58

481 37 16
                                    

𝕽| 𝒄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𝕽| 𝒄. ₀₅₈
—𝓒.𝓑─

En algún momento durante nuestro recorrido, perdimos completamente la noción del tiempo. Nos quedamos mirándonos unos a otros, sumidos en la incertidumbre, sin saber qué hacer o qué decir. Era como si nuestras mentes hubieran sido completamente absorbidas, dejando atrás la razón de nuestra visita y todos nuestros planes. A pesar de que todos parecíamos estar de acuerdo con la situación frente a nosotros, ninguno de nosotros se atrevía a articular una idea clara y concisa.

—¿Cómo se supone que hagamos esto? —preguntó Pansy, aún bajo los confusos efectos del lugar. Nos miraba a todos, buscando desesperadamente una respuesta en nuestros ojos.

Claramente, ninguno de nosotros tenía una solución clara. La frustración se palpaba en el aire.

—Creo que... —Theo hizo una pausa, caminando en círculos frente a la pared intacta, donde se suponía que algo debería ocurrir. Dio unos golpecitos con los nudillos, como si esperara que alguien abriera una puerta invisible.

El sonido que resonó fue hueco, lo que confirmó que había algo al otro lado de esa pared. Draco besó mi hombro, su forma de despedirse antes de posicionarse según el plan acordado para entrar en la Bóveda. Le devolví una última sonrisa.

Entonces, de repente, un ruido estruendoso resonó y el suelo y las paredes temblaron, lo que nos puso en alerta de inmediato. Sacamos nuestras varitas y las apuntamos hacia la pared. Una vez armados, solo pasaron unos segundos antes de que nos sintiéramos más seguros, observando cómo lo que parecía una pared común y corriente se deslizaba hacia un lado. Aunque el sonido hueco nos había preparado un poco, ver uno de los secretos mejor guardados de Hogwarts fue impresionante. Por supuesto, si se hablaba de rumores, este lugar tenía una fama que le hacía justicia.

—Bien, aquí vamos... —oí susurrar a Draco a mi lado. No tuve tiempo de hacer nada más que observarlo de reojo, ya que la entrada a la Bóveda de Hielo se reveló ante nuestros ojos.

Habíamos logrado llegar.

Lo que se ocultaba tras esas paredes comenzó a iluminarse, como si reconociera nuestra presencia y, como resultado, nos mostrara más de su interior, a pesar de que éramos completos extraños. No pude evitar soltar un suspiro asombrado cuando mis ojos finalmente identificaron lo que veían.

Con mucha escepticismo, volví la vista hacia Draco, quien, para mi sorpresa, ya estaba observando mi reacción.

Y es que no solo se había revelado una escalera que descendía hacia otro lugar, sino que cada uno de los escalones estaba cubierto de una capa de hielo. Era como si una explosión invernal hubiera ocurrido allí dentro, no seguía ningún patrón o camino específico; de hecho, parecía deliberadamente caótico.

Eran una especie de gigantescos copos de nieve que parecían haber sido dispuestos en posiciones específicas, pero que carecían completamente de sentido cuando intentabas encontrarles un significado profundo. Fue en ese momento cuando empecé a repasar todas las posibilidades de lo que podría salir mal de esto.

Realities | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora