[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que su vida cambiaría en una simple noche.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle, pero enamorarse de él fue sólo el inicio de su destrucción.
Tal...
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𝕽| 𝒄. ₀₂₉ —𝓒.𝓑─
Alva Archibald fue por nosotros tal y como lo hizo desde que aquella invitación llegó. La mujer actuaba con indiferencia acerca de los sucesos que me hicieron temerle en cierto punto, a pesar de que mamá le reclamó sobre sus actitudes hacia mí. El ambiente no fue diferentes de todas formas, ella aún insistía en instruirnos como se debía.
Ahora mismo, llegamos a un lujoso hotel en Paris gracias a la aparición. Llevábamos arduos días practicando el vals principal del evento; claramente fue difícil para mí, pero debía de darle gran mérito a Draco, ya que acoplarme a él y a sus pasos no era trabajoso, aunque el hacerlo frente a personas conocidas y desconocidas, sí.
—Iré a reunirme con Bea. Te veo luego, preciosa —Se despidió mi abuela dando un pequeño beso en mi coronilla—. Te la encargo, Draco —agregó mordazmente, palmeando su hombro.
Alva era una de las organizadoras del evento, al igual que la tal Beatrice. Fue cuestión de tiempo notar que su inesperada visita no fue más que un recordatorio a mi madre que el dichoso baile estaría a la vuelta de la esquina, y claro, regañarla por permitirme rechazar otros bailes.
Reconocí a varias personas cuando llegamos el primer día, desde compañeros de casa, hasta algún invitado de Dumstrang que se hospedó en el castillo por el tema del Torneo, e inclusive un muchacho de Gryffindor que podría asegurar haber visto en los pasillos. La verdad es que no me esperaba que tantas personas llegasen al Baile de debutantes; subestimé su acogida entre la comunidad por completo.
—¡Ya se quién es! —susurró Pansy golpeando mi brazo enérgicamente, cuando Draco se fue con a Blaise y Theo—. Daph, dile —ordenó con entusiasmo a la muchacha rubia que acababa de llegar acompañada de su familia.
—¿Qué cosa? —Frunció el ceño. Su hermana pequeña miraba con curiosidad el salón entero— Astoria el baile está por empezar, puedes ir con mi mamá cuando gustes. No estarás pegada a mí mientras practique con Theo ¿o sí?
La menor de los Greengrass se sonrojó y negó con la cabeza con timidez. Sin poder decir algo, se alejó a pasos rápidos hacia sus padres.
Pansy atacó el brazo de Daphne esta vez y ella pareció captar el porqué de su insistencia cuando rodó los ojos y miró cansinamente a la pelinegra.
—Cormac McLaggen, Gryffindor de sexto año —declaró ella, volteando a ver al muchacho de cabello rizado, que no dudó en quitar la vista de su encantadora acompañante y sonreírle pícaramente—. Se me acercó luego de la práctica de ayer; fue bastante imbécil.
Eso pareció ser como un fuerte recordatorio para Pansy, ya que su expresión cambió por completo, y esta vez, miró asqueada al tal Cormac, como si este fuese lo más horrible que sus ojos hayan visto.
—Es un Gryffindor, no esperes menos —murmuró con fastidio, para luego resoplar fuertemente y volver la mirada hacia nosotras.
—¿Y cómo es que se encuentra aquí? —pregunté con curiosidad, observando al muchacho unos segundos y luego a Daphne, quien parecía ser la portadora de toda la información.