I will try to fix you [KookV]

"Quiero protegerte una vez más, antes de que te conviertas en una lágrima"

Primavera

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Para: P.C

Encuéntrame durante el almuerzo detrás de las gradas del campo de fútbol

Las nauseas se acumulan en su garganta releyendo el mensaje que le envió a Chanyeol esta mañana. Por un segundo siente que no puede hacerlo. Que lo mejor es que vaya a la enfermería y se reporte enfermo y así poder marcharse a casa. Le dirá al idiota que hablarían más tarde y ni siquiera tendría que decirle nada porque en los próximos días... ya no habría nada que contar.

Traga grueso y parpadea con rapidez, ahuyentando las estúpidas lágrimas que no dejan de caer desde ese día en el baño del centro comercial. Tiene que hacer esto. Tiene que hacerlo, si no desea que se le arrebate la oportunidad de cumplir sus sueños.

Por eso se siente con el deber moral de contarle a Chanyeol lo que sucede y lo que hará. Siente dentro de sí mismo que es lo correcto por hacer. Así que aquí está, esperando al alfa con un nudo del tamaño de una bola de béisbol en el estomago y suprimiendo las nauseas que amenazan con doblegarlo.

El aroma a sidra le alcanza primero que su voz.

— Hola MinMin — el saludo meloso proviene desde su espalda y pronto, los brazos fuertes del alfa lo envuelven por la cintura y posan sus manos sobre su vientre mientras lo aprieta contra su pecho. 

Jimin mantiene la mirada fija en las manos ignorantes del alfa que acunan su vientre, como si supieran.

Por un efímero momento, se imagina en unos meses al alfa haciendo esta misma acción, pero esta vez su vientre estaría abultado y un cachorro patearía con alegría al sentir a su padre alfa cerca.

Con furia, el omega alza el rostro y sacude la cabeza, sacándose esa idea descabellada de su mente.

Todo es culpa de su maldito lobo. Plantando ideas estúpidas en su cabeza de cosas que no deben suceder.

No va a jugar a la casita a los 16 años con un alfa al que claramente no ama.

Chanyeol comienza a repartir besos húmedos en su nuca y se adhiere por completo a su espalda y es realmente fácil darse cuenta que está bastante emocionado por el encuentro.

— ¿Quieres jugar aquí en la escuela? —Susurra el alfa, perdido en el aroma a frambuesas y manzanas acarameladas del omega, que permanece en silencio —. No sabía que eras así de travieso — prosigue el pelinegro, ignorando los matices de angustia que emanan del cuerpo rígido del pequeño chico entre sus brazos.

Obligándose a ser valiente, Jimin limpia con la manga de su suéter algunas gotas traicioneras que se han escapado de sus orbes ambarinos y luego da un paso hacia adelante, librándose de la cercanía y los brazos del alfa.

— No te cité para eso— aclara, enfrentando a Chanyeol, que está mirándolo con un gesto interrogativo.

— ¿Entonces para qué? — pregunta con fastidio — Si quieres un abrazo te digo que sería mejor que se lo pidas a Jeon. No soy bueno para esa mierda — sentencia con la mirada en cualquier lugar menos en el rostro de Jimin.