Eran dos chicas, Alba una rubia de metro sesenta, a la cual le encantaba cantar y dibujar, es más estudiaba Bellas Artes, y por otro lado Natalia, una chica de pelo negro de metro ochenta la cual tenis una personalidad un tanto peculiar. Era muy conocida por todo el mundo ya que allá donde iba arrasaba y está vez no iba a ser menos. Esa morena se ganó un hueco en la vida de la rubia. Su destino sin duda era conocerse y... ¿porque no? enamorarse El destino a veces es caprichoso y el tiempo a veces tóxico.