Capítulo 20.

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La noche de bodas fue exactamente lo que esperaba, intensidad en su mayor expresión, todo hasta el punto de sentirme tan cansada que no pude, nuevamente, levantarme de la cama, solo me quedé allí, mirando el techo mientras la agitación bajaba para poder dormir.

A la mañana siguiente desperté por la sensación de algo que acariciaba mi mejilla y mi cabello, cuando abrí los ojos, vi que Caleb estaba despierto, de lado, con sus dedos pasando suave por mi mejilla.

—Buenos días, Ariana —sonrió y pasó los dedos por mis labios.

—Buenos días —murmuré, estiré la mano y peiné su ceja izquierda que estaba despeinada.

Caleb iba a besarme cuando fuera de la habitación empezó a sonar un celular, él gruñó y se levantó.

—Ya vuelvo —salió, el sonido se detuvo y lo escuché hablar, volvió a la habitación con el celular en la oreja y un ceño fruncido.

Se sentó en la cama y escuchó todo lo que estaban diciendo con paciencia, me senté y acaricié su espalda, se veía preocupado.

—¿Tienen información de la persona? —preguntó y la respuesta al parecer no le gusto, porque se paso una de las manos por el cabello, con frustración —Cuando sepan algo más, llamen y Garret, dile a Lena que nos envié ropa al hotel, gracias, hablamos luego.

Colgó y se quedó en silencio mirando hacia la ventana, respirando hondo y soltando el aire después.

—¿Qué paso? —él se veía demasiado afectado por lo que sea que le hayan dicho durante la llamada y eso me preocupaba, me imaginaba lo peor —¿Los rusos?

—Ayer entraron al apartamento —asintió y se levantó de la cama —No encontraron nada que tuviera información tuya porque todos esos papeles los tiene Garret, pero ya saben que estuviste ahí, van a seguir buscando hasta dar contigo.

—Ya saben que estoy en Londres —lo miré —Caleb, ya saben donde estoy, van a matarme.

—No van a matarte, cariño —se acercó de nuevo a la cama, se sentó y puso las manos en mis mejillas —Vamos a protegerte, te lo prometo.

—Esa gente es peligrosa, Caleb, tardaron muy poco en descubrir que mi muerte en Rusia había sido falsa, ya están aquí, ya entraron en la casa donde estaba...

—No vamos a volver allá, hay una casa de seguridad lista a las afueras de Londres, en una zona rural, allá estarás segura.

—¿Estaré? —él asintió y dio un beso suave en mis labios —¿No vas a venir conmigo?

—No cariño, tú vas a estar allá, con Lena, ella está entrenada y va a cuidar de ti, también va a darte un arma y mostrarte como usarla en caso de que logren dar contigo de nuevo —el miedo empezaba a afectarme de nuevo, estaban muy cerca de mi —Mientras ustedes dos están allá, Garret y yo llamaremos un par de amigos, ellos nos van a ayudar a encontrar a las personas que estuvieron en el apartamento, cuando obtengamos más información de ellos y de quienes los enviaron, iré por ti, antes no.

—No creo que Lena pueda defenderme como podrías hacerlo tú —por mas bien entrenada que ella estuviera, en algún momento la fuerza bruta podría ganarle y mas que en mi seguridad, pensaba en que podrían lastimarla a ella.

—Ella sabe cual es protocolo de seguridad a seguir en caso de que entren a la casa, no te preocupes por nada, nosotros sabemos lo que hacemos —asentí, debía confiar en ellos, me habían mantenido a salvo hasta ahora, seguramente seguirían haciéndolo.

Lo abracé y un rato después, él se levanto para recibir la ropa que nos habían enviado, nos metimos juntos al baño y nos duchamos el uno al otro, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, dándonos tiempo juntos, antes de que tuviéramos que separarnos. En ese punto, ya estaba segura de que sentía más que atracción por él, aunque no me sentía capaz de darle nombre a esos sentimientos, por lo cual solamente me permitía sentirlo sin pensar demás en ello.

—Me gustas, Ariana —susurró con sus labios pegados a mi oreja y sus manos acariciando mi cintura —Y quiero seguir explorando esta extraña relación que tenemos, así que tienes que prometerme que si te encuentran no vas a rendirte, promete que vas a pelear por tu vida incluso si sientes que no hay salida —mientras hablaba, levanto una de mis piernas a su cadera, para facilitar la entrada de su pene, empezó a mover la cadera con lentitud, sin prisa, se sentía como si estuviera despidiéndose —Promételo, Ariana.

—Lo prometo —hablé lo más fuerte que pude y empecé a moverme también, esta era la despedida y tal vez la última vez que pudiéramos estar juntos, debía aprovechar cada segundo que estábamos juntos.

Ahí en ese baño, estaba dejando en manos de Caleb no solo mi vida, si no parte de mi corazón, sin que él se diera cuenta, solo esperaba que pudiéramos vernos de nuevo, porque también quería seguir explorando la relación que teníamos.

—Yo voy a luchar, voy a hacer lo posible por encontrar a esas personas y poder darte la vida que mereces —sus labios susurraban en mi oído, palabras que me hacían sentir valiente, fuerte y capaz de enfrentarme a cualquier cosa que se interpusiera en mi camino —Voy a regresar a ti y tú vas a regresar a mí, la próxima vez que nos veamos, serás una mujer libre, vas a vivir sin miedo.

Empezaba a sentir esperanza con las palabras que Caleb decía y estaba dispuesta a luchar hasta mi último aliento por volver a él, junto a él había conocido lo que era la compañía y lo bien que se sentía; no estaba dispuesta a perder la oportunidad de tener estar con él y estaba viendo la posibilidad de por fin tener aquello que siempre deseé, mi propia familia.

Solo esperaba poder defenderme y que Caleb lograra encontrar a quienes estaban amenazando mi vida. 

Hola bebés hermosos

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Hola bebés hermosos.
Les traigo un nuevo capítulo de Sin promesas, así bien precioso y sensual.
¿Que tal les parece esta historia? Cuéntenme.
Los amo.
Francy.

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora