Capítulo 23.

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—Claro que sí, soy la mujer que tanto están buscando, si te acercaras un poco más, sabrías que soy exactamente la misma, solo que con un color de cabello diferente.

Ella estaba provocándolos, para que se acercaran los dos hombres que había dentro de la casa y poder atacarlos a ambos al mismo tiempo; ambos cayeron en lo que ella les dijo y se acercaron lo suficiente como para sacar ambas armas y apuntarles, los hombres, sorprendidos, levantaron sus armas y le apuntaron, ella empezo a moverse, haciendo que ellos también lo hicieran, de manera que ambos quedaran dándome la espalda, para que así pudiera salir de la casa sin que ninguno de ellos se diera cuenta, Lena estaba siendo la distracción y era momento de correr, pero no se sentía bien que yo corriera y la dejara a ella sola, en medio del peligro.

Una idea muy estúpida paso por mi cabeza, pero no sabía si era correcto llevarla a cabo, porque podría funcionar perfecto, pero también podría fallar y dejarnos ahora a ambos en un lugar peor al que estábamos ahora, pero mi instinto me decía que lo hiciera, que era la única oportunidad que tenia y debía actuar rápido. Mientras ellos estaban entretenidos, me moví en la cocina hasta estar cerca del cajón que necesitaba, lo abrí despacio y tomé dos cuchillos, esperaba que funcionara mi plan y que la fuerza en mis manos fuera suficiente.

Me levante del suelo, con ambos cuchillos en mis manos y despacio me acerque a ellos, cuando estuve lo suficientemente cerca, pedí perdón por lo que haría y enterré ambos cuchillos en el cuello de ambos hombres, que no se dieron cuenta de que fue lo que los atacó, ninguno de los dos reacciono a tiempo y cayeron al suelo como un costal lleno de arena, mis manos temblaban y Lena tenia la boca abierta mientras miraba ambos cuerpos en el suelo.

—Mierda —murmuró —Ariana.

Las palabras no salían de mi boca, y no sabia como expresar lo que sentía en ese momento, o mejor dicho, lo que no sentía en ese momento, porque estaba como entumida.

Lena, sorprendida, pero no asustada, se acerco a los hombres y rodeó ambos cuchillos con sus manos, después se levantó, tomo mi mano y me hizo sentar en el sofá de la sala, se agacho frente a mí, tomó mi pulso y luego mirándome dijo:

—Tú estuviste todo el tiempo aquí atrás de este sofá, ninguno de los dos nos vio, yo tuve tiempo de ir a la cocina por los cuchillos y atacarlos antes de que nos vieran ¿verdad? —ella iba a cubrirme, ella se echaría la culpa por mi y no estaba bien, yo era la responsable y debía afrontar las consecuencias.

—No debes hacer eso Lena, yo tome la decisión de hacerlo —ella sonrió y me miró.

—Cariño, si el jefe de estos dos se da cuenta de que fuiste tú quien les hizo esto, el precio de tu cabeza va a aumentar y no tendrás tiempo ni de esconderte, van a buscarte por todos lados hasta dar contigo, es mejor que piensen que fui yo, conmigo no van a meterse.

—No deberías estar tan segura de eso —poco a poco, los latidos de mi corazón iban calmándose y la sensación de entumecimiento disminuía —Todo esto conmigo empezo, porque vi cuando asesinaron a un hombre, que al parecer era importante dentro del gobierno de Rusia.

—Mis jefes saben que vine aquí a cuidar de ti, ahora todo Scotland Yard está enterado de que Caleb, Garret y yo estamos encargándonos de la seguridad del único testigo del asesinato del gobernador de Rusia, eres alguien importante ahora mismo dentro del caso de los asesinatos.

—Pensé que nadie sabia nada, solo ustedes tres —ella asintió, se levantó y buscó su celular.

—Así era, hasta que Caleb habló junto a Garret con el jefe de Jean Paul, le contarón que ese hombre les había dicho que no dijeran nada de ti, ellos al enterarse de todo, castigaron a Jean y le dieron a Caleb permiso para reunir unidades que apoyaran la labor de investigación que él estaba llevando a cabo para encontrar a las personas que te buscan, todos los que te rodeamos tenemos órdenes de protegerte a toda costa.

—Solo espero que esto no vaya a terminar afectándoles a ustedes y terminen heridos por mi culpa o peor... —ella negó con la cabeza y marcó un número.

—No va a pasar nada si hacemos las cosas bien —esperó unos segundos y cuando contestaron habló —Habla Miller, comuníquenme con Taylor, es urgente.

Me quedé en silencio mientras ella hablaba, reportando lo que había ocurrido, contándoles que ella apuñaló en el cuello a dos hombres que entraron a atacarme y que íbamos a irnos antes de alguien más llegara, escucho la respuesta que le dieron, asintió un par de veces y finalmente colgó.

—Hay que ir por las maletas —dijo mientras caminaba hacia la habitación donde ella dormía.

Yo caminé a la mía, tomé la maleta y juntas salimos de la casa, subimos al auto y nos fuimos de ese lugar; Lena estaba conduciendo bastante rápido y parecía preocupada.

Al llegar al edificio donde estaba la policía metropolitana de Londres, bajamos del auto y caminamos juntas, ambas en pijama dentro del edificio, fuimos al lugar que a ella le habían indicado en la llamada y entramos, había cerca de diez personas en la sala y Garret, que era uno de ellos, se acercó de inmediato y abrazó a Lena, yo me quedé ahí de pie, mirando al suelo, porque entre las personas sentadas en la sala, no estaba Caleb.

Después de unos segundos, Garret se acercó, sosteniendo la mano de Lena y puso su mano en mi hombro, levanté la cabeza y lo miré, sus ojos estaban enrojecidos y un poco hinchados y Lena tenia sus ojos llenos de lágrimas. Algo malo había pasado con Caleb y estaba a punto de saber exactamente que era.

—La mafia rusa en la que nos metimos de encubiertos, tienen cautivo a Caleb desde hace cerca de seis horas y creemos que te encontraron gracias a que esta en sus manos. 

Mi pobre bebé, mi pobre bebé

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Mi pobre bebé, mi pobre bebé.
No tengo más que decir.
Los amo.
Francy

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora