Capítulo 22

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Sueños compartidos

George escuchaba a su esposa Magda y en su mente se empezó a dibujar una vida compartida con los Carusso, George apreciaba a Paolo y le agradaba mucho su esposa Eva y solía tener pláticas muy agradables con el padre de Paolo que era un hombre muy sabio.

Lo que ahora sabía sobre su hija y Harry en lugar de molestarle se volvió un alivio y una alegría. Su hija Sophia no había elegido a un suizo para enamorarse, sino a su amigo el italiano.
Para George su hija Sophia no podía haber escogido a un mejor muchacho.

La conversación de los padres de Sophia y de Harry se empezó a convertir en un nido de sueños, los padres de Harry querían que su hijo viviera cerca de ellos y los padres de Sophia también.

Mucho más ahora que su hijo Frank se iba a Suiza muy pronto y probablemente al casarse con Mayla, ella y él no tendrían hijos muy pronto, porque Frank tenía proyecciones a futuro en su carrera y Mayla también.

Pero Sophia era más bien una chica de corazón muy tierno que adoraba a los niños y eso los hacía soñar a los padres de Sophia y de Harry con ver nietos muy pronto.

Una de las cosas que hacía muy feliz a Harry cuando él y Sophi eran amigos, era cuando Sophia iba a los refugios con su tía Hanny, ella solía jugar con los niños de los refugios, les leía cuentos y los trataba con mucho cariño, luego cuando ella regresaba le comentaba todo lo que había compartido con los niños a Harry.
A él le gustaba verla sonreír al recordar lo feliz que estaban los niños cuando le leía cientos o les regalaba dulces.

La familia Carusso amaba la idea de verse crecer y de tener muchos nietos. George y Magda, no querían quedarse solos por mucho tiempo así que la idea de tener nietos los ilusionaba a ellos también.

Con ese anhelo en mente, los padres de ambos muchachos empezaron a planear la construcción de una casa para sus hijos, sería un regalo para Harry y para Sophia. Paolo había comprado el terreno que estaba dos casas al lado de su restaurante. Se lo había traspasado a su hijo Harry para que allí viviera con su esposa Sophia cuando se casarán.

Esa idea les encantó a los Edwards, su hija Sophia no se iría lejos. Y además se casaría con un chico que ellos aprobaban y que les agradaba mucho al igual que su familia.

Los planes de los padres de Harry y Sophia habían quedado trazados en la mesa de la cocina de los Carusso, una copa de vino y la exquisita cuchara de Eva los motivaba a seguir soñando con el futuro de sus hijos.
La construcción de la casa empezaría lo antes posible, porque querían regalarles a sus hijos la construcción de la casa y todo el amueblaje.

Lo primero por hacer fue lo legal, y todo el papeleo llevaba su tiempo.
U

na noche cuando ya se habían firmado todos los papeles y agilizado todos los trámites, era hora de que los interesados se enteraran de la sorpresa.


Los padres de Harry hablaron con él por la tarde y los de Sophia con ella por video llamada esa tarde también.

Sophia lloraba al escuchar a sus padres tan emocionados con la noticia de su compromiso con Harry Carusso, la hacía muy feliz no verlos molestos con ella por ocultarles lo suyo con Harry como ella lo temia.

Después de escucharlos y agradecerle a sus padres aprobar su relación con Harry, sus padre le dijeron lo de la casa y que le tenian una sorpreda más.
Una cosa más hija. Le dijo su padre. Paolo y yo pensamos que al terminar con la casa y después de que todo esté listo, el niño que ustedes dos tienen... Jaja... ¡El abeto! Sea sembrado en el patio de su casa. Así cuando vengas para la boda, la ceremonia la podamos hacer al pie del árbol ¿Que te parece?

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