Capítulo 29.

94 17 0
                                    

Después de dos días en el hospital, donde se aseguraron de que Caleb estuviera bien, física y emocionalmente, con revisiones tanto en la herida, como entrevistas psicológicas para ver si estaba bien dejarlo ir, le dieron el alta; los Lawler querían que nos fuéramos los dos para su casa, pero teniendo en cuenta que la policía aun estaba haciendo interrogatorios a los dos hombres que fueron al intercambio, teníamos que estar en un lugar diferente, Taylor nos dio la llave de un apartamento en un edificio que tenia cámaras de seguridad en todos los pasillos y un guardia en la entrada, las únicas personas que tenían permitido entrar, eran Garret, Lena, los Lawler y el mismo Chris Taylor, que nos prometió mantenernos al tanto durante los interrogatorios a los hombres del intercambio.

Cuando por fin nos dejaron ir del hospital, Garret fue quien nos recogió y después nos llevo hasta el que seria nuestro apartamento hasta que se resolviera la situación con los rusos.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó a Caleb cuando ya estábamos los dos en el auto.

—Como la mierda, me duele todo —Garret empezó a reír —Pero al menos siento.

—¡Caleb! —rio por mi reacción y luego sostuvo su herida, mientras intentaba no reír.

—Esta es una faceta de él que no conoces aun, cada una de las veces que ha salido herido, termina muriendo de risa por tonterías —negué con la cabeza —Nosotros pensamos al principio que era efecto de los medicamentos que le daban para el dolor, pero no es por eso.

—¿Entonces por qué? —tuve la inocencia de preguntar.

—Por idiota —respondió y suspire.

—Si siguen comportándose como niños, el viaje va a ser muy largo.

Los dos rieron y yo preferí quedarme en silencio, solo estaba haciendo que su diversión fuera mayor con mi preocupación por Caleb, era él quien debía aguantarse el dolor y la posible ruptura de los puntos que le pusieron en la herida.

Al llegar al apartamento, Garret se encargo de ayudar a Caleb a bajar del auto y caminamos junto a él, hasta el ascensor, debíamos subir hasta el piso quince, cuando llegamos, abrimos la puerta del apartamento, tenía una sala bastante grande a comparación del otro apartamento y dos habitaciones, una para Caleb y para mi y otra para que Garret, Lena y él se turnaran en la semana para venir a dormir aquí y poder defendernos si llegaba a entrar alguien, lo cual era aterrador, sin importar que hiciéramos seguíamos estando en peligro.

—Ya Lena viene en camino, nos quedaremos con ustedes unos días —asentí, me alegraba tenerlos a ambos con nosotros, porque habían demostrado ser excelentes amigos y que harían lo que fuera por Caleb.

—Gracias por todo lo que han hecho, no sé si seguiría aquí, sin la ayuda que ustedes me han dado —sonrió y me dio un abrazo.

—Ya te tenemos cariño, niña, eres parte de nuestra familia también y haremos lo que este en nuestras manos para que puedas tener una vida normal de nuevo —definitivamente me sentía como alguien con suerte en ese momento.

—Ustedes dos, dejen su romance y ayúdenme a llegar a la habitación —miré a Caleb y reí, su imitación de alguien celoso era divertida.

Garret se acercó a él y lo ayudó a caminar a la habitación, aun estaba bastante adolorido por los golpes que le dieron mientras lo tuvieron retenido y además por la herida de su abdomen; al llegar a la habitación, Garret le ayudo a acostarse y yo me quede recostada en la pared junto a la puerta.

—Los dejo solos, iré a llamar a mi novia —Caleb rio y yo negué con la cabeza.

—Ven —estiro su mano hacia mí, camine hasta la cama, me senté junto a él y tome su mano —Pensé que iba a perderte cuando dijiste que les entregarías lo que ellos quieren, pensar en que te tendrían en su poder y te harían daño me dolió mucho más que los golpes y heridas que tengo en este momento...

—Caleb —él negó con la cabeza.

—Déjame terminar —asentí y me quedé en silencio —Antes de eso, ya sabía que te quería a mi lado, que sentía por ti muchas cosas que no podía explicar y a las que no sabia darles nombre, pero en ese momento supe exactamente que es lo que siento por ti y que te quiero en mi vida, para siempre.

—¿Qué sientes por mí?

—Te amo —esas dos pequeñas palabras encerraban mucho significado y escucharlas siempre era algo aterrador para mí y supongo que, por mi expresión, él se preocupó —¿Qué pasa? ¿fue muy pronto?

—No, no es eso —sonreí y apreté su mano entre las mías —Yo, estoy feliz de que sientas eso por mí, yo también lo siento, es solo que la única persona que me ha amado, me abandonó y...

—Yo no voy a abandonarte, Ariana, realmente quiero estar contigo y que juntos aprendamos lo que es sentirse amado y lo que es amar —levantó la mano que tenia libre y aparto el cabello de mi rostro —¿estas dispuesta a arriesgarte a aprender eso conmigo?

—¿Incluso si hay dolor en el medio? —pregunté —Porque no existe el amor sin dolor, ni felicidad sin tristeza.

—Incluso si hay dolor y tristeza, es parte de esto y da miedo, pero a veces aprendes demasiado de ellos, como yo, que aprendí que puedes enamorarte tan rápido que ni siquiera te das cuenta hasta que ya es demasiado tarde para retroceder y proteger tu corazón, porque ya lo entregaste en bandeja.

—Yo aprendí que estoy dispuesta a dar mi vida por amor —él asintió y sonrió.

Ambos estábamos dispuestos a dar la vida por el otro y lo habíamos demostrado de la forma más extrema posible, arriesgándonos hasta el punto de no retorno.

—Te amo —dije, me acerqué y besé sus labios.

No había nada más que decir, solo sentir.

No había nada más que decir, solo sentir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es momento de sentir y amar...
Los amo.
Francy

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora