[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que su vida cambiaría en una simple noche.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle, pero enamorarse de él fue sólo el inicio de su destrucción.
Tal...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕽| 𝒄. ₀₁₄ —𝓒.𝓑─
Aquel día, en la noche, Hermione y yo nos encontrábamos en la Biblioteca antes de que esta cierre, charlando sobre algo que a Harry le sucedió durante clase de Adivinación, y luego presenció en la oficina de Dumbledore. Aquello fue casi opacado cuando le conté sobre lo sucedido con George, Hermione se encontraba muy sorprendida.
—No pensé que ustedes...
—No tenemos nada, no somos nada de hecho —me apresuré en decir—. Solo... me ofendió la forma en que me vio y se dirigió a mi —confesé alzándome de hombros.
—Comprendo... nunca pensé que sucedería algo así, no creí que George fuera ese tipo de muchacho —repuso Hermione, soltando un suspiro y tocando mi hombro—- Lo lamento mucho, no tenías que pasar por una situación así.
—Gracias, pero... realmente no importa, apenas lo conozco —repetí soltando una pequeña risa. Ella asintió y luego continuó con el tema de Harry.
—¿Entonces Dumbledore también cree que Voldemort está recobrando fuerzas? —musité, dejando mi pluma al lado del libro que leía y mirando a Hermione. Su rostro se tensó y su sonrisa se congeló, pues, ella aún no se estaba acostumbrada a oír su nombre.
—Harry dice que sí —respondió con calma, cerrando el libro y observando la portada unos segundos, antes de posar su mirada sobre mí y decir—. Camila, tenemos que estar alerta... si algo le sucediera a Harry...
—Ayudemos a Harry, entonces. Hay que ayudarlo a entrenar para la prueba, no podemos bajar la guardia.
Antes de que alguna pudiera decir algo más, una lechuza irrumpió la biblioteca, dejando caer sobre mi libro una carta firmada por el director. Hermione entrecerró los ojos y luego me miró con confusión.
Estimada señorita Bellerose,
Espero que esté teniendo un magnífico día. Me dirijo a usted con el fin de informarle que tenemos programada una cita en mi oficina para discutir su situación. Sería un placer poder reunirnos hoy y abordar los asuntos que necesite tratar.
Reciba mis más cordiales saludos,
Albus Dumbledore
Doblé la pergamino y la guardé en mi mochila rápidamente.
Había olvidado por completo aquel asunto. Nuevamente.
—¿Qué sucede? —preguntó Hermione, luciendo aún más confundida.
—Dumbledore —respondí mostrando una nerviosa sonrisa.
—¿Estás en problemas? —inquirió, dejando su libro de historia al lado y empezando a guardar sus pertenencias al igual que yo.
—Espero que no.
Dicho esto, ambas nos despedimos y cada una se hizo camino hacia donde debía ir. Últimamente mi mente estuvo enfocada en cosas que realmente no importaban, al menos no por ahora; aquello que era crucial en mi vida empezaba a ocupar un pequeño e insignificante lugar en mí.