I will try to fix you [KookV]

Capitulo XXXIII (P.2)

Capitulo dedicado a: LuzVazquez611 

"Gracias por leer y por tus estrellitas. Eres un sol brillante"

"Los arrepentimientos se acumulan como viejos amigos"

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Invierno

Con el corazón pesado y la rabia bullendo en su interior, Jungkook carga a su esposo fuera de la sala de audiencias. Sin importarle que la juez siga llamándole para que regrese o que el oficial en la puerta tenía la intención de detenerle el paso.

Ahora, solo importa el omega que solloza en sus brazos y se aferra a él como un bebé.

Le dirige una mirada de muerte a cualquiera que se atraviesa en su camino y se dirige con pasos apresurados a una habitación que parece vacía al final del pasillo.

Al entrar, se asegura de cerrar la puerta con el pie y luego toma asiento en una de las sillas desperdigas en el lugar y acomoda a Taehyung en su regazo, el cual no ha dejado de llorar y temblar.

Abraza al rubio con fuerza entre sus brazos y su pecho, permitiéndole desahogar con lágrimas lo que sucedió dentro de esa sala. Porque aún si Taehyung quiso parecer fuerte, fue fácil percibir– a pesar de la distancia– el dolor que le causó la bajeza de sus padres.

Acuna al omega y lo balancea de adelante hacia tras como un bebé que ruega consuelo. Cierra los ojos y apoya su mejilla en la coronilla del rubio, susurrándole palabras dulces para ayudarle a calmarse.

Y tal vez calmarse a sí mismo y evitar que su lobo tome el control y regrese dentro de esa sala y cometa una locura.

Porque ver a Taehyung tan indefenso y a merced de la maldad de su familia, fue demasiado para su cordura.

— ¿Esa juez va a regresarme a Daegu con la manada? — Rompe el silencio el omega con su pregunta, que se oye más un susurro lastimero que rompe el corazón de Jungkook.

El omega ni siquiera levanta el rostro, asustado de la respuesta.

Para transmitirle la seguridad de sus palabras, sujeta más fuerte al rubio de sus caderas y deja un beso en la cima de su cabeza, entre sus mechones

— Nadie va a regresarte a Daegu mi amor. Primero tendrían que matarme antes de que lo permita — le asegura en voz baja a su esposo.

— ¿Me lo prometes? — Cuestiona inseguro el aludido, alzando finalmente el rostro al suyo. Los orbes azules como el océano están hundidos en lágrimas y su nariz está roja, pero a pesar de ello, a los ojos del alfa, siempre es el omega más hermoso que sus ojos han visto. Ni siquiera la tristeza empaña el aura colorida que lo acompaña.

— Te lo aseguro Tae. Nada de lo que tus padres intenten o decida esa jueza, permitirá que corten tu libertad. Ni siquiera yo — afirma, acunando con su mano libre el rostro de su esposo— Quiero que entiendas que incluso si no es a mi lado, yo haré lo que sea para que seas libre y feliz.