[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que su vida cambiaría en una simple noche.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle, pero enamorarse de él fue sólo el inicio de su destrucción.
Tal...
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𝕽| 𝒄. ₀₀₃ —𝓒.𝓑─
Los siguientes días fueron realmente emocionantes, los frutos de mi cosecha se hicieron presentes a medida que iba nutriéndolo. El cambio de realidades o universo, era algo completamente descabellado, cualquiera diría que es una locura, pero no perdía nada intentándolo. Esta vez, me sentía lista para el cambio.
Aquella noche, luego de haber cenado con mamá, me dirigí a mi habitación para terminar este día, no sin antes practicar lo que es el shifting.
Al recostarme sobre mi cama no podía pensar en otra cosa más que en mi objetivo.
Esto tiene que ser real.
Podía sentir como mis nervios iban y venían, como pequeñas sacudidas y escalofríos que golpeaban mi cuerpo cuando menos lo esperaba. El luchar contra mi sueño fue una batalla difícil, cuando mis párpados se sentía pesados, no hacía nada más que tratar de visualizar Hogwarts, los pasillos, como se sentiría el cambio de ambiente, la luz de las antorchas a través de mis párpados cerrados, la tela de mi uniforme sobre mi piel. Se sentía tan real cuando uno se concentraba, inclusive uno puede oír las voces de personas pertenecientes a su destino tan cerca suyo... es increíble.
—Camila Bellerose, ¿cierto?
—Sí, soy yo.
Con los ojos aún cerrados, sonreí para mí misma. Jamás creí que mi mente fuese capaz de todo esto, e inclusive podía sentir como mis sabanas ya no me cubrían... se sentían tan pequeñas y diferentes en estos momentos.
—Ha pasado tanto tiempo.
Volví a sonreír levemente ante aquella voz tan familiar, ¿será posible estar cerca?
Todo aquello se desmoronó cuando sentí unos brazos rodearme. Mi corazón empezó a latir rápidamente y mis ojos se abrieron de golpe. Una mujer de avanzada edad se separaba de mí entonces. Completamente asustada, mis ojos recorrieron parte del panorama.
Esto no podría ser cierto.
—Tengo entendido que estuviste en Beauxbatons estos años —comentó con una leve sonrisa, mientras me indicaba con la cabeza el camino.
Un vuelco en mi estómago me hizo reaccionar al instante y un pinchazo en la cabeza me atravesó entonces, a medida que iba procesando lo que tenía en frente. ¿Acaso ella es la verdadera Minerva McGonagall? Su mirada parecía hambrienta de respuestas, y mis nervios me estaban comiendo viva.
—Eh, sí... —musité con la temblorosa. Ella sonrió y continuó guiándome por el largo pasillo. A pesar de que mi afirmación sonaba como una pregunta, la mujer no hacía más que mostrarse de forma cordial y alegre, claro, sin olvidar los aires de elegancia que rebosaba.
Mi mente seguía procesando todo, pero se hacía cada vez más claro con cada paso que daba: Estoy en Hogwarts.
—Las cosas no han cambiado mucho desde que te fuiste...