Capítulo 28.

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La hermana de Caleb, noto que aun tenia la misma ropa de la mañana y lo sucia que me veía en ese momento, les dijo a sus padres que se quedaran cuidando de Caleb, mientras ella me llevaba a la casa de ellos a bañarme y cambiarme, porque era yo quien pasaría la noche con él en el hospital.

El camino en auto hasta la casa de ella, fue corto y cuando entramos a la casa, me saludo muy amable su marido, Anna me guio hasta su habitación, buscó entre su armario y cuando encontró lo que buscaba me lo entrego.

—Es una sudadera y unos pantalones deportivos de Caleb, supongo que para el frio del hospital, te va a ir bien usarlos —asentí y luego tomo un vestido de entre sus cosas, lo empaco en un bolso pequeño y lo puso sobre la cama —Y esto creo que es lo único mío que podría quedarte, así mañana tienes algo para cambiarte.

—Gracias Anna —sonreí un poco y me dejé guiar por ella hasta el baño.

—Dúchate y luego te llevaré de nuevo al hospital para que puedas estar tranquila junto a mi hermano —sonreí y asentí.

Me metí al baño y me di una ducha rápida, me puse la ropa que Anna me dio y fui a la sala, ella inmediatamente se levanto y salimos de su casa.

—Entiendo que no estés muy habladora ahora, por todo lo que esta pasando, pero quiero que sepas que me gustaría conocerte mejor, eres mi cuñada —sonreí y la miré —Cuando mi hermano mejore, ¿podríamos intentar conocernos?

—Claro que sí, Anna, en cuanto él este mejor podemos hacer eso, si Caleb todavía quiere estar conmigo —ella rio.

—Claro que quiere estar contigo, ¿lo haz visto mirarte? —suspiré y juntas bajamos del auto —Nunca lo vi mirar a alguien, como te miraba el día de la boda.

—Nosotros nos conocemos hace muy poco, Anna, ni siquiera tenemos una relación real —ella negó con la cabeza mientras caminamos dentro del hospital.

—Espera a que él mejore, veras que va a cambiar la situación —sonreí y la abrace, era una chica muy dulce.

Al llegar a la habitación, vimos que Caleb estaba dormido y sus padres se acercaron a mí, me abrazaron y en silencio salieron, dejándome a solas con él. Me acerque y me senté en la misma silla que había acercado a la cama, tomé su mano y recosté mi cabeza en la cama, a un ladito de su mano y allí me quedé dormida, unas horas después, me despertó la sensación de cosquillas entre mi cabello, cuando levante la cabeza, vi que Caleb estaba despierto, sonriendo.

—Hola —sonrió y yo me estire un poco.

—Hola —tomé su mano y él se quedo mirando.

—¿Dónde están tus anillos? —pregunto buscando entre mis manos.

—Creo que los dejé en casa de tu hermana —negó con la cabeza y apretó un poco mi mano.

—No vayas a perderlos, quiero que sigas usándolos —me quede mirándolo y sonreí.

—Tus padres ya saben que no soy tu esposa porque me quieras, la policía tiene mi confesión y todo el mundo sabe mi nombre real, no estamos casados —levanto su mano, junto con la mía y la beso en el dorso.

—Ariana, eso no importa, yo te quiero y pediré que cambien tu nombre en el papeleo para que seas mi esposa real.

—Caleb, no estas bien todavía, no digas cosas de las que después puedas arrepentirte...

—Estoy bien, Ariana, soy consciente de lo que estoy diciendo, antes de despedirnos te dije que debías volver a mí, que tenías que luchar porque quería intentarlo contigo, explorar lo que teníamos, pero ya no quiero explorar, porque estoy seguro de lo que siento por ti y se exactamente que es lo que quiero ¿Quieres saber qué es lo que quiero? —asentí y lo miré, estaba sintiendo ese malestar en mi estómago, aquello a lo que muchos nombraban mariposas —Quiero seguir viviendo contigo, poder decir que estoy casado contigo, hacer una vida a tu lado.

Me quede en silencio, porque esto sonaba demasiado irreal, hace muy poco él había dicho que no se casaría, porque no creía que alguien fuera capaz de vivir una vida como la de él, que no quería sacrificar nada de su estilo de vida por una mujer, y ahora estaba diciendo esto, no quería emocionarme mucho con sus palabras, porque esto podría ser consecuencia de haber recibido una bala y no sus sentimientos reales.

—No hablemos de eso ahora, preocupémonos por tu bienestar en este momento —negó con la cabeza.

—¿No crees en lo que estoy diciéndote? —negué con la cabeza —¿Por qué?

—Estas muy lastimado, recibiste una bala... han pasado muchas cosas y tu cerebro debe estar interpretando mal tus sentimientos —sonrió y puso su mano en mi mejilla.

—No tiene nada que ver, Ariana, desde que me separe de ti en casa de Garret, no deje de desear estar de nuevo a tu lado, me hacías falta y quería tenerte de nuevo entre mis brazos —explicó mientras acariciaba mi mejilla con sus dedos —Poco a poco mis sentimientos han ido aumentando, me daba un poco de miedo aceptarlo y entender que el matrimonio, como tu me dijiste, no significa sacrificio, que no es necesario que deje de hacer lo que me gusta, porque puedo tener a mi lado a una mujer que lo entienda y me acepte así, tal cual soy... ¿Tú me aceptarías así?

—¿Quieres saber si estoy bien con que te arriesgues constantemente haciendo misiones encubiertas? ¿Qué actúes por impulso cada vez que sientas que algo no va bien? —asintió —Claro que te acepto, solo si tú me aceptas, así como soy.

—¿Y cómo eres? —sonrió y pasó su pulgar por mis labios.

—También soy impulsiva, me arriesgo por quienes vale la pena hacerlo y te quiero más de lo que estoy dispuesta a aceptar ahora mismo —sonrió y me miro.

—Entonces dime, ¿te saltas conmigo el noviazgo y continuamos con este matrimonio? —reí y asentí con la cabeza.

Era una locura, pero una que me hacía feliz y eso era lo que importaba, que ambos nos sintiéramos bien con nuestra decisión y fuéramos felices con ello. 

Con Caleb me salto lo que él quiera

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Con Caleb me salto lo que él quiera.
Jajaja, los amo.
Francy

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora