17

1K 100 34
                                        

𝕽| 𝒄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𝕽| 𝒄. ₀₁₇

Dumbledore se había dirigido a todo el colegio aquella mañana. Simplemente nos había pedido que dejaran a Harry tranquilo, que nadie le hiciera preguntas ni lo forzara a contar la historia de lo ocurrido en el laberinto. Él notó que la mayor parte de sus compañeros se apartaban al cruzarse con él por los corredores, y que evitaban su mirada. Al pasar, algunos cuchicheaban tapándose la boca con la mano. Le pareció que muchos habían dado crédito al artículo de Rita Skeeter sobre lo trastornado y posiblemente peligroso que era. Harry parecía disfrutar hablar Hermione, Ron y yo, o simplemente disfrutar de una partida de ajedrez mágico. Desde lo sucedido, el tiempo que pasaba con mis compañeros de casa o sala común se limitó a solo ir por las noches para dormir. Luego de haberle gritado esas a Fudge, noté que habíamos alcanzado tal grado de entendimiento que no necesitaban poner determinadas cosas en palabras: que los cuatro esperaban alguna señal, alguna noticia de lo que ocurría fuera de Hogwarts, y que no valía la pena especular sobre ello mientras no supieran nada con seguridad. La única vez que mencionaron el tema fue cuando Ron le habló a Harry del encuentro entre su madre y Dumbledore, antes de volver a su casa.

—Fue a preguntarle si podías venir directamente con nosotros este verano —dijo—. Pero él quiere que vuelvas con los Dursley, por lo menos al principio.

—¿Por qué? —preguntó Harry.

—Mi madre ha dicho que Dumbledore tiene sus motivos —explicó Ron, moviendo la cabeza—. Supongo que tenemos que confiar en él, ¿no?

—Probablemente... —musité, mirando hacia el patio y soltando un suspiro.

—Ella también mencionó de que Dumbledore le pidió un favor —dijo Ron—. Si... si algo sale mal y tu familia... ya sabes, dijo que te ofreciéramos algún tipo de asilo...

Alcé la mirada y Ron suspiró.

—Mamá le dijo que pensaba hacerlo si se lo pidiera o no, que no debías de estar en un ambiente de ese tipo; pero solo sería en caso de que corrieras peligro, porque... también correríamos riesgo si tus papás..

—Entiendo —lo corté—. Gracias por... darme esta oportunidad. Por confiar en mí.

—Sabemos que eres diferente, Camila —dijo Harry—. Desde siempre demostrarte ser más que de lo que te limitaron.

• • •

Como ya no había profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, tenían aquella hora libre. En la del jueves por la tarde aprovecharon para ir a visitarlo a su cabaña. Era un día luminoso. Cuando se acercaron, Fang salió de un salto por la puerta abierta, ladrando y meneando la cola sin parar.

—¿Quién es? —dijo Hagrid, dirigiéndose a la puerta—. ¡Harry!

Salió a su encuentro a zancadas, aprisionó a Harry con un solo brazo, lo despeinó con la mano y dijo—: Me alegro de verte, compañero. Me alegro de verte.

Realities | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora