36. Lander Walsh, Eira Brown y Jaxson Gill.

896 127 55
                                    



(Lander Walsh, Eira Brown y Jaxson Gill)

Nunca te irás, cariño, aunque te lo suplique, tú no te irás.

Falling— Harry Styles.

Kelly sostenía el rostro de Lander entre sus manos mientras pegaba sus labios a los de él. Lander no se movía, ni siquiera había cerrado los ojos, estaba ahí, quieto, sorprendido.

Supongo que quería apartarse, sólo que no lo hizo.

No se separó de ella.

Entonces comprendí que ella ya no lo estaba besando a él.

Él la estaba besando a ella.

Sabía cómo se sentía un corazón roto, lo había experimentado varías veces a lo largo de toda mi vida. Nunca creí que se rompería un poco más por amor, al menos no por ese tipo de amor.

No por Lander.

No sé qué ruido o movimiento tuve que haber hecho para que sus ojos se encontraran con los míos. Esos ojos que tanto me gustaban.

Él se aparta de Kelly, más bien la aparta a ella, yo seguía pegada a la puerta de vidrio, con la boca entreabierta, la respiración entrecortada y las manos pegadas a mi estómago.

Lander me miró por unos segundos, y lo hizo de esa manera en la que, ni por asomo, puedes imaginarte que ha hecho algo malo. Me miró como se miran aquellas cosas que quieres y anhelas, como si él no me tuviese todavía y como si quisiera tenerme.

Su rostro se desencajó por completo.

Al fin había entendido lo que había hecho.

Él se levanta con prisa de las escaleras, sé que está moviendo la boca, que intenta decirme algo, pero no puedo escucharlo, no quiero escucharlo. Ya he oído lo suficiente.

Él se acerca a mí y toma mi brazo, yo no me he movido, sigo contra la puerta y justo ahora, lo tengo a él delante.

—Brown.

—No... no digas nada.

—Ángel, yo...

—Por favor, por favor—pido en voz baja—. No digas nada, Lander, no... debo irme.

Trato de salir de ahí, pero sigo estando atrapada, Lander me toma del rostro y pega su frente a la mía.

—Mierda, Brown, perdóname.

—Suéltame—a pesar de todo, mi voz consigue sonar firme, sus ojos buscan los míos y cuando los encuentra, noto la duda en ellos—. Suéltame, Lander.

No se opone, sabe que no debería hacerlo, sabe por qué no debería hacerlo. Cuando su cuerpo se aleja totalmente de mí y yo no toco ninguna parte de él, me hago a un lado. Kelly sigue estando en las escaleras, no parece enojada, molesta o divertida, simplemente está ahí, mirándolo.

Ella lo sigue mirando como si lo quisiera.

Aprieto mis labios y trago fuerte, no debería llorar, Artie tenía razón, no debería llorar por él, no se lo merece.

Miro los escalones que tengo delante, pero antes de poner un pie en ellos, doy media vuelta y lo observo.

Lander sigue ahí, encorvado, con la mandíbula apretada y los puños blancos. Está intentando calmarse, mantener la calma.

—Te creí, ¿lo sabes?—digo, él levanta la mirada hacia mí—. Te sigo creyendo, que me quieres, creo que sí lo haces.

—Eira.

Dulce Error ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora