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-Aquí- susurro el taxista mirandome desde el retrovisor, mire la pequeña pero acogedora casa, suspire asintiendo.

-Gracias- le regalé una sonrísa para después bajar, ya estaba aquí, ya no había vuelta atras. Cerre la puerta y espere a que el automóvil desapareciera de mi campo de vista, viendolo desvanecerse a lo lejos.

Me giré en mis pies para ver la pequeña casa, está daba un sentimiento de tranquilidad y cálidez, sin dudarlo más caminé por el pequeño caminó de rocas llegando hasta la puerta color café, sin dudarlo toque el timbre sintiendo los nervios apoderarse de mí, ¿Qué pasaría cuando lo viera a los ojos?, ¿Qué le diría?, "Lo siento, fui un idiota", idea totalmente descartada. La puerta fue abierta mostrandome a una Señora de unos sesenta, tal vez más años, me regalo una sonrísa mostrando su dentadura blanca y cuidada, haciendo notar las pequeñas arrugas en su rostro.

-Hola pequeño, ¿En que puedo ayudarte?- sonrío aún más, dandome la tranquilidad que necesitaba, mi corazón latio con fuerza, ya no había vuelta atras, ya estaba aquí.

-Hola, busco a Min Yoongi, ¿Se encuentra?- susurre timidamente cuando su sonrísa desapareció de su angelical y sereno rostro, pero volvió a sonreír enseguida, esto me asustaba.

-Eres Jeon Jungkook- no preguntó solo lo afirmó, ¿Sabía quién era?, ¿Yoongi le habló de mi?, me quede aturdido por un momento- Adelante pequeño- se hizo a un lado para que pudiera adentrarme lo cuál no dude en hacer. Mire el interior de la casa, se veía realmente rústica y cuidada, dando cálidez y confianza.

-¿Cómo sabe mi nombre?- me volteó para verla con su rostro sereno y lleno de esperanza, esa Señora me daba confianza y eso que era la primera vez que la veía.

-Yoongi me ha platicado mucho de ti pequeño- susurro con una sonrísa acercandose a mí para extender su pequeña y arrugada mano- Park Ha-eun- sin pensarlo tome su mano con cuidado e hice una reverencia mostrando le respeto.

-Mucho gusto, Jeon Jungkook- sonreí aunque ya sabía que sabía mi nombre, se lo volvi a mencionar, resiviendo una sonrísa de su parte.

-Vamos, siéntate, llamaré a Yoongi- me regaló una cálida sonrísa mientras caminaba a la sala, haciendo que me sentará, los nervios se alejaron por el momento, esa Señora si que me daba valor y tranquilidad- Siéntete como en casa- me sonrío una ultima vez para desaparecer de mi campo de visión, ¿No se cansaba de sonreír?, esa Señora era muy amable y buena.

-¡Yoonie, baja ahora, tienes visitas!- escuche el grito fuerte de la mujer, pasa ser tan dulce tiene una grave voz, no hay duda de ello. Yoonie.

-¡Abuelo amargado!- escuche una voz pero no era de Yoongi y menos de la Señora amable, era de una mujer, era seguro de eso- ¡Abuela, esté amargado quiere pegarme!- escuché pasos cerca así que me levante por instinto, me sorprendió al ver a una castaña entrar en mi campo visual, con una playera que reconocía muy bien, la había utilizado varias veces cuando dormía con Yoongi, sintiéndome protegido en sus brazos, ¿Quién era esa mujer?.

-¡Vuelve aquí enana!- esa voz era la de Yoongi, sentí mi interior revolverse, dándome ganas de vomitar, mierda. 

Sus ojos conectaron con los míos, ahí estaba él, tan hermoso como siempre, con su cabello mojado, su torso desnudo, su pantalón negro rasgado con sus botas negras, muy lejos de su estilo abitual, su mirada felina sin dejar de verme. La castaña me miró de arriba a bajo, haciendo que me sintiera intimidado, baje la cabeza mirando mis tenis negros.

-No sabía que teníamos visitas- la castaña susurro acercandose a mí- Hola, Park Minseo- estiró su pálida mano, con gusto la tome, sonriendo algo incómodo sintiendo la mirada de Yoongi en mí.

¿Por qué tú?/ Yoonkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora