(Las cenizas de unas interminables mentiras)
Cinco días después.
Dejo la única maleta junto a la puerta mientras acaricio el pelaje negro de Titán, la puerta suena en ese momento, haciendo que los ladridos del perro se extiendan por toda la sala.
Cuando abro la puerta, Artie me ignora deliberadamente y quita a Titán de mis brazos.
—¿Me extrañaste, chiquito?—Titán ronronea y ella sonríe con orgullo—. Yo sé que sí.
—Un día lo quieres y al otro lo odias—ruedo los ojos, cierro la puerta y me cruzo de brazos—. Es la relación más tóxica que he visto.
—Puedo hacerte una lista de libros con relaciones tóxicas, Eri, ahí sí que te sorprenderás.
Camino hacia el comedor y agarro la cartera, la cuelgo en mi hombro y me volteo hacia Artie.
—¿A dónde me dijiste que ibas?—pregunta ella antes de que yo pudiese hablar.
—A un pueblo en el norte en donde viven mis primos maternos—miento y ella rueda los ojos.
—Agh, aburrido.
Miro la hora en el reloj que llevo en la muñeca y suspiro. 08: 10 a. m.
—Ya es hora de que me vaya—me acerco a ella y acaricio la cabeza peluda de Titán—. Estaré afuera tres días, Artie, así que cuida a este perro como si fuese tu propio hijo, ¿entendido?
—Perfectamente.
Asiento y le sonrío a la chica.
—Gracias por hacer esto, pero no te emociones, no te daré dinero por cuidarlo.
Ella se mofa y me saca el dedo medio.
—Por todos los favores que te he hecho, Eri, me estarías debiendo hasta la vida.
—Eres una exagerada de mierda—replico, camino hacia la maleta y la sostengo de la barra mientras pruebo las rueditas, al ver que funcionan, miro nuevamente a Artie—. Tienes las llaves extras del apartamento. Si vienes con Reece, no dejes que se acerque a la nevera, ella cree que no me doy cuanta cuando se roba un caramelo o lo que sea que tenga guardado en el refrigerador.
Ella me da una sonrisa inocente y yo entrecierro los ojos.
—Digamos que yo he robado algunas veces con ella—dice, la miro mal y ella se encoge de hombros—. ¿Qué? Siempre tienes cosas ricas en la nevera.
—Las puedo demandar de robo, ¿sabes eso?
—Eri—me da una mirada irónica—. Vete ya.
—Oye, que este es mi apartamento, puedo irme cuando se me plazca.
Ella me hace mofa otra vez y yo ruedo los ojos, acomodo nuevamente la tira de la cartera en mi hombro y salgo del apartamento. Antes de darme la vuelta, veo a Artie y Titán, ella me echa con la mano mientras el perro sólo ladra.
Sonrío un poco y los dejo solos, camino hacia el andén y estiro un brazo para detener un taxi, cuando estoy dentro, le indico la dirección y arrancamos.
Cuando vamos a mitad del trayecto, siento el celular vibrar dentro de la cartera, cuando lo tengo en la mano, leo el nombre una y otra vez, luego me atrevo a leer el mensaje completo.
Lander W:
Hola, Brown, Artie me contó sobre un viaje familiar tuyo, no vengo a decirte nada incómodo sobre nosotros, únicamente quería desearte un buen viaje.
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Dulce Error ©
Teen FictionDicen que después de la tormenta viene la calma, sólo que éste no era el caso. Ella no sabía exactamente qué hacer con su vida. Él intentaba luchar con algo que lo descontrolaba. Ella siempre se reprimía. Él era muy impulsivo. Ella era una sobrevivi...