capítulo 10.

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La noche anterior había sido intensa, hasta el punto de que, al terminar, ninguno de los dos fue capaz de levantarse y después de relajarnos y mirarnos por unos minutos, ambos nos quedamos dormidos

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La noche anterior había sido intensa, hasta el punto de que, al terminar, ninguno de los dos fue capaz de levantarse y después de relajarnos y mirarnos por unos minutos, ambos nos quedamos dormidos.

La primera en despertar fui yo, me levanté con cuidado de no despertarlo y me metí a la ducha, al salir, me puse un vestido cómodo, de esos que dejas de usar porque ya son demasiado cortos para salir con ellos y aun con una toalla envuelta en el cabello, fui a la cocina a preparar el desayuno para ambos.

Abrí la nevera y busqué las cosas que necesitaba para preparar algunos omelettes y fruta para comer en el desayuno, aunque con la hora que era, seguramente seria más el almuerzo. Tome un poco de verduras y champiñones, los cociné un poco en una sartén antes de preparar lo demás, cuando ya estuvo listo batí los huevos, les eche sal y pimienta, puse a calentar la sartén y cuando estuvo lista, agregué los huevos y esperé que los bordes estuvieran hechos para poner en el centro la verdura para finalmente, doblar la tortilla y sacarla, prepare cinco de ellos, pero comí uno mientras preparaba el resto, después de terminar con eso, empecé a picar fruta y dejarla en platos, aunque igual que con los omelettes, comí la mitad de mi fruta mientras preparaba todo, también hice un poco de jugo de naranja; al terminar, puse todo en una bandeja que encontré y camine hasta la habitación para despertar al hombre que dormía en la cama.

—Buenos días —saludó él en cuanto entré.

—Buenos días, pensé que estabas dormido todavía —me acerqué y puse la bandeja en su regazo —Te preparé el desayuno.

—Gracias —sonrió con los labios cerrados y empezó a comer, sus ojos estaban medio cerrados, por haber despertado recién y su cabello revuelto, viéndose tierno y sensual al mismo tiempo.

—¿Anoche le dejaste el auto a Garret? —asintió y continuó comiendo.

—Esto sabe muy bien —habló con la boca llena, era algo molesto, pero solo respiré hondo y miré hacia otro lugar —¿Qué mas cosas sabes hacer?

—Varias —reí, realmente sabíamos muy poco el uno del otro y era necesario sentarnos y hablar acerca de nuestras vidas, para poder entendernos mejor en el tiempo que íbamos a pasar juntos —No estudié gastronomía, pero cuando llegue a Rusia, una de mis vecinas me regalo uno de sus cuadernos de recetas, estuvo años llenándolo y al ver que estaba sola en un país diferente al mío, me las dio, también me enseño varias de sus técnicas de cocina, ella era jefe de cocina en sus mejores años. 

—¿Crees que va a extrañarte? —negué con la cabeza y sonriendo, al recuerdo de Ana, lo miré.

—Ella murió hace seis meses, tenía cáncer —termino de comer y dejo la bandeja en la única mesa de noche que había junto a la cama.

—Entiendo —asintió —¿Cuánto tiempo llevabas viviendo en Rusia?

—Sali del orfanato el mismo día que cumplí dieciocho y llevaba un año reuniendo dinero para poder viajar lo más lejos posible del lugar donde nací —me miraba interesado en la historia que le contaba —Así que básicamente la semana siguiente a mi cumpleaños, viaje a Rusia.

—Estuviste ahí por cinco años —asentí.

—Pronto seis, mi cumpleaños es el 15 de julio —sonrió y se levanto de la cama, completamente desnudo, se estiró y yo suspiré, recordando todo lo de la noche anterior.

—Sin palabras ante ese suspiro —se agachó para quedar a mi altura, sentada en la cama y besó mis labios antes de salir de la habitación y meterse al baño.

Mientras él se duchaba, yo me puse a organizar la habitación, que tenia nuestra ropa regada por todos lados, las sábanas se habían salido de los bordes del colchón, necesitaba ordenar ese desastre que causamos, busqué entre el closet de la habitación y en la parte alta, había sábanas limpias, así que las cambié, y me llevé las sucias junto a la ropa hasta el pequeño rincón donde estaba la lavadora y puse a lavar todo.

Camine hasta el balcón y me quede mirando hacia el cielo y sintiendo el sol en mi piel, aprovechando que era una tarde menos fría que las demás.

—¿Qué tal esta el sol? —hablo Caleb, mientras abrazaba mi cintura desde atrás.

—Se siente bastante bien —me recosté en su pecho y cerré los ojos, hace años que no me sentía acompañada y me gustaba la sensación de estar con alguien.

—¿Por qué estuviste en un orfanato? —era una pregunta que ya esperaba que hiciera, todos se sentían curiosos por conocer mi historia.

—Mi madre no era mujer tan estable, usaba drogas, bebía mucho y el dinero no le alcanzaba para cuidar de ella y de mí —abrí los ojos y mirando el cielo, empecé a contarle —Decidió dejarme en medio de un parque cuando tenía cinco años, fue el momento más aterrador de mi vida, me sentí tan sola, pero ahora creo que mi madre tomó la decisión correcta, mi infancia fue mejor en el orfanato, con ella habría sufrido demasiado, su vida no fue buena y probablemente termino muy rápido.

—¿Probablemente? —en su tono se escuchaba que estaba confundido, era entendible —¿No sabes si tu madre esta viva o no?

—No lo sé, es algo que supongo, porque en el orfanato me hablaban de ella y una vez fue a visitarme, pero no volví a saber de ella, así que lo mejor fue suponer que estaba muerta, me hace sentir más tranquila, de alguna manera —me giré en sus brazos y el me miró, como buscando en mi expresión si mentía —Es mejor eso que pensar en que está viva en algún lugar, consumiendo drogas, comiendo pequeñas cantidades de comida de vez en cuando y viviendo  con hombres que solo van a abusar de ella por sus adicciones.

—Viéndolo de esa manera, tienes razón —besó mi frente y acarició mi cabello —Si mis padres me hubieran abandonado no pensaría como tú, estaría muy enojado.

—Estuve muy enojada, por años —reí un poco —Todo el tiempo decía que me alegraba no estar con mi madre, porque ella era una mujer idiota, que no se valoraba, que nunca tomaría el mismo camino que ella, porque era el camino de los cobardes... ahora no pienso así.

—¿Cuál es tu pensamiento ahora?

—Me hubiera gustado saber mas de ella, quien era antes de sus adicciones, que sintió al dejarme, si me extrañaba, porque tomó la decisión de alejarse de mí, que fue lo que la motivo a darme una oportunidad, porque siento que al dejarme ene se parque me estaba dando la oportunidad de una mejor vida, aunque nadie me adopto, es difícil que adopten niños de cinco años en adelante.

—Y mientras tu tienes un pensamiento tan maduro, yo solo puedo imaginar a una pequeña niña abandonada en un parque... —dejo de hablar y me abrazó con fuerza.

Su abrazo se sentía como si quisiera abrazar a la Ariana de cinco años y decirle que todo va a estar bien, que mi futuro iba a ser mejor de lo que era mi presente en ese momento.

Su abrazo se sentía como si quisiera abrazar a la Ariana de cinco años y decirle que todo va a estar bien, que mi futuro iba a ser mejor de lo que era mi presente en ese momento

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Yo quiero abrazar a la Ariana de cinco años.
Estoy enamorada de Caleb, ¿sabían eso?
(¿Está permitido que los autores se enamoren de sus personajes?)
Los amo.
Francy

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora