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—𝓒.𝓑─

Quería llorar.

Era imposible contener el roce de esas palabras que se agolpaban en mi interior, reclamando ser dichas, aunque yo me empeñara en sofocarlas. Cada suspiro me dejaba más vulnerable, y las náuseas crecían con el peso de mi silencio... o quizá era solo la consecuencia del abandono con el que me estaba dejando caer. La verdad es que ya no lo sabía, y menos aún quería descubrirlo. De cualquier forma, el final estaba escrito: todo acabaría mal. Como siempre.

Me sentía frustrada, ansiosa y enojada.

No dejaba de preguntarme qué demonios hice para merecer esto.

—Oí que Camila estuvo fuera un tiempo, ¿es eso cierto? —inquirió Nikolai, metió un trozo de carne a su boca y sonrió de manera peculiar. Sus ojos brillaron de emoción ante las ideas que su cabeza deshilaba con la respuesta que daría mi madre.

—Sí, decidió estudiar en Francia dos cursos —respondió mamá. Su expresión cambió lentamente, al terminar de procesar lo que dijo, para luego alzar la mirada hacia su hermano y preguntar—: ¿Dónde oíste eso?

Parecía que Nikolai había estado esperando aquella pregunta por un largo tiempo, pues su sonrisa se intensificó y entornó los ojos hacia mi madre, como si estudiara sus facciones antes de revelar algo importante. Y por primera vez, noté un ligero cambio en su mirada. Josephine estaba asustada — más de lo que a ella le gustaría admitir, de hecho.

—¿Necesito oírlo de alguien? —Su respuesta pareció inquietar aún más a mi madre, pero simplemente se limitó a toser para disimular sus enrojecidas mejillas—. Ella es mi sangre, no debería sorprenderte que esté al tanto sobre cada cosa que le suceda —repuso entonces, bajando su tenedor con algo de dificultad. Tenía un fuerte puño formado bajo la mesa, sus articulaciones se veían tan tensas y la vena palpitante en su frente parecía marcar el poco tiempo que quedaba para que la conversación llegase a su clímax.

—Por supuesto que no, Nik, no me refería a eso —se defendió Josephine en un tono neutro, cambiando de posición y recostándose sobre sus muñecas—. Sólo me da curiosidad de dónde obtuviste esa información, porque a lo que a mí concierne, fuiste claro con tus palabras al tomar distancia de mi familia.

Nikolai relamió sus dientes y asintió, dejando salir una lúgubre risa por la bajo.
—No sé por qué tanta intriga, hermanita, si eres tú quien la expone en cada revista hasta por respirar —declaró con amargura, finalmente soltando lo que le causaba tanta molestia.

Y me sentí profundamente decepcionada.
¿Por qué aquello debería molestarle? Esperaba algo más interesante de su parte.

—Quedamos en algo, Josephine —le recordó, golpeando con el índice la mesa con un gesto seco.

—Nikolai, no es el momento... —intentó replicar mi madre, pero sus palabras no hicieron más que avivar el fuego.

—¡Por supuesto que es el momento! —rugió él, inclinándose hacia adelante con una furia apenas contenida—. ¡Explícame por qué encuentro a Camila en cada revista que leo!

Realities | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora