Alessio
Las luces de los flashes me deslumbraron en cuanto bajé del vehículo. Había coincidido con una presentación de mi marca en Nueva York y era importante que asistiera. Los periodistas comenzaron a bombardearme con preguntas. Yo solo tenía cabeza para lo que Deyna preparó para mí. Jugué sucio y quizá no obtendría nada, pero valía la pena el riesgo.
—Señor Lombardi, ¿es verdad que se encuentra en disputa ahora mismo con la familia Berlusconi? —Escuchar aquel apellido me fastidió.
En vez de sacar mi mal carácter, le regalé una sonrisa a aquella periodista, la cual dio un paso atrás. Los demás parecían que el ratón les comió la lengua.
La atención de los periodistas se desvió, cosa que agradecí, y se apresuraron hacía el coche que acaba de llegar. El tiempo se detuvo. Gina se había recogido el cabello y aquel vestido se le ceñía tan perfectamente a su cuerpo que me dejó sin palabras. Podía notar que se sentía algo avergonzada. Mucha atención no era algo que le gustaba. Cuando nuestras miradas se encontraron, una descarga eléctrica bajó directo a mi pene.
—Deberíamos entrar —comentó Alexander acabando con aquel momento.
No podía esperar, dado que estaba ansioso. La lujuria se apoderó de mí.
Fui emboscado por varias personas desde que pisé aquel salón. Miré sobre mi hombro para ver cuando Gina entrara. Mis ojos se posaron en aquel hermoso trasero, cosa que no pasó desapercibida por mi asistente, quien me miró con disgusto, así que me dispuse a tomar una copa con disimulo y traté de prestar atención a lo que decían las personas enfrente.
—Buenas noches, sean todos bienvenidos —dijo una voz femenina por los altavoces. Atrajo la atención de todos—. Esta noche, y como todos los años, tenemos el honor de presentar la nueva colección de la marca Lombardi, ¿y qué mejor ocasión que esta? Porque el señor Lombardi nos acompaña esta noche. —Los aplausos no se hicieron esperar y sonreí con forzada simpatía a todos—. La colección Mil noches de verano les mostrará las prendas de lencería más exclusivas, por lo tanto, en pocos minutos comenzará el desfile.
Volvieron a aplaudir.
—Señor Lombardi —saludó Paolo con la euforia que lo caracterizaba—. Me enteré por las malas lenguas que usted estaría aquí.
No sabía cómo seguía soportando aquella actitud chismosa.
—Coincidencia —resolví con altivez y me apresuré a entregarle aquella tarjeta—. Ella irá a ti —le susurré.
Asintió. No debía decirle nada más, pues sabía lo que debía hacer.
La noche prometía y estaba deseoso por probar sus límites. Quería saber hasta dónde podría llegar. Con aquello buscaba probarme a mí mismo y saber si iba a ser capaz de no rebasar aquella barrera a la que Gina aún no había llegado. Quería llevarla allí, pero deseaba que saliera de su boca, que me suplicara que entrara en ella y que me pidiera con todas sus fuerzas que fuese el primero. Eso me volvía loco.
Estaba al borde del abismo, pero me lanzaría si ella me lo pedía.
La vi acercarse a Paolo y luego atisbé la ansiedad reflejada en su rostro. Paolo miró en mi dirección y yo levanté la copa al tiempo que salía de aquel lugar.
Moví demasiados contactos para que todo saliera como lo había planeado. Sí, tuve que acudir a Deyna para que usara sus artimañas con Gina. Aquella mujer era un hueso duro de roer. Sin embargo, desde el bar se comenzó a resquebrajar ese cascarón que la cubría y quizás esta noche podría terminarlo de romper.
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La Oscura Obsesión de Alessio✔ (Libro #1 serie Oscura +18) Disponible en Amazon
RomantizmGina Stevens es una modelo curvy estadounidense que ha escalado por su cuenta. Tomó la decisión de irse a vivir a Italia, donde se ha convertido en una de las modelos más solicitadas. Sin embargo, no todo es tan hermoso y maravilloso. El día de su f...