Capítulo 36.

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El plan estaba mas que perfecto, Lena había logrado comunicarse con el jefe de la mafia rusa, y ellos le habían dicho que se verían a las dos de la tarde, el lugar se lo dirían quince minutos antes, para que tuviera tiempo de llegar. Todos en la casa, estábamos sentados, los demás oficiales que estarían en la misión, estaban repartidos por la ciudad, como si estuvieran en sus días libres, esperando el mensaje que les daba la ubicación para la misión.

—Acaban de enviarme un mensaje —dijo Lena algo inquieta —Dicen que en veinte minutos me enviara la ubicación y que la señal para entregar a Ariana la daré yo, debo levantarme de la silla, como si fuera a ir al baño, eso es bueno, nos dará tiempo suficiente para que la mayor cantidad de oficiales llegue al lugar.

En cuando ella habló, Taylor les escribió a todos para informarles cual seria el modus operandi y nuevamente esperamos hasta que finalmente le enviaron a ella la ubicación, juntas subimos a su auto, como si fuéramos solo dos amigas que se sentarían a comer tranquilas, aunque contábamos con una ventaja no tan agradable en esta situación, no debíamos parecer felices, no era necesario, ya que Lena estaba de luto.

Al llegar al lugar que nos indicaron, nos sentamos en la parte de afuera como nos habían indicado y pedimos comida como si realmente quisiéramos comerla, los nervios nos tenían a las dos sin apetito, pero no debíamos mostrarlo.

—¿Cómo te sientes? —pregunté mirándola, tratando de hacer una conversación lo más real posible, ella levanto los hombros y suspiro.

—La respuesta honesta es que me siento terrible, todo esto no me gusta, Garret me hace falta y cada vez que lo nombro me dan ganas de sentarme a llorar como un bebé, pero no lo hago porque no me gusta que me vean llorar —respondió con sinceridad, sabia que se sentía así, ya que cada vez que salía del baño, sus ojos estaban enrojecidos e hinchados.

—Ay, Lena, si pudiera decir algo que te haga sentir mejor, te juro que lo diría, pero se que las palabras no pueden cambiar lo que siente tu corazón —ella tomo mi mano y sonrió un poco.

—Lo único que quiero es cumplir con la misión de Ga... —respiro hondo y continúo hablando —Y seguir adelante con mi vida, muchas veces los dos hablamos de una situación como esta y ambos estábamos de acuerdo en lo mismo, si alguno llegaba a faltar primero, el otro tendría que vivir al máximo, ya no por si mismo, si no por los dos, ahora debo vivir y disfrutar la vida por mi y por él.

—No tienes que cargar con eso sola, nosotros podemos ayudarte y vivir contigo esa vida en nombre de Garret —una lágrima salió de su ojo, la limpió rápidamente y se levanto de la mesa.

—Por favor sobrevive a esto, Ariana —susurró antes de caminar dentro del restaurante.

El momento había llegado, era hora de enfrentar a la muerte cara a cara y así fue, porque en el momento en que Lena entró al restaurante y su cabellera desapareció, varios hombres del restaurante y que iban caminando por los alrededores corrieron hacia donde yo estaba y dos de ellos me tomaron de los brazos y me sostuvieron con fuerza, el terror me invadió de inmediato, me tenían y si nuestro plan fallaba, moriría.

Todas las caras conocidas a mi alrededor me miraban a la espera del momento perfecto para atrapar a la mayor cantidad de hombres posibles, estaban a punto de levantarse, cuando un hombre alto, de ojos azules y cabellera grisácea camino hasta donde yo estaba, tomo mi barbilla con una de sus manos y sonriendo empezó a hablar.

—Nos has dado muchos problemas, pequeña niña —su inglés tenia un reconocible acento ruso —Pero solo hasta hoy, la suerte se te ha acabado.

Quería con todo mi corazón gritarle en la cara que había caído en nuestra trampa y que seguía teniendo esa suerte, pero no era seguro que el plan funcionara, por lo que me quedé en silencio, esperando que mis salvadores se acercaran, pero su plan era diferente a lo que yo pensaba, porque ninguno se levanto de su puesto y nadie llegó a mi rescate, el hombre sacó un arma, apuntó directamente a mi cabeza y sonrió ampliamente al ver mi cara de sorpresa y terror.

—Sientes demasiado gozo al apuntarme —la distracción seria mi arma, nuevamente —A una mujer, que esta siendo sostenida por otros dos hombres, no creo que debas sentirte feliz de hacer esto a alguien que no puede defenderse, no estamos en igualdad de condiciones.

—No me interesa que estemos en igualdad de condiciones, me interesa que estés muerta —negué con la cabeza y él me miro con molestia.

—Estas actuando como todo un cobarde y después de que muera, espero que lo recuerdes todos los días, cada acto que has cometido durante tu vida han sido y serán siempre de cobardes —sabía que mis palabras podían hacer que halara el gatillo y muriera al instante, pero estaba cansada de esa situación y necesitaba que acabara pronto, fuera de una forma u otra.

—Cierra la boca niña, no tienes idea de que mierda hablas —pegó el arma a mi frente y cerré los ojos, ya estaba resignada y moriría con la mayor dignidad posible en mi situación.

—Porque mejor no cierras la boca tú —hablo Caleb, haciendo que abriera mis ojos inmediatamente.

Caleb estaba apuntado a la cabeza del hombre que me amenazaba y los demás chicos a mi alrededor, estaban apuntando a quienes me sostenían y a los otros cómplices de esto. La alegría invadió mi cuerpo, porque ellos estaban ahí, cuidando de mí, intentando sacarme de ahí viva.

—Dispara y va a haber un baño de sangre en este lugar, aunque tú... —se quedó en silencio un momento —Tú vas a tener un pase directo a la sala de torturas, porque mis jefes están de acuerdo conmigo en hacerte sufrir por cada hora de intranquilidad que ha tenido Ariana y por cada una de las lagrimas que derramó Lena.

En un parpadeo, la situación cambió, llegaron mas oficiales y juntos pudieron desarmar y esposar a cada uno de los hombres que estaban en ese lugar, cuando el arma se apartó de mi cabeza, pude respirar nuevamente tranquila y casi muero de un infarto cuando Lena me abrazó con tanta fuerza que no fui capaz de corresponderle.

—Estoy tan feliz de que sigas aquí —las lágrimas caían libremente por sus ojos, dejándome saber que realmente se sentía alegre de verme ahí —Estaba tan preocupada, vi todo desde el restaurante.

—También estoy feliz de estar viva —cuando me soltó, pude abrazarla, pero nos soltamos cuando Taylor nos gritó que subiéramos al auto.

Teníamos que ir nuevamente a scotland yard para contar cada uno nuestra versión de la historia y poder condenar a las personas que habíamos logrado atrapar con ese operativo. 

Sin promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora