𝟏𝟎𝟎 𝐑𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 (𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐱 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭)

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Querida Señorita Shirley:

Buen día, espero que esté y se encuentre de la mejor forma posible, mi querida señorita Shirley.

Le escribo esta carta con motivo de un proyecto de clase en donde la maestra Muriel Stacy nos hizo escribir una carta a alguien que quisiéramos mucho.

Espero no sonar muy atrevido si le digo que usted es el único objeto de mi afecto y deseo, y que solo usted es la guardiana de la llave de mi corazón.

Como verá, estoy enamorado de usted y a pesar de que todos están escribiendo algo a sus familias, yo le escribo a la mujer que amo. No se preocupe, de todos modos le escribiré a mi carismático padre, a su divertida esposa y a mi molesta hermana, pero antes que nada quería escribirle a usted.

Probablemente se ría mucho con esa hermosa risa que tiene y espero tener el honor de ser bendecido con una carta suya para poder guardarla por siempre ya que leí en un lugar que si un hombre guarda las cartas que escribió su amada, su amor es sincero y le digo de todo corazón, mi querida señorita Shirley, que mi amor es sinceramente sincero, a pesar de que usted se muestre reacia a creerme.

Voy a contarle la razón número once por la cual estoy tan enamorado de usted como lo está Darcy de Lizzie, como lo está Rochester de Jane, como lo está Edward de Elinor.

¿Se ha escuchado a si misma suspirar, señorita Shirley? Sus suspiros son tan embriagadores, tan... únicos. Cada vez que suspira de emoción, de tristeza, de angustia o de felicidad, me hace fijarme cada vez más en usted. Me gustaría que algún día pudiera suspirar de amor por mi, mi querida señorita Shirley.

Quiero decir algo más, pero temo extenderme, así que le daré fin a esta carta, declarandole con el más sumo amor, con el más puro sentimiento romántico, que la amo, mi querida Anne (también espero no ser atrevido al llamarla por su nombre de pila ni al decirle tan abiertamente mis sentimientos)

Siempre suyo,
Gilbert.

Pd. ¡Me costó escribir como si estuviera en otra época! Dios, como extrañé mi "carajo". Definitivamente no volveré a escribir otra carta con este Gilbert de 1800 porque es a-b-u-r-r-i-d-o. Ah, aprovecho para decirte que estás bien guapa con ese corte de cabello. Me enamoré aún más.