[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que una sola noche bastaría para romperlo todo.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle... pero enamorarse de él significó abrir la puerta a su prop...
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𝕽| 𝒄. ₀₀₈ —𝓒.𝓑─
Rita me miró con curiosidad y sonrió mostrando a la perfección sus dientes postizos.
—¿Y tú que ves? —espetó de mala gana.
—Oh, tiene algo en el cabello —le dije señalando su cabeza.
—¿Ah sí? ¿Dónde?
Con un movimiento rápido, tomé mi jarra de cerveza de mantequilla y la vacié sobre su cabeza. La mujer soltó un estruendo chillido y varios flashes por parte de su camarógrafo me cegaron, pero aún así pude notar cuando esta se me lanzó encima y empezó a tirar de mi cabello, arañando mi rostro.
Dios, que mal golpea.
La empujé y comencé a golpearla con todas mis fuerzas, usando puñetazos, arañazos, golpes con las palmas abiertas y lo que fuera necesario. Pero en un momento, Rita agarró una jarra vacía y cerré los ojos instintivamente. Cuando los abrí de nuevo, me di cuenta de que mis golpes no estaban llegando a ningún lado. Harry y Ron me tenían sujetada por los brazos mientras Rita escribía furiosamente con su pluma y hablaba con su camarógrafo.
—¿Qué tal esta primicia? —exclamé, haciendo un gesto grosero con la mano y sonriendo ante su cámara, que capturaba la imagen. Ron y Harry aún me mantenían sujetada.
Le saqué la lengua y di patadas en el aire, tratando de zafarme.
—¡Vieja sapa desabrida! —grité mientras Ron me cargaba sobre su hombro y me sacaba de la taberna. Lo último que pude ver fue cómo algunos clientes tomaban a Rita y la apartaban de mí.
—¡Ya bájame! —demandé, golpeando la espalda de Ron, mientras este aún me tenía cargada por las piernas. A pesar de que sólo tenía vista a su espalda, podía sentir como se reían.
—Ahora la tomará contigo, Camila —dijo Ron con voz baja y preocupada mientras subían la calle, deshaciendo el camino por el que habían llegado.
—¡Que lo intente! —repliqué con voz chillona al momento en que Ron me bajó y me acercaba una botella de agua—. Gracias.
Noté que Hermione temblaba de rabia de rabia—. ¡Ya verá! ¿Conque soy una estúpida? Pagará por esto. Primero Harry, luego Hagrid, y ahora Camila... ¡Es una salvaje! ¿Como por que tendría que ir a los golpes?
—En realidad yo empecé —confesé con las mejillas sonrosadas. Hermione me miró de rojeo y suspiró, pasando un brazo alrededor de mis hombros.
—De todas formas, esa mujer nos duplica en edad.
—No hay que hacer enfadar a Rita Skeeter —añadió Ron nervioso—. Te lo digo en serio, Hermione. Te buscará algo para ponerte en evidencia...
—¡Mis padres no leen El Profeta, así que no me va a meter miedo! —contestó Hermione, dando tales zancadas que nos costaba trabajo seguirla. Según Harry, última vez que Harry había visto a Hermione tan enfadada, le había pegado una bofetada a Draco Malfoy.