Capítulo XXIV

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Capítulo dedicado a: betaear


"Si te llamo al teléfono. Y tú estás al otro lado del mundo."

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Creció en una casa rodeada de miembros que salían y entraban a todas horas, pero que jamás reparaban ni una mirada sobre él.

Desde muy niño, se acostumbró a sentirse aislado y solo en un lugar donde al parecer no era deseado en absoluto y jamás entendió, porque nadie le amaba como se suponía, los padres debían amar a sus cachorros.

Como sus amiguitos en el jardín de niños, que solían correr a los brazos de sus padres, cuando pasaban a recogerlos a la salida del colegio. Taehyung siempre deseo– en secreto– que al mirar hacia la acera, uno de sus padres, cualquiera; abriera los brazos, expectante por un abrazo suyo, lleno de amor.

Con el tiempo y mientras fue creciendo, Taehyung se resignó a que las frías miradas y las duras órdenes de sus progenitores era lo único que conseguiría de ellos. Así como era cotidiano que aquellos que visitaban su casa, fuesen de la manada o no, le veían como un sirviente al aparecer en la habitación y le ordenaban traer bebidas o hacer alguna tarea.

Por lo que también se habituó a desaparecer en la cocina o en su habitación cuando las personas venían a su casa.

Al crecer aislado e ignorado como lo hizo, la única persona a la que podía aferrarse era a sí mismo, y cuando cumplió cierta edad y su padre se resignó a que se presentaría como un omega; decidió darle la tarea de cuidar a los cachorros, junto al resto de las omegas de su manada y que de esa forma, aprendiera a cuidar de los "futuros cachorros que debía darle a un alfa".

A partir de ahí, Taehyung tuvo como a una constante a Kim Yerim. La hija mayor de su tío y mano derecha de su padre dentro de la manada.

Yerim es mayor que él por tres años. Pero siempre le ha querido como a un hermano y le ha reconfortado en los momentos difíciles. Se convirtió en su mejor amiga y temieron, juntos, el futuro que tenían por delante.

Recuerda especialmente, las muchas lagrimas que derramaron juntos, al enterarse del matrimonio de Yerim con el hijo de los Lee. Fue un golpe tan duro pero tan esperado, que Taehyung recuerda que el día de la boda de su prima, tuvo el corazón en un puño, al verla tan frágil y a merced de aquel que fue un monstruo desde el principio.

Desde que conoció a Jungkook y vino a Seúl, hay una culpa carcomiéndole desde lo profundo. Pues siente que su prima es quien debería estar casada con un buen alfa, atento y dulce como su esposo y no él.

Pero en el preciso momento en que el abogado Gong, le habló de la desaparición de su prima a manos de ese alfa horrible. La culpa le ha invadido en su totalidad, al saberse seguro en brazos de Jungkook, mientras el paradero de su prima Yerim y su cachorro era un misterio.

Ahora, mientras escucha los sollozos mezclados de emociones que provienen de la omega, al otro lado de la línea y los gorgoteos infantiles de Minki; el alivio recorre cada uno de los poros de su cuerpo y no sabe si quiera como articular una palabra útil para decir algo.

Gruesas gotas saladas recorren sus mejillas, que intenta limpiar con su mano libre que está tan temblorosa, como la mano que intenta sostener con firmeza el móvil en su oreja. Pero al ver que se le hace difícil mantenerse coordinado en ese momento, Jungkook se apiada de él y se sienta a su lado, quitándole con suavidad el aparato de la mano y apretando algo en la pantalla.

I will try to fix you [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora