un trabajo maravilloso con el patio trasero de la casa Stevens. Le pedí a Alessio que hiciéramos algo sencillo, solo los amigos más cercanos y familiares, nada que pudiese llamar demasiado la atención. Estuvo totalmente de acuerdo, así que optamos por celebrar la boda en la casa de mis padres.

Pude observar a mi hermana resguardada en la lejanía. Levantó la copa y yo hice lo mismo con la mía. Le ofrecí una sonrisa inmensa. Sabía que algo le ocurría y también el hombre junto a mí lo sabía.

—La foto familiar —escuché decir a mi madre—. Genave, deja ese teléfono ahora.

Lo dejó sobre la mesa y caminó hacia nosotros. Quizá solo eran ideas mías o quizás algo realmente le preocupaba.

La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora