La próxima parada que teníamos, era el salón de belleza, donde iban a peinarme y maquillarme para "el gran día", allí, una chica y un chico se acercaron a mí y al mismo tiempo empezaron a trabajar, él en mi rostro y ella en mi cabello, me hicieron unas ondas y después las recogieron, para que mi cabello no cubriera los hermosos detalles del vestido que iba a ponerme mas tarde. El maquillaje, fue suave, con poco color en los ojos, pegaron algunas pestañas en la esquina exterior, base suave, un rubor claro en las mejillas y un labial nude, al terminar, me miré en el espejo y me gustó el resultado, el cabello tenia algunos mechoncitos sueltos, todo era perfecto. Nos prestaron el baño y Lena entró para ayudarme a ponerme el vestido, cuando salí, todos en el salón se quedaron mirándome.
—Te ves hermosa —dijo Lena junto a mí.
—Tu esposo va a quedar encantado cuando te vea —habló la chica que me peinó.
—Gracias —reí cuando recordé que aún faltaba algo —Lena, creo que dejamos los tacones en el apartamento.
Me miró extrañada por unos segundos, levanté la falda del vestido y al ver que aun tenia puestos los mismos tenis de antes, empezó a reír.
—Tranquila, están en el auto, cuando lleguemos al juzgado te los cambias —pago a la administradora del lugar y salimos del salón —Te ves muy linda, Ariana.
—Estoy nerviosa, pero no se porque, no es como si fuéramos a casarnos realmente, de por vida —reí.
—Tal vez sean los nervios de intentar que todo se vea real —subimos al auto y nos dirigimos al juzgado, donde Garret y Caleb estarían esperándonos.
Cuando llegamos al lugar, Lena sacó de la parte de atrás del auto unos tacones blancos muy sencillos, me ayudó a ponérmelos y bajamos del auto, caminamos dentro del lugar y empecé a sentirme cada vez mas extraña, con todas las personas que estaban allí mirándome mientras caminaba. Llegamos a una sala donde además de Caleb y Garret, estaba un hombre y una mujer de unos sesenta años, hablando con él, una mujer de cabello oscuro de unos treinta, del brazo de un hombre rubio, todos sonreían y hablaban entre ellos, hasta que me vieron entrar junto a Lena; Caleb dijo un par de cosas y camino hasta donde estábamos nosotras.
—¿Qué esta haciendo tu familia aquí? —susurró Lena mirándolo, pero él no respondió, porque estaba muy concentrado en mirarme de arriba abajo.
—Caleb —susurré, él levantó la mirada y sonrió.
—Te ves hermosa —tomó una de mis manos y yo traté de sonreír, para que su familia no pensara que estaba molesta.
—Gracias, pero ¿esa es tu familia? —asintió y suspiro.
—Disculpa por no haberte dicho, tuve que mentirles, contarles que te conocí en uno de mis viajes y que íbamos a casarnos.
—No quiero que le mientas a tu familia, diles porque estas haciendo todo esto, no es justo que ellos estén aquí, engañados por su propio hijo, tu lealtad primero es con ellos, no conmigo —no era algo que me agradara que estuviera haciendo.
—Mi lealtad está con mis padres, pero ellos saben que a veces debemos mentirles a quienes amamos para protegerlos, siempre y cuando los motivos hagan que esa mentira valga la pena y estoy seguro de que tú eres un buen motivo, eres una chica buena y joven que no merece morir por presenciar la muerte de alguien sin querer, ellos van a entender cuando les cuente toda la verdad.
—Entiendo lo que... —dejé de hablar cuando vi a la chica acercarse y estirarme un ramo de rosas blancas, sonriendo —Gracias.
—Caleb me conto que no tenias flores, estas fueron las únicas que pude conseguir cerca de aquí, espero que te gusten las rosas —sonrió y yo sonreí de vuelta.
—Me gustan, de hecho, las rosas blancas son unas de mis favoritas —ella sonrió amplio y me dió un pequeño abrazo.
—Me alegra que te gusten —camino de nuevo hasta donde estaban quienes suponía eran los padres de Caleb y después nosotros caminamos hacia allá.
Nos acercamos a ellos y la madre de Caleb se quedó mirándome de pies a cabeza.
—Mamá, papá, Anna, Michael —los nombró uno a uno, sonriendo —Ella es Ariana.
—Un gusto conocerte Ariana —se acercó su madre y me abrazó, la abracé de vuelta.
—Lamento que no nos hayan presentado antes, no tenemos excusa para esto —ella sonrió e hizo un movimiento con su mano.
—Lo importante ahora es que estamos aquí y van a casarse —no pude evitar sonreír, ella se veía muy dulce.
—Es hora —dijo Lena cuando vio entrar al juez que nos casaría.
Todos nos acomodamos en nuestros lugares y Caleb apretó mi mano, que aun sostenía, sabía que sentía culpa por mentirle a su familia, pero finalmente era decisión suya si contarles e involucrarlos o no, yo solo debía mantener la mentira, sin importar si me sentía bien o no haciéndolo.
El juez se hizo frente a nosotros y empezó a leer.
—Estamos aquí reunidos, para unir en matrimonio a Ariana Collins y Caleb Lawler, en primer lugar, voy a proceder con la lectura del acta... —intenté no hacer ningún tipo de expresión cuando el juez dijo mi apellido, al parecer esa había sido la elección para mi nueva identidad, no muy diferente a mi apellido real, Collingwood.
Me sentía nerviosa escuchando todo lo que estaba siendo leído en ese momento, en ese momento estábamos casándonos y prometiendo frente a testigos que nos "amábamos" y que estábamos allí presentes por voluntad propia, firmamos los documentos y llego la hora de las palabras que mas me aterraron en ese momento.
—Los declaro, marido y mujer —respiré profundo y miré a Caleb —Puede usted, Caleb, besar a la ahora, señora Lawler.
—Señora Lawler —sonrió mirándome y yo negué con la cabeza.
—No suena tan romántico como piensas —susurré, él rio y puso una mano en mi mejilla.
—Mi intención no es serlo —murmuro antes de pegar sus labios a los míos y besarme mientras las personas que estaban acompañándonos empezaron a aplaudir.
Caleb y yo estábamos oficialmente casados y probablemente él estaba pensando en la noche de bodas y si negaba que yo también estaba pensando en eso, seria una mentirosa profesional, porque lo estaba pensando y ansiando.
hola, espero de corazón que estén disfrutando de la novela, ¿como creen que van a solucionar todo esto?
los amo.
Francy
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Sin promesas
Storie d'amoreAriana collingwood no pensó que estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado iba a traerle graves consecuencias. ahora su vida estaba en peligro y la buscaban dentro de toda Rusia por haber visto el cruel asesinato de un hombre importante...