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No la había visto en todo el día y andaba como loco buscándola por todos lados. Revise toda la escuela, hasta me metí a los baños de chicas—ganándome tremendo golpe de todas por "pervertido"—, intentando encontrarla. Cuando Diana me detuvo, supe que no tenía que buscarla más.

—Ten, te lo manda ella desde la biblioteca —me dijo la pelinegra, entregándome un papel doblado.

Un aplauso para Gilbert, que la buscó por toda la escuela, excepto en la biblioteca, donde es muy probable que esté.

No hace falta que seas sarcástico.

—¿Vas a leerla o no? Me dijo que me quedara aquí a ver si tú le enviarías otra nota. Al parecer, ella cree que soy una lechuza. Me voy a unir al club de lechuzas junto con Cole —habló Diana, cruzándose de brazos.

Abrí el papelito, encontrándome con la hermosa caligrafía del amor de mi vida.

Querido Gilbert:

Lo siento si te preocupé con mi desaparición en el día, aunque no creo mucho, pero de igual forma lo siento. La señorita Stacy nos ha tenido a todo el taller de lectura en la biblioteca para hacer una competencia sobre quien sabe más de tal libro. Repito, lo siento.

Te enviaba esta nota por dos razones. 1: no quería que siguieras preocupado. 2: Dijiste que tener una nota de la chica que te gusta, demostraba que tus sentimientos eran sinceros, así que te escribiré (por primera vez en mi vida, sabes que odio escribir poesía), un poema para ti, en honor al que me escribiste a mi.

Como una llama de fuego
Danzarina en la fogata
Iluminando un sitio oscuro
Como señal de añoranza

Añorar, extrañar
Sentimientos que sentimos a cada instante
Pero que lo veía distante
Hasta que tuve que extrañarte

Susurro incomprensible
Es el recuerdo de tu voz en mi cabeza
Como una delicada melodía
Una que me abraza

Va, ya , soy un asco con la poesía, pero algo logré.
Suerte en el examen de ciencia física.

Con amor,
Anne.

Pd. Seguramente Diana tiene una cara de amargada por tener que llevarte esta carta. No la hagas esperar mucho.

Anne me escribió una carta.

Tengo una carta de su puño y letra.

Y un poema.

Para mi.

Para Gilbert.

Para yo.

—Diana —susurro, aún incrédulo.

—¿Qué?

—¿Puedes pellizcarme el brazo? Es que creo que estoy soñando.

𝟏𝟎𝟎 𝐑𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 (𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐱 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora