[𝕽] El cambiar de universo comenzó siendo un simple juego para Camila; jamás imaginó que su vida cambiaría en una simple noche.
Conocer a Draco Malfoy fue lo mejor que pudo ocurrirle, pero enamorarse de él fue sólo el inicio de su destrucción.
Tal...
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𝕽| 𝒄. ₀₃₄ —𝓒.𝓑─
A la mañana siguiente, mi solitaria habitación ocupó todo mi campo de vista, y eso me hizo considerar la idea de pedir compartir habitación nuevamente. Terminé de ponerme la falda y alisé mi túnica antes de salir, colgando la mochila en uno de mis hombros. Como era habitual, Draco ya estaba listo en la sala común, ojeando un libro con desinterés. Cuando me acerqué, Theo y Blaise llegaron antes que yo y se sentaron a su lado.
—Buenos días —canturreé, sentándome en un sillón orejón y observando la chimenea ya prendida.
—¿Las muchachas? —preguntó Theo, volteando a ver la entrada que dirigía a las habitaciones de las niñas. Tenía la impresión de que su verdadera pregunta era dónde carajos estaba Daphne.
—No tengo idea —respondí, jugando con mis dedos. Solté un bostezo y al abrir los ojos, Theo aun me miraba, nada satisfecho con mi respuesta—. ¿Qué? Yo no comparto habitación con ellas, duermo sola —aclaré cruzándome de brazos.
Draco bajó el libro que fingía leer y Blaise dejó caer un jarrón de la sorpresa, mientras que Theo me miró confundido.
—Será mejor que arregles eso, idiota, no necesito que Snape me culpe —musitó Draco hacia Blaise, quien reparó el jarrón con un simple hechizo.
Ahora todos me miraban en busca de una explicación.
—Sólo me la dieron y ya —dije cansinamente. Solté un suspiro y me levanté, justo cuando Daphne, una desconsolada Millicent Bulstrode era abrazada por Pansy, salían de la entrada que daba con las habitaciones.
—Tranquila, no te perdiste de nada —le susurró Pansy, cuando la muchacha volvió a sonarse la nariz y salió de la sala común bastante desanimada—. ¿Qué están esperando? Muero de hambre —nos dijo, señalando la puerta con la cabeza.
Automáticamente todos nos pusimos de pie y comenzamos a caminar hacia la entrada de la sala común. Como era costumbre, cada uno avanzaba en pareja.
Draco volvió a tomar el libro que 'leía' y permaneció así todo el camino. Noté que Daphne tomaba tímidamente la mano de Theo, y este le correspondía. Pansy y yo nos miramos a la vez, sonriendo de oreja a oreja ante tal logro, ya que esos dos avanzaban lentamente. Cuando entramos al Gran Comedor, Draco guardó el libro que traía en la mano y me miró como si fuera la primera vez que lo hiciera.
—¿Puedes dormir por las noches? —me preguntó con una chispa traviesa en su mirada, recordándome esos veranos en los que dormíamos juntos y nuestros problemas de insomnio desaparecían.
Naturalmente di un brinco y fui directo a tapar su boca con ambas manos, negando frenéticamente.
—¿No? —repuso, apartando mis manos con suavidad.
—No, no es eso... es solo que... No quiero hablar de eso aquí —murmuré, sintiendo cómo mis mejillas se encendían.
Él asintió comprensivo y tomó mi muñeca mientras caminábamos hacia nuestra mesa, pues algunos estudiantes nos miraban curiosos.