Capítulo 23

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Un día antes de lo esperado

Los meses iban pasando y la familia Carusso y los Edwards estaban muy emocionados con la construcción de la casa dónde vivirían sus hijos.

Todos los detalles eran atendidos con sumo cuidado por el principal interesado, Harry.

Sophia se hallaba terminando sus estudios y fue allá donde cumplió sus 17 años en Suiza sus amigas le hicieron una fiesta, mitad de cumpleaños y miras despedida de soltera.
Y el calendario de estudios agotaba sus últimos días en Suiza .

Frank y su esposa Mayla que no tenían planeado tener hijos aún, porque sus planes eran marcharse a Frankfurt y ayudar a Hans con su nuevo proyecto en su empresa, pero el amor los sorprendió una noche dictandoles otro destino.
Mayla quedó embarazada y después de que aquella noticia los sorprendiera y cambiara sus planes, la sorpresa los hizo sonreír de alegría


Y su embarazo requirió de cuidados especiales por supuesto, ella terminó sus estudios en su casa. Y a Frank le quedó como guante el refrán que dice: Al que no quiere caldo, ¡dos tazas!

Ese fue el refran que muy divertida le dijo Sophia a su hermano que siempre insistía en que aun no queria tener un hijo. Al joven Frank, le crecían dos niños en el vientre de su joven esposa Mayla.

Los padres de Mayla desearon siempre tener un hijo varón y no pudieron tenerlos, pero el cielo les dió dos hermosas hijas que se enamoraron de buenos muchachos que eran para ellos como dos hijos.

Y ahora con los hijos de Mayla, serían tres magníficos nietos los que adornaban sus vidas de abuelos, estaban que no cabían del gusto. Y ya que Frank no podía viajar a Frankfurt para ser parte del proyecto de Hans el esposo de su hija mayor, el padre de Mayla le ofreció un nuevo empleo a su lado. Y eso le pareció a Frank una gran idea ya que ahora era un feliz y dichoso padre. Que amando tanto a su esposa lo último que deseaba era estar lejos de ella..

Los pequeños bebés nacerian la segunda semana de diciembre y aunque para esa fecha esperaban a Sophia en su casa, ella decidió quedarse y documentar todo el nacimiento de sus sobrinos. Ya que Frank y Mayla no los podrían acompañarlos para su boda con Harry..

Ya que lo que Harry y Sophia tenían planeado para su vida que era casarse cuando Sophi tuviera su mayoría de edad, los Carusso y los Edwards lo habían apresurado. Algo que a ella y a Harry no les molestó en lo absoluto, querían estar juntos y tenían la aprobación de sus padres para hacerlo.

Los bebés de su hermano y de su esposa Mayla nacieron en la fecha esperada, ¡eran hermosos! y de solo mirarlos Sophia suspiraba..

¡Son tan bellos Mayla! -- decía Sophia mientras dormía en sus brazos al pequeño Frank, y su hermano a su otro hijo Lothar, que se llamaba así por el padre de Mayla, que Frank había aprendido a apreciar como a un padre.

Frank se sentía tan feliz de ser padre que su hermana no podía creer que se tratara del mismo Frank que dijo que esperarían dos a tres años para tener el primero. Pero el cielo les había enviado a dos angelitos que lo tenían muy enamorado.. Su esposa y sus bebés tenían loco de amor a Frank Edwards Ferrer..

Sophia lo miraba y veía el amor que rodeaba a su hermano. El amor de Mayla hacía él era casi palpable y la forma tan cariñosa y fraternal con que lo trataban sus suegros alegraba a Sophia.. Frank tenía un hogar feliz y una gran familia apoyandolo..

Sophia podía regresar a su casa en los Ángeles California, tranquila y feliz de ver a su hermano rodeado de tanto amor..

Había llegado el momento de volver y de vivir su sueño, amando al hombre del que se había enamorado cuando apenas era una niña de trece años. El mejor amigo de su hermano, que despertó en ella sentimientos muy profundos que crecían con los años. Sentimientos de amor por el guapo italiano Harry Carusso..

Abrazos, besos y lágrimas fueron la tónica al despedirse de su hermano, de su amiga Mayla que ahora era la esposa de su hermano y la madre de sus bellos sobrinos.. Nunca se imaginó al conocerla y convertirse en su amiga que eso pasaría. Aún recordaba el día que le presentó a su hermano en una video llamada, al mirarlos abrazados despidiéndose de ella Sophia no podía creer los caminos y las sorpresas que puede dar la vida.

Un día antes de lo esperado Sophia llegó a los Ángeles. Quería darle una sorpresa a Harry y a toda su familia que la esperaba un día después.

Lo primero que quiso hacer fue visitar a su niño y dejar a sus pies el cofre con las cartas que había escrito durante todo ese año para su amado Harry. Dónde le hablaba de amor, de sus metas y sus sueños, de su vida juntos como pareja y una que otra intimidad que no les contaré..

Caminó alrededor de la casa en la que pronto viviría y observó cada detalle descrito por Harry cuando hablaban y cada rincón con el que soñaba y del que hablaron en sus cartas y que Harry le mostraba en las fotografías que le enviaba. Ser muy pronto la señora Carusso hizo sentir en Sophia como la consumian millones de emociones..

Y sintiendo una fuerte emoción empezó a llorar..

Una rama del abeto golpeó suavemente su cabeza y como si quisiera llamar su atención la volvió a golpear suavemente por su espalda..

El gran abeto saludaba con un abrazo de sus frondosas ramas a la chica que un día llegó al gran patio del señor Stevens a comprarlo para que fuera el guardián de su secreto de amor..

Al mirarlo Sophia vio que su abeto ya era muy grande y que tenía entre sus ramas resguardadas las dos notas que tenían escritas las dos promesas de amor hechas por Harry y por ella..

Recordó lo que le contó Harry que había escrito en la suya: ¡Quiero verte en navidad! pero está vez, no dejaré que te vayas..

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