[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que su vida cambiaría en una simple noche.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle, pero enamorarse de él fue sólo el inicio de su destrucción.
Tal...
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𝕽| 𝒄. ₀₄₈ —𝓒.𝓑─
Esa tarde, después de la visita de Dumbledore, me dieron el alta médica. Para mi sorpresa, no había nadie esperándome fuera de la enfermería. Internamente, agradecí eso, ya que tenía mucho que explicar y necesitaba pensar en una excusa lo suficientemente buena para ocultar lo que había sucedido.
¿Cómo podría resumir todo esto, como "mi magia es diferente, peligrosa y estuve luchando contra mi lado oscuro," sin sonar como una completa lunática?
Ni siquiera yo podía procesarlo completamente. Solo quería un día normal.
Solo quería ser normal.
Pensar que no habría nadie en el castillo fue una completa tontería. Era viernes por la tarde, por supuesto que los alumnos estarían merodeando por los pasillos. Las miradas que me lanzaban oscilaban entre hacerme sentir incómoda y mal. Ni siquiera mencionaron la sensibilidad a las emociones que estaba experimentando; Dumbledore no había dicho nada al respecto, pero no era tan torpe como para no darme cuenta por mí misma.
Sin importar lo que suceda, necesito mantener la calma; de lo contrario, dudo poder afrontar la situación.
Y qué suerte la mía. Me encuentro luchando desesperadamente para no perder la cordura. ¿Qué estaba pensando Dumbledore al revelarme todo esto con tanta serenidad? ¿Acaso no comprende la gravedad del asunto? Estamos hablando de magia oscura, ¿por qué no sienten temor? Me siento como una bomba de tiempo a punto de estallar.
No puedo evitar preguntarme qué habría sucedido si la situación no se hubiera controlado. Solo la idea de ello me provoca escalofríos horripilantes. No deseo causar daño a nadie.
¿Qué debo hacer para llevar una vida normal? Desearía que mis preocupaciones se redujeran a problemas triviales de adolescentes en lugar de tener el destino del mundo en mis manos.
Después de esta revelación, es imposible que pueda vivir en paz.
—¡Merlin! ¿Tienes idea de cuánto tiempo llevo aquí?
Un pequeño grito escapó de mis labios cuando Draco apareció repentinamente de un pasadizo que creí vacío.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, desconcertada. Sin embargo, Draco no respondió y en su lugar, se acercó a paso ligero.
Sin necesidad de palabras, rodeé su torso con mis brazos y dejé descansar mi cabeza en su pecho. En momentos como este, un abrazo siempre era bienvenido.
—Estabas asustándome mucho. ¿Estás bien? —susurró con preocupación mientras acariciaba mi cabello.
Suspiré y me aferré más a su abrazo. No sabía si necesitaba descansar, preocuparme por las clases que había perdido o inventar excusas para evitar malentendidos. Me sentía perdida en ese momento.