Capítulo 19. Reencuentro familiar

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Gina 

Genave me sacó de la cama temprano aquella mañana. Quería seguir durmiendo, pero ella insistió en que debíamos tomar un buen café antes de ir a casa de mis padres. Tener la mente despejada y fresca era el credo de mi hermana, así que no iba a escaparme tan fácilmente. Me rendí y la acompañé al café de siempre. En realidad, necesitaba aquella espabilada.

Greogory's seguía tal cual como lo recordaba. El olor a café y rosquillas llenó mis fosas nasales. Me sentí bienvenida, como si el tiempo no hubiese pasado. No obstante, algunas cosas sí habían cambiado en mi vida y lo entendí cuando aquella chica se acercó a pedirme un autógrafo. Por un momento no pude reaccionar y solo me quedé mirándola como una lunática.

—¿Gina Stevens? —cuestionó.

Me miré de arriba abajo. Había optado en usar ropa deportiva y ni hablemos del moño desaliñado.

—Sí —respondí algo avergonzada.

—¡Oh, por Dios, no puedo creerlo! —exclamó con exagerada emoción. Sacó un bolígrafo y un papel—. Eres nuestra diosa: mía y de mis amigas. —Señaló la mesa donde se encontraban sus amigas. Todas eran curvy como yo—. ¿Te puedes sacar una foto con nosotras?

Contemplé a Genave. Asintió. Acompañé a la chica donde se encontraban sus amigas.

Gena y yo nos sentamos en una de las mesas después de que pasó toda la euforia de las chicas curvy. Ella se burló de mí porque había decidido ponerme la peor pinta esta mañana. Nunca habría pensado que alguien me reconocería. Existía esa posibilidad, mas no me detuve a pensarlo. Ni siquiera recordaba que era una modelo respetada.

—Iremos al bar Cool esta noche. Es noche Old School, sabes de lo que hablo.

Miré a mi hermana con cara de pocos amigos. Pensé que lo de conquistar Nueva York era solo para animarme.

—Gena...

Me interrumpió.

—Nada de Gena. No tienes por qué guardarle la espalda a ese tipo. Además, solo serán unos tragos. Solo quiero ayudar. —Colocó su mano sobre la mía.

Con aquella cara de niña buena era imposible decirle que no.

—Está bien —dije derrotada—. Ahora debo ir a hablar con papá y mamá.

Genave llamó al camarero para pagar la cuenta y luego nos pusimos en camino a casa de mis padres.

***

Darla abrió los ojos con sorpresa en cuantos estos se posaron en mí y Rey solo me estrechó en sus brazos. Cuánto extrañaba los abrazos de mi padre, sentir aquella cercanía con él y poder contar con su apoyo incondicional. Mi madre mejoró con los años, pero después de lo de Genave algunas de sus malas mañas habían regresado y su descontento con mi hermana lo hacía notar cada vez que le era posible.

—Tú sabias de esto, ¿verdad? —Mi madre observó a Genave con disgusto.

Intervine antes de que las dos comenzaran a discutir.

—Llegué anoche. Le pedí a Gena que no les dijera nada, pero ya estoy aquí, mamá.

Mi madre y mi hermana se sostuvieron la mirada. Como les dije, existía aún cierta resistencia entre ellas.

—Pero no se queden ahí paradas, entremos a la casa. Sé que existe una buena o mala razón por la que regresaste.

Miré a mi padre con tristeza. A él no podía mentirle.

Entramos en la casa donde pasé toda mi niñez. Sentí que estaba en el lugar correcto. Mi familia no era perfecta, mas nunca busqué que lo fuera. Aunque mi madre era insufrible a veces, sabía que siempre podría contar con ella. Su amor por mí, a pesar de todo, iba más allá de lo que podría demostrar.

Me propuse que disfrutaría aquel reencuentro familiar.

La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora