I will try to fix you [KookV]

"Te veo en todas partes, en estos rostros vacíos"

Invierno

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No recordaba cómo llegó a la azotea, sólo se dio cuenta cuando el gélido frío del invierno caló en sus huesos tan hondo, que adormeció todo el dolor que le aquejaba.

Necesitaba adormecer de alguna forma al lobo que arañaba furioso en su pecho, con ganas de salir y moler a golpes al mundo.

Sus padres no estarían orgullosos de ello.

Sus padres deben estar tristes por él. Sintiendo lástima; de que prefiera quedarse en una azotea fría y solitaria en la noche de navidad, que volver a casa.

Han pasado año y medio pero...

Pero los recuerdos en casa lo destrozan.

No quiere regresar hasta que su lobo deje de llorar.

Hasta que él deje de sentirse un poco menos como un muerto.

Un portazo se oye a sus espaldas, pero no hace amago de dar la vuelta a revisar quién es. La brisa helada le impide que sus sentidos permitan reconocer la esencia de quién se acerca.

O tal vez ésta noche, su lobo ha decidido no tomarse la molestia.

— He estado llamándote toda la noche Kook. Estaba preocupado.

Jungkook empina la botella y toma otro largo trago del vodka que yace en sus manos desde hace un rato.

— Bueno me encontraste...— Es todo lo que ofrece al chico a su lado. El omega deja de mirarlo y prefiere concentrarse en el cielo sobre ellos.

— ¿Deseas morir de hipotermia? Tu apartamento es un lugar mucho mejor para beber que la fría azotea.

Jungkook sabe que su piel debe estar azulada gracias al frío, pero no siente la necesidad de moverse de allí o de bajar a su apartamento por una chaqueta.

— Si muero puedes quedarte con mi apartamento, sé que te gusta más que el tuyo.

El omega voltea verlo, con una mirada enojada — Deja de ser un estúpido Kookie. Tus padres te necesitan, Jinnie te necesita... Yo te necesito— Le ofrece el omega con una mirada suplicante.

Jungkook no puede soportar la mirada del otro así que voltea a ver la ciudad en su lugar.

— Duele mucho Min. Está en todas partes.

En ese momento su voz se quiebra y se encoge sobre sí mismo cuando un sollozo se escapa de él. Los brazos reconfortantes del chico lo envuelven, tratando de consolarle.

— Lo sé Kook, lo sé. Es difícil, yo tampoco he podido superarlo. Pero no puedes ser egoísta con quienes te amamos y queremos que verte bien... y vivo.

El alfa no dice nada, pero se mantiene aferrado a los brazos que lo sostienen. La esencia de frambuesa envolviendo sus sentidos, tratando de calmar a su lobo. A su dolor.

— Lamento ser injusto contigo y seguir sintiéndome así. No deseo desaparecer todo el tiempo.

El omega no le contesta. En su lugar lo sostiene más fuerte, mientras siguen sentados en el frío invierno de la azotea.