I will try to fix you [KookV]

"Encontramos amor, en un lugar sin esperanzas"

Verano

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— Nos detendremos en una pastelería antes de llegar a casa de la tía Hye para comprarle algo ¿está bien? — anuncia la omega, desde el asiento del copiloto.

En la parte trasera del auto, se produce un gemido colectivo de disconformidad, por lo que la mujer y su esposo– que se encuentra al volante– sonríen y ruedan los ojos.

— Nadie les pidió que nos acompañaran en este viaje. Pudieron quedarse con nana en Seúl — sentencia la omega y solo recibe silencio en respuesta.

Cuando se detienen frente a una pequeña pero pintoresca pastelería a unas cuadras del barrio de la tía Hye, la familia desciende del auto y enseguida, todos gimen por la temperatura en el exterior.

El sol inclemente de media tarde, tampoco ayuda mucho.

La pareja y sus hijos corren desesperados dentro del local, siendo recibidos por la frescura del interior– gracias al aire acondicionado– y por el exquisito olor del horneado que fluye dentro de la pastelería, que provoca que a todos se les haga agua la boca.

Hana se acerca al mostrador, donde una variedad de pasteles, bollos y panecillos están siendo exhibidos con orgullo. A su lado, su hijo mayor escanea con sus ojos toda la exhibición, viéndose maravillado por la elegancia de la decoración y el delicioso olor que se desprende de los postres.

— Cuando me gradúe, tendré un lugar así de bonito para mí — afirma Seokjin, embelesado.

Hana y Daehyun miran a su hijo con una sonrisa orgullosa.

— Por supuesto que si cariño — concede la omega, dándole un apretón cariñoso a su hijo mayor en el hombro.

Sin embargo, la sonrisa se le atenúa un poco cuando ve a Jungkook y a MingSeo de pie, cerca de la puerta, frunciéndose el ceño uno al otro.

No puede creer que esos dos sigan con sus rivalidades y sus desacuerdos. Como madre, le duele ver a sus cachorros actuar de esa manera absurda entre ellos.

Adora a Haneul, es una niña hermosa y dulce. Claramente perturbada por los horrorosos padres que tiene, pero Hana sabe que eso no es propiamente culpa de la pobre chiquilla. Pero es inevitable que se resienta un poco con ella, al ver a sus chicos discutir tanto, solo por ella.

— Hana — la voz de su alfa le saca de sus cavilaciones y voltea a mirarlo. Notando finalmente a la mujer que se encuentra detrás del mostrador, mirándole con una sonrisa a la espera de su orden.

— Oh... Lo siento — dice Hana con una sonrisa avergonzada. Seokjin sigue escrutando los postres. Su marido, sin embargo, le mira con una sonrisa, que ella devuelve — ¿Qué deberíamos llevarle a tu tía? — le pregunta a su alfa.